¿Por qué NO reducir los atascos ni la contaminación en las ciudades?

Estamos (casi) acostumbrados a que ciertos partidos se opongan a las medidas ambientales. Lo argumentan sin pudor fuera de la ciencia. Sinceramente, no podemos extrañarnos que personas que no ven la pobreza en sus ciudades, tampoco vean la contaminación ni sus efectos (el caso de Ayuso es paradigmático).

Cuando quieras saber por qué se hace algo mal, pregúntate a quién beneficia.

¿Quién se beneficia de los atascos y de la contaminación?

Aunque la respuesta más inmediata sea «nadie», lo cierto es que hay agentes que se benefician —y mucho— de que las cosas vayan mal y de que no se tomen las medidas necesarias. Al menos, existen tres bloques claros:

  1. Empresas automovilísticas. Limitar la libertad de los coches es la medida más necesaria para mejorar la habitabilidad en las ciudades. Esto puede ocasionar una disminución en la matriculación de vehículos, lo cual perjudica a estas compañías. Los límites a la contaminación benefician la salud. Sin embargo, para las empresas, son inconvenientes y gastos.
  2. Sanidad privada. Los médicos saben muy bien que los episodios de contaminación van acompañados de incrementos notables de enfermedades, consultas médicas e ingresos en urgencias. Además de incrementar las muertes evitables, ya sabemos que la contaminación atmosférica —y el ruido— también afectan a la salud mental. Si la sanidad pública no funciona bien, los que puedan pagarán por una sanidad privada. ¿Será este el motivo por el que gran parte del dinero público va a empresas sanitarias privadas en vez de ir a reforzar lo público? ¿Hemos aprendido de la pandemia la importancia del sector público?
  3. Petroleras. Las empresas que más se lucran con la contaminación mueven sus hilos para frenar cualquier avance. Se ha visto, por ejemplo, en las reuniones internacionales para frenar la contaminación por plástico.

Resumiendo, algunos creen que tener salud y un medioambiente óptimo no son buenos para la economía porque reducen el PIB. En realidad, no es bueno para su economía. Hay otras formas de medir el desarrollo. Se equivocan los que piensan que el decrecimiento es malo para el empleo. Usamos la palabra «decrecimiento» en oposición al manido crecimiento (económico), pero en realidad, el decrecimiento implica crecer, crecer en muchos sectores, crecer en sectores alternativos, crecer en bienestar compartido.

♥ Sobre contaminación y decrecimiento:

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La ciencia aboga por reducir el consumo de productos de origen animal

¿Qué pasaría si reducimos el consumo mundial de productos de origen animal? Un reciente estudio científico de alto nivel responde a esa pregunta. El artículo es de libre acceso y se ha publicado en la prestigiosa revista Nature Communications (2023).

Por nuestra parte, hemos pregonado —por escrito y en un vídeo— que tender hacia el veganismo (o ser flexitarianos) conlleva grandes beneficios en el medioambiente, en la salud, en la justicia y en el bienestar animal. Este nuevo trabajo confirma estudios anteriores con datos más recientes.

Los científicos de este artículo afirman que «cada vez se promueven más alternativas a productos animales para sustituirlos con otros de origen vegetal y lograr dietas más sostenibles». Han utilizado «un modelo económico global de uso de la tierra para evaluar los impactos en todo el sistema alimentario de un cambio dietético global hacia estas alternativas». Resumiendo, la principal conclusión es que vaticinan «una reducción sustancial en los impactos ambientales globales para 2050 si a nivel mundial se sustituye el 50% de los principales productos animales (cerdo, pollo, ternera y leche)». Con eso se conseguiría detener totalmente la pérdida de bosques y reducir las emisiones contaminantes nada menos que un 31% (en 2050 respecto a 2020).

Se han estudiado los efectos en la deforestación, en las emisiones de GEI (Gases de Efecto Invernadero), en la seguridad alimentaria, en los cambios en el uso del territorio, en la biodiversidad, etc. El estudio no tiene en cuenta nada relacionado con el bienestar animal ni con los derechos de los animales.

Otras conclusiones interesantes

Portada del libro ecologista GRIS QUE TE QUIERO VERDE

«Gris que te quiero verde pretende ser un mapa para esquivar la crisis ecológica y el colapso de nuestra sociedad civilizada»

  1. La distribución de estos cambios varía según las regiones: los principales impactos se dan en China, en África subsahariana y en América del Sur. Si bien lo mejor es reemplazar la carne de vacuno (por su mayor impacto), también hay que considerar que sustituir múltiples productos animales tiene efectos sinérgicos positivos.
  2. Se han analizado diferentes escenarios posibles y sus consecuencias en 2050. Para simplificar los agrupamos en dos:
    1. Escenario sin cambios. En este caso, si nada cambia, se espera un aumento de la demanda de alimentos tanto por el crecimiento de la población como por el alza de los ingresos medios. Por supuesto, también se incrementaría la demanda de productos animales (pollo y leche particularmente) y, por tanto, también subiría la demanda de tierras y otros recursos para cultivar los alimentos de ese ganado. Esto conllevaría una subida del 15% de emisiones por estas causas. Lo único positivo de este escenario es que podría mejorar la seguridad alimentaria y reducir la desnutrición, pero solo en el caso en el que la crisis climática no tenga efectos excesivamente negativos, cosa que es bastante improbable. Los demás escenarios tienen más fácil evitar las peores consecuencias de la crisis climática.
    2. Escenarios diversos con distintos porcentajes de alimentos vegetales sustituyendo a los animales. En todos ellos se reduce significativamente la demanda de tierras y cultivos. Esto provocaría una reducción en precio de alimentos básicos y una mayor disponibilidad de ellos, lo cual mejora la seguridad alimentaria, incluso en el escenario con menor cambio de dieta (con solo un 25% de sustitución). En el escenario con un 50% de alimentos sustituidos, los GEI se reducen un 31%. Si esa sustitución supera el 50%, las ventajas aumentan, pero se frena su proporcionalidad, porque el primer 50% se lleva la mayor parte de las ventajas.
  3. Las tierras de cultivo y de ganadería liberadas por este modelo alternativo podrían ser reforestadas o, sencillamente, dedicarse a rewilding. Los autores concluyen que esto aumentaría los beneficios obtenidos: frenando la crisis climática, la pérdida de biodiversidad, etc. Por supuesto, para que crezcan así las zonas naturales habría que aprobar políticas que lo favorezcan. Los beneficios pueden ser inmensos. Por ejemplo, en el escenario del 50% de sustitución, China podría liberar el 25% de sus tierras de cultivo.
  4. África subsahariana y Sudamérica, con Brasil a la cabeza, reducirían también sus tasas de deforestación, incluso aunque la «carne vegetal» solo  llegaría en esos países hasta un 22% aproximadamente. No es extraño, si tenemos en cuenta que gran parte de la producción agrícola sudamericana (de soja, por ejemplo) se dedica a alimentar el ganado de lejanos países.
  5. En el siguiente gráfico se muestran los cambios en las emisiones de GEI (GHG en inglés) por regiones previstas para 2050. El mapa de la izquierda (REF) presenta la distribución de emisiones en el escenario de referencia, mientras que a la derecha se ven los resultados en el caso de sustitución global del 50%. Los beneficios se observan en prácticamente todo el planeta, destacándose África subsahariana y Sudamérica, seguido de Europa y Estados Unidos.

Emisiones totales de GEI agrícolas y del uso de la tierra cambian por región en REF y en el escenario del 50%

Es importante aclarar que el estudio escoge productos vegetales alternativos que sean atractivos para el público y nutricionalmente equivalentes a los productos animales que pretenden sustituir. Además, exigieron que los ingredientes fueran factibles de producir a la escala necesaria. También se ha tenido en cuenta un posible efecto rebote. Por ejemplo, al reducir la demanda, podrían bajar los precios; y eso podría incrementar el consumo en otro lugar del planeta.

Un problema puede ser que las alternativas vegetales que se han estudiado no son las más baratas posibles, ya que se trata de alimentos procesados, y no se contemplan otros más baratos y naturales, como legumbres y verduras. No obstante, esos productos se están abaratando y podrían llegar a la paridad de precios en muy poco tiempo. Para conseguir todas estas ventajas, habría que hacer que los productos de origen animal paguen al menos parte de los daños que generan y, además, que dejen de recibir las cuantiosas subvenciones que existen (de la PAC, por ejemplo).

El artículo científico ha sido también analizado en el podcast de Infovegana.

♥ Otras lecturas de interés:

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Libro Voces de la tierra, de Justicia Alimentaria @JusticiaAliment

Libro «Voces de la tierra. Narrativas rurales para un desarrollo sostenibleSe trata de una colección de 23 relatos de distintos autores, todos ellos relacionados con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible); y seleccionados por el jurado de un concurso organizado por Justicia Alimentaria.

  1. En el relato ganador, Esperanzas Recuperadas, José Ramón Ramos Martínez nos explica la discriminación que sufre una inmigrante aparentemente corriente, incluso después de hacer algo heroico.
  2. Lucía Andrés Moreno nos cuenta la historia pirenaica de una gitana siamesa con un rosal.
  3. Por su parte, el escritor Gabi Martínez nos habla de la tolerancia y de un joven que se propuso leer un libro, dedicándole cuatro horas al día, incluso en el interior de un tren.
  4. La periodista Marta Quintín escribe sobre la igualdad de género en el medio rural y sobre Liria, historia que debe ser cierta porque el abuso a las trabajadoras del campo no es, desgraciadamente, algo inaudito.
  5. El relato de María Turiño García habla de las bondades en la salud de los bosques, incluso aunque no queramos bañarnos en ellos. Esta escritora y poetisa es también ingeniera forestal (sin duda, no de las superficiales).
  6. La Escuela Bosque Abellota cuenta en su relato la pequeña vida de una partícula de agua que conoce, en su ciclo, desde bacterias procariotas hasta el anchuroso ponto. Literatura así ayuda a entender que el agua de los ríos no se tira en el mar.
  7. La campesina Patricia Martínez transmite su pasión por lo que pisa: «Al trabajar la tierra, no solo cultivamos alimentos; cultivamos un futuro donde la equidad florece como la cosecha de un amor que se siembra profundamente en la tierra».
  8. La poeta Charo García Barrigón nos descubre los avatares de una semilla de hiedra.

    Portada de La vida te enseña

    Un libro con 101 relatos tan cortitos como reveladores.

  9. Carlos Pedrós-Alió, científico del CSIC, nos alerta del peligro de usar el mar como vertedero. Cocaína, antibióticos, petróleo… atraviesan el mar después de pasar por nosotros. El mar diluye lo que puede y solo parece que desaparece. Algo distinto pasa con los plásticos. El mar no los esconde y las muertes de aves, peces y mamíferos con el cuerpo lleno de plástico no necesita grandes estudios para hacernos ver el error del que ni gobiernos ni Ecoembes ni sus amigos quieren sacarnos.
  10. La profesora y economista Raquel Neyra nos relata las atrocidades de la minería del cobre en Perú: contaminación, convenios de mineras con la policía, expulsiones de indígenas de sus tierras, etc. Las protestas han conllevado hasta asesinatos. Ante la imposibilidad de parar tales proyectos, los habitantes piden, al menos, que se paguen infraestructuras básicas para la comunidad. El balance final es muy positivo para China, para ciertos magnates, y, sin duda, para el PIB del país. En cambio, la calidad de vida ha decaído, aumentando la desigualdad, la pobreza, el alcohol, la prostitución… y, claro, también la corrupción.
  11. Lucía López Marco, veterinaria, escribe para defender a las royas bilbilitanas, una raza de ovejas españolas en declive. Hay que hacer un balance adecuado incorporando factores de bienestar animal y de la huella ambiental que supone toda ganadería, también la extensiva.
  12. Justicia Alimentaria se reserva un espacio para hablar del desastre del terremoto de Haití en 2010. Empresas mineras o de la agroindustria que simularon querer ayudar, solo deseaban hacer negocios. Monsanto  regaló semillas transgénicas para fidelizar nuevos clientes. Tras sucesivas protestas se revelaron sus secretos.
  13. Antonio Galadón Palomares nos cuenta una distopía tras una batalla llamada del Agua. Con un mundo empobrecido, hambriento y sin libros, nos hace reflexionar sobre cómo evitar un colapso hídrico.
  14. Los problemas de la falta de lluvias también los trata Javier De Miguel Cerrada, contándonos las preocupaciones de una agricultora, Sara, que sufre los problemas clásicos y modernos del campo, incluyendo el más importante, el cambio climático y todas sus consecuencias.
  15. Ana Mizgier inventa un juego muy real, al que jugamos todos los días, el juego del consumidor responsable. Las reglas te dan o te quitan puntos de Tiempo, de Dinero o de Conciencia. Al final siempre acabas perdiendo, porque los que ganan hacen trampas y juegan con etiquetas engañosas. Lo que pide es que se obligue a la industria a ser responsable y se impongan multas sustanciosas.
  16. Aïda Romero Inglada nos indigna con su relato al abrirnos los ojos ante la destrucción de ciertos intereses económicos. Se construyen rascacielos en el hogar de las abejas. Todos conocemos muchos ejemplos. En Málaga estamos bien servidos.
  17. Francisco Sacristán Romero nos cuenta la experiencia de Susana como mujer del campo en la comarca de Almazán.

    Portada del libro ecologista GRIS QUE TE QUIERO VERDE

    «Gris que te quiero verde pretende ser un mapa para esquivar la crisis ecológica y el colapso de nuestra sociedad civilizada»

  18. Raquel Castro Rodríguez nos demuestra lo fácil que es ayudar a personas lejanas cuando alguien tiene interés, incluso en situaciones complicadas.
  19. Luis Gabriel David relata la anécdota de cómo la Nobel de la Paz paquistaní Malala Yousafzai evitó un matrimonio forzado y que una joven abandonara sus estudios.
  20. Nuestra aportación es un relato sobre un rocambolesco amor de carambola. Todo surge por accidente en el proceso de toma de conciencia ambiental de un adormilado personaje. Puedes leer más relatos del autor en Historias Incontables.
  21. Jorge Soria Romeo nos abre los ojos a los problemas del mundo rural, entre los que no está la despoblación.
  22. Berta Isabel Blasco Garín escribe sobre Berta, una mujer muy antisistema y también, por supuesto, algo incomprendida.
  23. Eduardo José Viladés Fernández de Cuevas critica en su texto a los jóvenes de hoy en día con argumentos ancestrales y actuales, pero cayendo en estereotipos, posiblemente no tan generalizados como podría pensarse.

Libros motivadores —como este— son muy necesarios, tanto para mostrar ejemplos y caminos posibles, como para alertar de hacia dónde vamos. En la misma línea, ya hemos comentado por aquí otros libros de relatos como Noticias del Antropoceno, La vida te enseña o Relatos ecoanimalistas.

♥ Otras lecturas de interés:

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El sistema eléctrico de España en diez vídeos muy didácticos

Vídeos breves y didácticos sobre el sistema eléctrico español y sus centrales eléctricasEl sistema eléctrico en España no es simple. Tampoco es bien conocido el algoritmo que decide el precio final de la electricidad —sistema marginalista— ni por qué es este un sistema injusto, que genera los llamados beneficios caídos del cielo, que no son otra cosa que ganancias que proceden de vender muy caro lo que en realidad es barato.

Sin embargo, disponer de conocimientos elementales sobre este sector es muy importante para poder tomar decisiones a dos niveles: como sociedad y como ciudadanos. Esta mini serie documental nos hará conscientes de cuestiones tan importantes como que podemos elegir pagar por electricidad renovable en nuestras casas y negocios, pero también de la necesidad de reducir nuestro consumo energético, incluso aunque proceda de fuentes renovables, porque todas las renovables tienen su inherente —y poco conocido— impacto ambiental. Por tanto, no todas las renovables son ecológicas. Como suele decirse, «la energía más limpia es la que no se consume».

La serie está formada por diez episodios gratuitos, editados por Alejandro García Pérez como parte de su TFG en la Universidad de Málaga, y están publicados en el canal de YouTube de Blogsostenible. Cada vídeo dispone de una descripción donde, de forma esquemática, se enumeran todos sus contenidos. Sin ánimo de copiar esa descripción, aquí vamos a resumirla para dar una idea de los contenidos de estos diez vídeos:

1. Sistema Eléctrico de España | Parte 1: conceptos básicos.

  • Aclara quiénes son los participantes en el sistema: productores, distribuidores, comercializadoras, consumidores, etc.
  • También se resumen las tareas de organismos como Red Eléctrica Española o el Centro de Control Eléctrico.
  • Se comenta lo que es una curva de demanda.
  • También se tratan otras cuestiones, como son, las energías renovables, las energías libres de emisiones, las energías no renovables, etc.

2. Sistema Eléctrico de España | Parte 2: generación, demanda e intercambios.

  • Evolución de la potencia eléctrica instalada y de la demanda.
  • Intercambios de electricidad de España con otros países.
  • Pérdidas en el transporte de la electricidad (también por robos).
  • Emisiones totales (en toneladas de CO2 equivalente) y por unidad de energía producida (toneladas de CO2 equivalente por megavatio-hora).

3. Mercado eléctrico de España.

  • Se explica el algoritmo que pone precio a la electricidad.
  • Descubre los distintos tipos de centrales eléctricas.
  • ¿Sabes las diferencias entre mercado libre y regulado?
  • ¿Qué son los tramos horarios y qué rango de horas ocupan?
  • ¿Conoces tu factura de luz?
  • ¿Sabes si estás pagando por electricidad 100% renovable o cuantos residuos nucleares genera tu factura?

4. Energía nuclear en España.

5. El carbón en el sistema eléctrico español.

  • Descubre lo que ha pasado con el carbón y su futuro.
  • Aprende algunos problemas de esta fuente energética, como la lluvia ácida, el CO2, el efecto invernadero, las cenizas volantes, etc.
  • ¿Por qué las renovables son más baratas y eficientes?

6. Centrales de ciclo combinado en España.

  • Producen electricidad quemando metano (gas natural, un poderoso GEI).
  • Procedencia del gas antes y después del conflicto en Ucrania, para España y la UE.
  • ¿Cómo influye esta tecnología en el precio de la luz?
  • Este vídeo también explica la red gasista de España, el impacto ambiental, la taxonomía europea y otros temas relacionados.

7. Energía renovable en España | Parte 1: qué es y cómo funciona.

  • Se verá la diferencia entre las fuentes renovables sin electricidad (de accionamiento directo) y las renovables para producir electricidad.
  • Tipos de renovables: geotérmica, hidroeléctrica, mareomotriz, undimotriz, biomasa, hidroeólica…
  • Entre otras cuestiones, también se explica lo que es el factor de carga, las ventajas de la hidráulica, las centrales de bombeo, y por qué pagamos precios excesivos por la energía hidráulica, siendo como es tan barata y usando un recurso público (el agua).

8. Energía renovable en España | Parte 2: medioambiente, el futuro y el autoconsumo.

  • ¿Qué necesita la renovable para ser viable?
  • ¿Hay daños ecológicos?
  • ¿Es el hidrógeno la solución? (aquí más información).
  • ¿Por qué el autoconsumo es la opción más eficiente? (para agua caliente y para electricidad).
  • ¿Qué problemas se plantean? (No es oro todo lo que reluce).

9. Energía solar en España.

  • Potencial de esta forma de energía.
  • Evolución pasada y panorama futuro.
  • Inconvenientes (minería, reciclado…) e impacto ambiental.
  • Autoconsumo y comunidades energéticas (aquí más información).

10. Energía eólica en España.

  • Cómo aprovechan el viento los aerogeneradores y qué tipos hay: de eje horizontal, de eje vertical y de vibración.
  • Curvas de potencia de los aerogeneradores.
  • Cómo estudiar el viento. Herramientas de cara a un parque eólico.
  • Rosa de los vientos. Ejemplo para Málaga.
  • Mapas/Atlas eólicos en España (por ejemplo, del IDAE).
  • Panorama y evolución de la eólica en España: potencia instalada y peso en el sector de la generación.
  • La eólica marina, su problemática y su futuro.
  • Integración de la eólica en el sistema eléctrico de España y su papel en el mercado y en los precios.
  • Impacto ambiental de la eólica en todo su ciclo de vida: emisiones, transporte, impacto de la creación de caminos, afecciones a la biodiversidad (colisiones con aves y murciélagos), y reciclado de las palas de los aerogeneradores.

Para ver la serie completa, solo tienes que reservarte un par de horas. Si prefieres ver uno o varios capítulos por separado, los entenderás perfectamente. Aquí tienes la serie completa publicada en el canal de Blogsostenible.

♥ Más sobre energía:

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Los ecologistas solo piensan en prohibir y odian la libertad… #IronicModeON

Quieren prohibirlo todo. Ellos prohibirían comer carne y cazar en todo el planeta; prohibirían talar árboles y contaminar el agua; prohibirían la sobrepesca y la pesca de arrastre; prohibirían las mascotas y el plástico, las nanotecnologías y los bitcoins, los zoos, los acuarios y los circos… Ellos prohibirían hasta los coches eléctricos (imagina los de combustión); prohibirían los transgénicos, la energía nuclear, y hasta las renovables donde estorben, prohibirían la leche, los huevos y el maltrato animal, prohibirían ser ricos… prohibirían incluso la libertad misma y las toallitas húmedas.

Sin duda, en general, es más adecuado educar que prohibir. Ahora bien, es evidente que la educación ha fallado —o hemos fallado educando— y que confiar en las buenas intenciones es ineficaz. Las prohibiciones nos quitan libertad a todos. A cambio, pueden mejorar la calidad de vida de la mayoría. La libertad es muy bonita, pero hay que aclarar para qué la queremos y a costa de qué.

Una sociedad sin prohibiciones es una jungla que nos lleva a autodestruirnos. Prohibimos cuando evolucionamos. A veces, cometiendo errores. Por ejemplo: se prohíben los perros en ciertas playas y no se prohíben los humanos ni sus dichosas bolsas y artilugios de plástico de usar y tirar (que son más molestos y dañinos). Nuestra comodidad y nuestra ambición mueven la economía, aunque sea hacia el colapso. ¿Y si prohibimos la presencia humana en el 10% de cada playa? ¿Qué pasaría en ese ecosistema libre de humanos?

¿Debemos descartar las prohibiciones y que la libertad domine el planeta?

Imagina un planeta sin prohibiciones. Las carreteras ya no tendrían límites de velocidad. Se venderían armas libremente. Las empresas podrían vender más barato porque podrían reducir sus costos contaminando el aire, el agua o la tierra. Los cazadores podrían cazar lo que quisieran, cuando quisieran (así fue durante millones de años y se extinguieron multitud de especies). Podrías ir en coche a cualquier sitio y aparcar donde quisieras. El pescado sería más barato y no pasaría controles de sanidad. Más macrogranjas darían empleo a más personas y podrían vender barato más músculos animales, porque no habría costes de tratamiento de purines, ni veterinarios, ni control del maltrato animal. Las leyes de bienestar animal encarecen los productos. Ya veremos de dónde sacar agua para beber, regar o limpiar.

Sin prohibiciones, las personas podrían migrar sin miedo. Las empresas de alimentación podrían vender lo que quisieran (tendríamos más variedad). Las personas decidirían libremente qué comer, aunque los engatusaran con alimentos poco sanos. No habría miedo al castigo, porque no habría castigos, ni ley.

¿Sería un mundo ideal este paraíso de la libertad? Muchos liberales están defendiendo algo parecido a eso. La desregularización de todos los sectores económicos traería el libre mercado, la ley de la selva para las empresas y para sus inversores. Libertad para que el dinero circule por las manos más negligentes y egoístas.

¿Conclusiones?

Un tuitero nos decía, con total convencimiento, que «no podría vivir sin toallitas» y que es mejor educar que prohibir. Por desgracia, cuando educar no es fácil, prohibir es más rápido y efectivo. Si se prohíben las toallitas húmedas, ahorramos ingentes costes económicos y ambientales y solo se perjudican unas cuantas personas. La humanidad ha vivido miles de años sin toallitas. Podemos seguir haciéndolo y beneficiarnos de todas las ventajas (económicas, ambientales, etc.).

Prohibir y regular puede ser la salvación, si se hace y se explica bien. Los cazadores quieren libertad absoluta en la caza, pero no en la carretera. Las empresas quieren libertad absoluta en el tratamiento de sus residuos, pero que se controlen las empresas extranjeras para que no les hagan competencia. En síntesis, el egoísmo de una minoría no puede condicionar nuestro futuro. Por eso, debemos revisar el párrafo inicial y prohibir todo lo que beneficie a la biosfera (no solo a la humanidad).

Caen en el ridículo los que exaltan la libertad sin pensar en las consecuencias. Las prohibiciones son esenciales en una sociedad inteligente y próspera. Igual que aceptamos las leyes para circular por las carreteras, también debemos aceptar y promover leyes de respeto ambiental y animal. Lo importante no son los intereses particulares de ciertos colectivos, por más poderosos o ruidosos que sean. Lo que debería imperar es el interés general de la biosfera (con nosotros incluidos). Si el medioambiente no es de interés general… ¿qué otra cosa lo es?

♥ Más sobre la libertad:

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Ecología del transporte: las consecuencias de llenar el planeta de carreteras

El mensaje ecologista es —para algunos— extraordinariamente molesto. Son verdades que nos muestran lo mal que estamos haciendo las cosas —o lo que es lo mismo— lo tontos que somos. Hay que ser humilde y tener ganas de mejorar para aceptar el reto que se plantea. Sin duda, lo más cómodo es atacar al mensajero.

La Ecología del transporte es un campo que estudia las bioimplicaciones de nuestros sistemas de trasladarnos (por tierra, mar y aire, incluyendo aviones, trenes o motos de agua). La Ecología de carreteras es un subcampo que analiza todo el daño ecológico de esas infraestructuras, como por ejemplo:

  • Animales atropellados.
  • Rutas migratorias cortadas.
  • Contaminación por CO2, ruido, plásticos… y también, por supuesto, por partículas y caucho de los neumáticos.
  • Destrucción indirecta. Por ejemplo, las carreteras son infraestructuras necesarias para el desastre climático, facilitan provocar incendios forestales y ayudan a expoliar los bosques (permitiendo el transporte de los troncos y haciendo posible ganadería y agricultura donde sería inviable sin estas vías).

En síntesis, las carreteras pueden facilitar una destrucción y unos impactos mucho más graves de lo que ellas mismas destrozan directamente. Cuantas menos carreteras construyamos, menos poder destructivo daremos a los magnates del desastre.

Se ha demostrado que los incendios forestales son más frecuentes en las zonas donde hay vías de acceso. Casi todos los incendios son de origen humano y los caminos facilitan el acceso a los que provocan el fuego (intencionadamente o no).

Medidas necesarias para paliar el problema:

  1. Aprobar una moratoria a la construcción de nuevas carreteras (no solo autopistas).
  2. Mejorar la red de ferrocarriles y abaratar sus billetes. En esto, excluimos los trenes de alta velocidad por su enorme impacto ambiental.
  3. Desmantelar carreteras infrautilizadas. Estudiar qué vías no son rentables (mirando diversos parámetros) y eliminarlas, para devolver ese espacio a la naturaleza y para ahorrar sus costes de mantenimiento.
  4. Expulsar el coche [del centro] de las ciudades. Se ha demostrado que es la mejor manera de fomentar el transporte público.
  5. Poner peajes a las autopistas para reducir el tráfico y que los costes no sean soportados por todos los que no usan esas infraestructuras. Esto debe hacerse, al menos, para vehículos privados. Para mercancías o transporte colectivo, se puede optar por otro tipo de tasas que graven particularmente los viajes largos y los productos de alto impacto.
  6. Encarecer el comercio de mercancías a largas distancias para desincentivar el abuso. Los ingresos por esos impuestos deben dedicarse a fomentar alternativas locales y ecológicas. Los acuerdos comerciales de productos agrarios provocan problemas en el campo, como ya se ha comentado en otro artículo de Blogsostenible.
  7. Hay que permitir que la fauna pueda cruzar las rutas: construir puentes y túneles para todo tipo de animales y no solo para los más grandes como ciervos o lobos, sino también para anfibios o reptiles. Debemos darles prioridad. En India hay una autopista sobre un bosque para que la fauna viva debajo de ella sin cortarle el paso. En EE.UU. se están dedicando fondos federales a construir pasos para fauna en toda su red de carreteras.

Como decía un chiste de El Roto…, ya que sabemos lo que habría que hacer, haremos cualquier otra cosa.

♦ Más sobre transporte y sostenibilidad:

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Algunos ingenieros de montes no entienden la naturaleza

Ingeniería de Montes es lo mismo que Ingeniería Forestal. Es un grado que huele a verde, pero como suele ocurrir, generalizar es equivocarse. A través de artículos y de la red Twitter-X, hemos conocido varios casos de ingenieros —hombres siempre— que tienen una visión excesivamente materialista del medioambiente. Ven la naturaleza solo como una fuente de recursos para las personas. Por tanto, el humano tiene el derecho de gestionarla. Por supuesto, no dudan en sentirse ellos mismos —con su título bajo el brazo— como los mejores administradores, ya que piensan que la naturaleza no entiende de gestionar montes, aunque lo haya hecho con éxito abrumador durante muchos más años de los que su titulación se imparte sobre la faz de la Tierra. Bajo su prisma, pareciera que la los ecosistemas están a salvo gracias a que los egresados pueden ejercer y lucrarse con su gestión.

Por supuesto, no queremos generalizar. Sabemos fehacientemente que existen ingenieros e ingenieras forestales con tantos conocimientos como respeto a la naturaleza; y que trabajan y se esfuerzan día a día para conservar y mantener la biodiversidad sobre el trocito de Tierra en el que tengan influencia de una u otra forma.

Las primeras preguntas que nos hacemos son: ¿Serán ese tipo de ingenieros forestales casos aislados? ¿O serán excepcionales los que respetan a la naturaleza de verdad? ¿Qué tipo de educación ambiental reciben a lo largo de su formación como ingenieros? ¿Se  inculca de forma generalizada la filosofía empresarial de maximizar las ganancias explotando el medio? ¿Se les educa en la sensación de que la naturaleza es un enemigo al que doblegar?

Un caso grave

Eduardo Rojas Briales es un paradigmático ejemplo. Decano del Colegio de Ingenieros de Montes y profesor de la Universidad Politécnica de Valencia, en un artículo bastante desafortunado vierte topicazos tan falsos como que el problema de la soja es la que se usa para sucedáneos de lácteos o carne. La realidad es que el 74% de la soja mundial se dedica al ganado (no para consumo humano directo). Digámoslo claro: los veganos que comen tofu no son los culpables de la deforestación del Amazonas.

En el mismo artículo pretende blanquear la ganadería extensiva y la ingesta de insectos, como si los insectos no sufrieran y esa fuera una alternativa perfecta. El autor mencionado no tiene en cuenta que la ganadería en extensivo causa una enorme contribución a la crisis climática, incluso aunque fuera certificada en ecológica, cosa que no es habitual. Debemos dejar claro que según la ciencia, el ganado vacuno es uno de los mayores problemas ambientales de la humanidad. La ganadería en extensivo podría ser climáticamente neutra, si los ganaderos redujeran el número de animales a 1,25 cabezas de ganado por hectárea, cosa altamente improbable. Otros estudios científicos concluyen que la carne con menos impacto ambiental es mucho peor para el medioambiente que las verduras con mayor impacto.

Sin embargo, Rojas sostiene, literalmente, que: «pretender generalizar en todo el mundo una alimentación basada exclusivamente en alimentos de origen vegetal comportaría altísimos costes de transporte». La afirmación correcta es justamente la contraria porque, entre otras cosas, el 85% de las tierras de cultivo se utilizan para alimentar ganado. Si esa producción se dirigiera a las personas, no solo sobrarían alimentos y se podrían renaturalizar parte de esas tierras, sino que se transportarían menos.

En el artículo defiende la acuicultura para resolver el problema de sobreexplotación pesquera de los mares. Es cierto que la pesca está colapsando, pero la acuicultura se alimenta precisamente de pescado del mar, con lo cual es parte del problema.

Rojas asegura, además, que los pastizales solo pueden ser conservados por la ganadería extensiva, lo cual es un tremendo error porque pastizales, praderas o sabanas son ecosistemas independientes de la ganadería extensiva. Pueden explotarse para uso ganadero, pero en absoluto esos ecosistemas dependen de los humanos para ser valiosos. Más bien lo contrario. De hecho, la ganadería es culpable en todo el planeta —desde Argentina o Brasil hasta España— de quemar bosques para provocar prados. Los casos de Asturias o Galicia son tristemente famosos.

Para dejar clara su visión sesgada de la naturaleza, el Sr. Rojas, como otros ingenieros de montes, está a favor de la caza, alegando el manido argumento del control de poblaciones de especies (y comparándola con las macrogranjas). Esto demuestra lo poco que ha aprendido en la universidad sobre el medioambiente y sus cuatro leyes de la sostenibilidad. Allí donde no interviene el humano, las poblaciones se equilibran con subidas y bajadas suaves. En cambio, es el humano el único que suele generar desequilibrios que luego quiere arreglar pegando tiros, generando más conflictos. La caza implica serios problemas al medioambiente y a la sociedad, y el argumento del control poblacional ha sido ya derribado en cientos de ocasiones; y máxime cuando se sabe que son los cazadores los que crían animales salvajes para provocar exceso de esas poblaciones que luego quieren controlar a tiros, o también tiroteando a los depredadores que, como el lobo, controlan mejor que nadie las poblaciones. Por tanto, los cazadores se quedan sin su principal argumento, ese que los convertiría en «seres necesarios». Así, lo más sensato es prohibir la caza deportiva, de todas las especies, en todos los territorios. Y mientras eso se consigue, hemos propuesto unas medidas para una transición lo menos problemática posible.

En el mismo artículo, Rojas repite el falso mantra de que la carne es necesaria para una alimentación sana. Algunos no quieren enterarse de que ha sido bien demostrado y divulgado lo que dice la OMS: las dietas vegetarianas o veganas adecuadamente planificadas son saludables, nutricionalmente adecuadas y pueden proporcionar beneficios para la salud.

Recientemente, hemos descubierto que la industria de la carne paga a científicos y universidades para bloquear políticas climáticas (y para fomentar el consumo de carne). También sabemos que las industrias más contaminantes pagan a museos y subvencionan cátedras en prestigiosas universidades. Justifican así sus negocios ante la sociedad. Entonces, ¿no sería posible que sea un caso más de un científico vendido a esas contaminantes empresas?

Otros casos en X

El Dr. Juan Andrés Oria de Rueda, otro ingeniero forestal, parece inclinado a generar odio hacia los jabalíes para justificar la caza. El 10 de marzo de 2024 publicaba un tuit que luego borró, seguramente tras la adecuada réplica de otro usuario que captura el original. Este ingeniero publicaba un vídeo indicando que una «avalancha de jabalíes» huían «del mal tiempo» y que podían ser «muy peligrosos». La réplica le argumentaba que en el vídeo se escuchan perfectamente ladridos de perros, por lo que dicha avalancha y toda su peligrosidad se debe a que la manada huye de perros de caza. De hecho, está bien demostrado que en temporada de caza es cuando más accidentes hay por atropellos de fauna. Ello se debe a que los pobres animales escapan de los cazadores desatendiendo otros peligros. Otro ingeniero forestal, Daniel de Lucas García, niega esos datos recientes, sacando otros que él mismo reconoce que son antiguos (y sin citar la fuente).

Recordemos que España es el único país de la Unión Europea en el que está permitida la caza con perros (jaurías o rehalas).

En otro tuit, Oria pretende generar miedo en la población por una supuesta plaga de garrapatas «mortales» que sufren los jabalíes. Seamos sinceros: la mayoría de las picaduras de garrapata son inofensivas o leves y solo en casos muy excepcionales pueden provocar serias consecuencias.

Otro colega ingeniero, Javi Oliver no ve nada malo en criar animales salvajes en granjas, para soltarlos y disfrutar disparándoles, siempre que sea en un coto cerrado.

Este ingeniero parece ignorar que los animales salvajes no quieren estar encerrados. Especialmente cuando huyen, rompen las mallas de caza y escapan, muchas veces malheridos. Otras, no las rompen, pero se desesperan y se desangran en el intento. Además, presume de saber que un vídeo de Twitter está grabado en un coto cuando parece más factible que la malla está al otro lado del camino de donde sueltan a los animales y, en todo caso, viendo solo el susodicho vídeo, es imposible asegurar si hay un coto y en qué parte está.

Y un último caso.

Otro ingeniero, J. Merino, nos acusa a los conservacionistas de tener una visión Disney, como si no supiésemos que en la naturaleza mueren animales, cosa que hasta se muestra en películas de Disney, como El Rey León o Bambi. En esta última, la madre del cervatillo protagonista muere tiroteada por un cazador, precisamente. La misma persona alaba la belleza de los diques o los defiende directamente, sin mencionar el daño que hacen a la fauna y flora.

Difundir ideas falsas para defender intereses privados está a la orden del día en las redes sociales.

El colegio oficial y unas preguntas

En la cuenta tuitera del Colegio Oficial de Ingeniero de Montes no hemos encontrado afirmaciones tan claramente falsas o antiecológicas. En un tuit parecen lamentar que se pierda la caza pero, sobre todo, que haya montes sin gestionar. Tal vez, la solución está en la renaturalización (rewilding).

Por supuesto que el medioambiente es una fuente de recursos. «Todo está tomado de la naturaleza», dijo De Jouvenel. Pero una cosa es aceptar la necesaria evidencia y otra tener una visión meramente economicista de lo natural.

Ante estos casos, nos planteamos unas dudas. ¿Se está educando bien en la universidad? ¿Son estos ingenieros excepciones que defienden sus propios intereses (o aquellos de quienes les pagan), al margen del bien colectivo y de la verdad científica? ¿Acaso no ocurre lo mismo en todos o casi todos los sectores de la sociedad y no solo entre los ingenieros forestales? ¿Pretendemos que ciertas personas, por su formación cercana a la naturaleza, sean líderes en respetar aquello que el resto de la sociedad pisotea sin piedad?

Tantas dudas nos arrastran a una realidad: debemos reforzar la educación ambiental en todos los niveles educativos y en todas las titulaciones (universitarias o no).

  • Nota final: Si tienes información u opinión relacionada con este asunto, te agradecemos que escribas un comentario, siempre con educación y sin insultar, por supuesto.

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Suelo público para intereses privados (sin conciencia socioambiental, por supuesto)

El suelo público ha sido uno de los recursos más empleados por los políticos españoles para especular, privatizar y enriquecerse; ellos y aquellos que han estado dispuestos a corromperse en armonía.

Ejemplos hay para aburrir. Unos son obras sin terminar (como el Algarrobico o lo de Marina Isla de Valdecañas). Otros son ejemplos desgraciadamente acabados, aunque fuera mal (como los ecocidios de Doñana y del mar Menor, o la madrileña Operación Chamartín, de la que habla un reciente libro).

También tenemos demasiados ejemplos en proyecto. Allá donde haya un gobierno del PPSOE es muy posible que existan varios proyectos urbanísticos esperando cualquier despiste público para ser aprobados, ignorando o minusvalorando las consecuencias ambientales y sociales.

El ejemplo más claro de esta plaga podría estar en la ciudad de Málaga. Aquí hay proyectos millonarios, aunque no haya agua garantizada ni para los incautos que compren su casa de lujo. Veamos unos cuantos:

Juego Ladrillazo, sobre la burbuja inmobiliaria en España

En el modelo de ciudad al que camina Málaga, los malagueños estorban al negocio del turismo masivo y del ladrillazo. Es una ciudad en la que el ayuntamiento no quiere árboles, no quiere plantas salvajes, no le importa que se respire aire contaminado por una cementera, etc. Y tampoco pide perdón. ¿Cómo es posible tanto atropello? Nadie lo entiende, pero todos lo consentimos.

La técnica para privatizar suelo público es bastante simple y se resume con el ejemplo de la madrileña Operación Chamartín aludida anteriormente. El atropello de este plan urbanístico consistió en vender a bajo precio terrenos públicos a una empresa privada (el BBVA en este caso). Por supuesto, se contaba con el compromiso de una oportuna recalificación para permitir la construcción de más de 10.000 viviendas (100% privadas y para beneficio privado). Más de 25 torres con escasas zonas verdes que en realidad no lo son. Prototipo de ladrillazo gracias a «políticas urbanas insostenibles y excluyentes». Un buen ejemplo para aprender de los errores.

Encementar la ciudad sin justificar adecuadamente podría ser más que un error, un crimen. Por eso, pedimos que:

  1. Las ciudades deben autoimponerse límites. Cuando falten viviendas habrá que reducir los pisos turísticos, las segundas residencias, los edificios vacíos, los solares abandonados, etc. Este problema lo estudiaron los científicos Nebel y Wrigth con importantes conclusiones.
  2. Las recalificaciones deben minimizarse y, cuando se hagan, deben tener plena justificación social y una adecuada evaluación de impacto ambiental. Debe aumentarse el tiempo para reclamaciones y, en tal caso, dirimirse por tribunales adecuados. Debería limitarse a una por año como máximo para cada ayuntamiento.
  3. Todo lo que se construya en suelo público (o que fuera público 30 años antes de la recalificación), debería tener un mínimo de un 40% de viviendas sociales, que nos permitan luchar contra la turistificación, la pobreza y la desigualdad.
  4. Cualquier área a urbanizar debe garantizar un mínimo de 9 metros cuadrados de área verde por habitante, tal y como recomienda la OMS en áreas urbanas. Sería bueno que se incluyeran zonas para compostar.
  5. Los barrios deben organizarse para que estén cohesionados: que mezclen zonas de viviendas, de trabajo, carriles bici, transporte público, colegios, hospitales, mercados, zonas de ocio, etc.
  6. No se admitirán urbanizaciones exclusivamente «de lujo», habida cuenta de que los ricos son los que más impacto ambiental generan y de que el cemento produce excesivas emisiones contaminantes. Hay que frenar ambas cosas.
  7. Los árboles deben respetarse en cualquier construcción. Un árbol es mucho más valioso que un bloque de viviendas. No son aceptables los trasplantes ni las compensaciones.

Si quieres una ciudad distinta, más sostenible, tendrás que aprender y defender qué aspectos son los relevantes. ¿Para cuando dejamos el crecimiento en lo importante?

♦ Ideas para mejorar nuestras ciudades:

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Decrecimiento sí, pero… ¿de qué? Decrecer en unos sectores implica crecer en otros

Imagina que repentinamente ocurre algo imposible: unos científicos consiguen una forma de energía totalmente ecológica, fácil de usar y extraordinariamente barata. ¿Sería buena noticia?

Pues NO. Sería otra invención terrible para la biosfera, para todos los organismos vivos —sintientes o no— humanos incluidos. El problema ambiental+climático no radica exclusivamente en lo que contamina la energía, sino también en qué se usa esa energía.

En física, «energía» se define como la capacidad para realizar un trabajo, entendiendo trabajo como mover cosas de un sitio para otro. Y ahí está la clave. No es lo mismo usar energía para construir un colegio que para construir un tanque con sus proyectiles. Si la energía fuera barata, sería más fácil hacer colegios, pero también tanques, aviones, barcos de guerra, minería a gran escala, etc.

Por eso, lo importante es saber qué tipo de sociedad queremos construir y cómo medimos si progresamos o no en esa dirección. De ahí que no debamos usar el PIB para medir la marcha de la economía, por mucho que lo usen organismos internacionales. El PIB es fácil de calcular, pero no mide si avanzamos en la dirección adecuada. Hay formas de medir mucho más inteligentes y realistas, como el IPG.

Un ejemplo: el hidrógeno

Ante la mala fama de los combustibles fósiles y de la energía nuclear, el oligopolio energético quiere seguir haciendo negocio con el hidrógeno o con los mal llamados biocombustibles. Con ellos no reducimos emisiones ni consumo. Cultivaremos campos para coches y aviones. Perderemos más suelo y más ecosistemas.

Para engañar más, hablan de hidrógeno «verde». Ya han convencido a la UE y a sus miembros para invertir millones en esta locura; sin planificar ni poner límites claros en sus objetivos. Solo España ha puesto más de 15.000 MILLONES de euros (planes PERTE ERHA y PERTE de descarbonización industrial; y otros con el nombre de Proyectos de Interés Común). Se pretende transportar hidrógeno entre Cádiz y Huelva hasta el resto de Europa, construyendo una red inmensa de tuberías (gasoductos), sin tener en cuenta que el hidrógeno se escapa fácilmente: hasta el 80% podría perderse en una red tan descomunal.

El objetivo de este despropósito es doble. Por una parte, la mera creación de todas estas infraestructuras es un negocio jugoso, aunque sean ineficientes o no lleguen a usarse. Por otra, lo que está implícito es aparentar que podemos seguir viviendo como si no hubiera crisis energética. Y es falso. Los vehículos de hidrógeno no son ecológicos. Las industrias que usen hidrógeno «verde» tampoco serán ecológicas.

Lo urgente es asimilar que tenemos que afrontar un decrecimiento ordenado y planificado en muchos sectores económicos. El sector de la energía y el ganadero son dos ejemplos buenos y urgentes.

Políticos y politólogos usan la palabra crecimiento para referirse (casi en exclusiva) al crecimiento económico. Sin embargo, «DECRECER» no es solo reducir dinero y energía, sino que conlleva indefectiblemente CRECER en múltiples aspectos que son auténticamente necesarios, tales como por ejemplo:

  • Crecer en salud, incluyendo la menospreciada salud mental.
  • Crecer en calidad de vida, en tiempo libre, y también en felicidad.
  • Crecer en justicia social, equidad y ecofeminismo.
  • Crecer en fiscalidad ambiental, para que no salga barato fastidiar a la humanidad.
  • Crecer en respeto al diferente y a las minorías, inmigrantes incluidos.
  • Crecer en respeto a los animales y en el reconocimiento a sus derechos.
  • Crecer en puestos de trabajo en sectores auténticamente sostenibles (sin greenwashing).
  • Crecer en zonas renaturalizadas, bosques y zonas verdes.
  • Crecer en hectáreas de zonas auténticamente protegidas.
  • Crecer en educación ambiental, con eco-huertos escolares.
  • Crecer en la aprobación del ecocidio como delito ambiental y en su persecución judicial.
  • Crecer en agricultura sostenible y regenerativa, con más cultivos de secano (imprescindibles para salvar la humanidad según el IPV 2022 de WWF).
  • Crecer en usos sostenibles del agua para evitar el colapso hídrico al que nos dirigimos.

Por tanto, hablar de decrecimiento es principalmente hablar de en qué queremos crecer. Y con ese propósito, ¿quién no quiere decrecer?

Pero atención, todo esto no ocurrirá si no lo exigimos, si no elegimos a gobernantes comprometidos, y si no lo planificamos entre todas.

♦ Más sobre energía y decrecimiento:

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La agroecología ayudará al campo español más que la PAC. Aquí tienes la lista más completa de problemas y soluciones

El futuro del campo depende de la ecología. Es una afirmación que algunos agricultores —no todos y, tal vez, ni son mayoría— niegan con sus actos.

Ante las protestas del sector del campo, queremos apoyarlos, pero poniendo las cosas claras y evitando caer en las falsedades que promueven ciertos intereses políticos.

Aquí exponemos, tal vez, la lista más completa publicada hasta el momento de los problemas que afronta el campo español; y unas propuestas para caminar hacia su solución.

Ideas claras para el sector agroganadero

1. Un medioambiente degradado, sin insectos y sin materia orgánica en el suelo… es un desastre para la agricultura. Ningún agricultor sensato puede apoyar mecanismos que lleven a eso. Los agricultores que han maltratado sus tierras lo han hecho engañados por la agroindustria.

2. Reducir plaguicidas, cuidar el suelo, o mantener el barbecho son medidas necesarias para la sostenibilidad en el tiempo de actividades agrarias. Los ahorros compensan los inconvenientes (si se hace bien). La agricultura regenerativa ha demostrado que retiene mejor la humedad y los nutrientes. ¿A quién beneficia que el suelo pierda su fertilidad como está ocurriendo en miles de hectáreas?

3. La Agenda 2030 es positiva para los agricultores y, por tanto, para toda la sociedad. Solo hay que entender los puntos anteriores y reconocer que los pesticidas afectan directamente a la salud de las personas y que, junto con los residuos de las granjas, están contaminando acuíferos. En cambio, el ministro español quiere saltarse las leyes europeas para evitar enfrentarse a un puñado de agricultores desinformados. Contentarlos con mentiras puede parecer más fácil, pero a largo plazo es un error imperdonable. Los políticos saben lo que habría que hacer y, sin embargo, no se atreven por miedo a perder las siguientes votaciones.

4. No tiene sentido que los agricultores extracomunitarios puedan saltarse las normas que Europa exige a su producción interna. Los países que quieran vender en Europa deben aceptar las normas europeas y admitir los controles que la UE considere necesarios para garantizarlas. El país que no admita estas normas y controles debe quedar excluido de cualquier acuerdo comercial sobre esto. Los trabajadores del campo europeos tienen toda la razón en este aspecto.

5. La contaminación por el transporte debe pagarse con tasas adecuadas. Por ejemplo, comprar frutas de Sudamérica o de Sudáfrica está haciendo mucho daño a la economía de toda Europa y al medioambiente global. Por su parte, el consumidor debe prestar atención al comprar.

6. Potenciar un mercado de proximidad facilitará la venta de productos a precios razonables, saltándose intermediarios que tienden a abusar de consumidores, de agricultores y de las leyes que los defienden.

7. Los supermercados y los intermediarios son los principales culpables de que los agricultores no cobren un precio justo por su trabajo. Véase este clarificador gráfico. El gobierno debe controlar el aumento de precios desde el campo a la mesa, y facilitar mecanismos para que los agricultores lo denuncien, caso a caso, y puedan negarse a vender por debajo de sus costes, como dicta la ley. Actualmente, es una ley que no puede cumplirse, porque impera la ley de la oferta y la demanda. Los mayoristas no quieren pagar su precio completo (como ya se ha dicho en los puntos 4 y 5).

8. Es desesperante que las ayudas europeas (de la PAC, Política Agraria Común) se destinen principalmente, año a año, a campos que aplican la peor agroganadería intensiva; además de a grandes empresas que no necesitan ayudas para subsistir. Lo hemos denunciado repetidamente: el sistema de subvenciones debe cambiar. Un dato: el 20% de las personas perceptoras acapara el 80% de este dinero público. Otro dato: los grandes partidos españoles (PSOE y PP) votaron «a favor» de esa PAC.

9. Apoyar a las pequeñas explotaciones familiares es muy importante. Y no solo con dinero, sino también con leyes y con incentivos para mejorar en eficiencia y sostenibilidad.

  • Una Ley de Agroganadería Familiar debería fomentar la agroecología a pequeña escala y el acceso a recursos a quien no los tiene (tierras, asesoramiento, financiación…).
  • Los fondos de inversión éticos (promovidos, por ejemplo, desde la banca ética) pueden también hacer una gran labor.
  • La falta de relevo generacional es un problema que hay que tratar (y no centrarse, sin más, en la revitalización de pueblos de cualquier manera).

10. Adaptarse al cambio climático y conservar la biodiversidad es esencial para el campo. Los problemas ambientales están siendo muy mal explicados. Hay que hacer el esfuerzo que sea necesario para que los interesados los entiendan y los acepten. Todos nos beneficiaremos de ello, porque las consecuencias del cambio climático pueden ser terribles y avanzarán aunque las ignoremos. La biodiversidad es una de las cuatro leyes básicas de la Naturaleza.

  • Sería útil disponer de una buena formación reglada que ayude a convertirse en agricultor o ganadero con conciencia; con conocimientos tecnocientíficos, burocráticos, ecológicos y éticos.
  • No es admisible que se trate al campo como una industria; y a la tierra y a los animales como si fueran máquinas.
  • Algunas patronales agrarias resbalan pidiendo deseos imposibles: “dejadnos contaminar”, “dejadnos seguir usando el agua que no hay”, “dadnos la energía barata que no existe”. No caigamos en simplezas imposibles.

11. El acuerdo UE-Mercosur significa más problemas al campo europeo. Solo traerá más competencia, más contaminación, más kilómetros recorridos por nuestros alimentos, mayores ganancias a las multinacionales alimentarias y —ojo a esto— menor soberanía alimentaria. Pero atención, este no es el único tratado de libre comercio. Hay más. ¿No habéis notado que llega mucha fruta de Sudáfrica a mejor precio que la cultivada en España? Lo del libre comercio es un bonito juego de palabras para que algunos ganen mucho dinero.

12. Frenemos la agroindustria. No podemos permitir que grandes fondos de inversión internacionales consigan la propiedad de las mejores tierras, mientras personas con proyectos agroecológicos se encuentran con grandes dificultades. Inversores millonarios están detrás de macrogranjas y latifundios intensivos por toda España. Cuando la zona esté destruida, huirán a otra región, porque no es su tierra. Solo les importa el dinero.

13. La ganadería es responsable de elevadas tasas de contaminación y consumo de agua (también la extensiva). Negar hechos científicos constatados solo sirve para agravar el problema y retrasar las soluciones. Debemos reducir la ganadería drásticamente; y exigir severos controles contra el maltrato animal. Recordemos los siguientes datos para entender la magnitud de esta petición:

14. Hay que auditar las subvenciones públicas (no solo las de la PAC), de forma que se retiren las ayudas a sectores de alto impacto ambiental (y animal), como son el sector cárnico, lácteo, o incluso la pesca de arrastre. Esos recursos podrán usarse para fomentar todo lo que realmente es positivo y necesitamos.

15. Ante nuestro incierto futuro global, apostar por la soberanía y la seguridad alimentaria nacional es una inversión muy rentable en cualquier nación. Algunas medidas imprescindibles para España son:

Como dice el científico A.M. Turiel, «un país que descuida su producción de alimentos está condenado«. Tenemos que organizar un decrecimiento ordenado, también en la agroganadería intensiva.

Afortunadamente, no tenemos que elegir entre Doñana y sus fresas. No tenemos que elegir si salvar a la Naturaleza o al sector primario. Podemos salvar ambos. Nos interesa que ambos se salven. Por el camino, solo caerán los que quieren ganar mucho a costa de fastidiarnos a todos los demás… durante generaciones.

♦ Más ideas, para el que realmente quiera saber:

  1. Unos artículos clave sobre el sector primario:
  2. La espiral de la agricultura insostenible: de los milagros económicos a la precariedad socioambiental.
  3. Libro La era del veganismo, de Ibai Vegan (resumen).
  4. Ni la ganadería, ni el regadío. La agricultura de secano salvará a la humanidad: reflexiones sobre el IPV 2022 de WWF.
  5. Yogur y carne, alimentos de alto impacto ambiental y animal, aunque sean ecológicos o de ganadería extensiva.
  6. Encarecer la carne y el pescado, una medida más que necesaria.
  7. Algunos ingenieros de montes no entienden la naturaleza.

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