Gráfico que demuestra la inutilidad de las cumbres climáticas, porque la ciudadanía sigue votando a gobiernos ineficaces. Fuente: Observatorio de la Sostenibilidad.
Estamos en un escenario de crisis climática y ambiental. Estamos en un escenario de crisis climática y ambiental. ¿Cuántas veces hace falta repetirlo?
Gobiernos e instituciones a nivel mundial han proclamado oficialmente la “emergencia climática” y han firmado decenas de compromisos, como el Acuerdo de París. ¿Ha servido para algo? Podría decirse que no (véase la gráfica adjunta del Observatorio de la Sostenibilidad). Así pues, queda claro que los gobiernos han proclamado algo que no se acaban de creer, o bien, hay algo que les impide ser consecuentes. Seguramente, hay personas o empresas poderosas e influyentes a las que no interesa que se tomen medidas coherentes ante esta “emergencia”.
Si nos fiamos de la ciencia y nos creemos lo de la “emergencia climática”, lo coherente es tomar medidas contundentes. También deberíamos preparar a nuestros hijos para ese inevitable colapso económico y ambiental en el que tendrán que vivir. Sabemos perfectamente algunas de las consecuencias del desastre ambiental. De hecho, ya las estamos viendo —y sufriendo— aunque lo peor está por venir (si no lo evitamos).
En esta situación, hay varios futuros posibles, pero todos ellos pasan por reducir drásticamente el consumo de energía mundial (voluntariamente o no). Con menos energía disponible (y a mayor precio), la oferta de ciertas materias primas se reduce y todo se encarece. Ya estamos viendo la subida de precios y la carencia de ciertos materiales, desde microchips hasta acero, pasando por fertilizantes y alimentos.
Por tanto, una de las cosas más útiles es producir nuestra propia comida. En un futuro muy próximo, saber gestionar un pequeño huerto urbano —incluso en macetas— puede ser la diferencia entre comer o no comer. Ya hay colegios que lo ponen como asignatura obligatoria.
Sabemos que hay problemas de tiempo. No es fácil decidir qué materias recortar para introducir algo nuevo en la formación de nuestros jóvenes. Ese problema no es nada en comparación a las graves dificultades que se nos avecinan. Por tanto, resolvamos los problemas fáciles antes de que los complicados nos ahoguen.
¿Qué cosas se pueden aprender en un huerto ecológico?
- Recolectar, conservar y germinar semillas.
- Plantar y cuidar distintas plantas, para cosechar alimentos variados de forma ecológica: frutas, verduras, legumbres, hierbas medicinales o de infusiones, etc.
- Construir y cuidar un invernadero sencillo (con materiales reciclados).
- Compostar restos orgánicos del huerto y de la cocina, para conseguir buen abono.
- Aprender que las leguminosas fijan el nitrógeno y requieren menos abonos.
- Distinguir las temporadas y lo que hay que plantar o cosechar en cada una de ellas.
- Conservación de alimentos: desecados, conservas, compotas…
- Creación de huertos en pequeños espacios (macetas, balcones…).
De forma transversal se pueden aprender otros temas también esenciales:
- Comer de modo saludable, local y respetuoso.
- Alimentarse con hortalizas variadas, y reducir el consumo de alimentos de origen animal (carnes, pescados, lácteos y huevos).
- Respetar a la naturaleza.
- Conocer plantas y animales de la zona.
- Combatir las plagas sin matar todo con pesticidas.
- Reconocer y valorar las plantas ruderales (especialmente las comestibles o multifuncionales).
- Valorar la presencia de fauna salvaje (insectos, aves…), y a dejarles parte de la producción.
- Construir un hotel para bichos.
La Real Academia Española define horticultura como “el cultivo de los huertos”. Debemos urgentemente añadir a esa definición el texto de “asignatura esencial y obligatoria en todos los cursos de primaria, secundaria y bachillerato”. Cuando llegue el colapso, posiblemente la horticultura será lo más útil que hayan aprendido en el colegio.
♣ Más sobre huertos y botánica:
- Plantas multifuncionales: guía de usos, cultivo y recetas, de Ecoherencia (resumen).
- Plantas ruderales en la ciudad: Plantas oportunistas o espontáneas.
- Inconvenientes del césped artificial: ¿No prefieres ver tierra y plantas reales?
- Los tomates de mi terraza: un huerto urbano.
- Un huerto en tu casa: tú puedes.
Sin duda que el futuro está en la huerta, y en la inclusión de la horticultura en el curriculum escolar desde temprana edad.
Lastima que la mayoría de profesorado en este pais sigan sumisos y sin cuestionar lo mas mínimo los programas de gobierno y autonomías. Vemos desde hace tiempo que lo que define a los cargos políticos en el poder y en la dirección educativa en particular es la mediocridad, codicia, pereza, envidia y la mentira.
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