¿Y si quitamos las papeleras de las ciudades?

Es fácil ver que las papeleras de las ciudades se usan mal. Muy mal. Cantidades ingentes de materiales reciclables pasan por las papeleras para acabar en vertederos.

Imaginemos que las papeleras se retiran. Todas las papeleras, de todas las ciudades. La ciudadanía se preguntaría qué ha pasado. Unos se guardarían sus residuos para tirarlos donde puedan, incluso buscando los contenedores de reciclaje. Obsérvese que usamos la palabra residuos, no basura. Otros usarían el suelo como si fuera su basurero particular. Muy posiblemente la ciudad se volvería más sucia. Algunos no notarían nada. Otros se escandalizarían. Muy pocos buscarían soluciones en la educación.

¿Por qué las papeleras estorban ante nuestra crisis ambiental?

  1. Las papeleras reducen el reciclaje de materiales. Las papeleras son una invitación a tirar ahí todo lo que nos estorba. Y eso es un boicot a la recogida selectiva de residuos, incluyendo el compostaje (contenedor marrón que aún apenas existe).
  2. Las papeleras simplifican la vida a la ciudadanía, pero inhiben el ser responsables de sus propios residuos.
  3. La ausencia de papeleras obligaría a un mayor control y a una mayor responsabilidad. Por ejemplo, multando a los que ensucien la vía pública.
  4. También sería imperativo mejorar la educación ambiental. Sin papeleras, veríamos muy razonable educar a toda la ciudadanía a usar los contenedores de reciclaje y, sobre todo, a REDUCIR la generación de residuos. Reducir es lo más ecológico.
  5. Sin papeleras seríamos más conscientes del problema de los residuos, aunque solo fuera de una pequeña parte del problema. También se entendería mejor la necesidad de reutilizar los envases (y todo tipo de productos).
  6. Sin papeleras, necesitaríamos más contenedores de reciclaje, porque los que hay son claramente insuficientes para reciclar todos los residuos. Ni siquiera hay contenedores suficientes para reciclar lo que Ecoembes dice que se recicla. Por eso sabemos que Ecoembes miente.

Hay que ser muy inconsciente para no darse cuenta de que esta propuesta es muy conflictiva. Escuece demasiado en una sociedad acostumbrada a tirar residuos y olvidarse de ellos, como si las papeleras, los contenedores o el váter fueran agujeros mágicos donde todo desaparece. Pero no desaparece. Y los problemas siguen, quieras verlos o no.

Las medidas más raras, pueden ser las más necesarias. Lo que hoy es impensable, mañana será lo normal. Lo importante es plantearnos las ventajas y los inconvenientes de las papeleras en las calles y cambiar lo que sea pertinente. La situación no nos permite seguir haciendo lo de siempre. Nuestra propuesta puede probarse solo en un barrio (y no se debe medir solo la suciedad…).

¿Qué hacemos con lo que no se puede reciclar? Lo inteligente sería dejar de fabricarlo. Pero mientras, ayuda pensar un poco en lo estúpido que es fabricar —Y COMPRAR— esos productos.

Eliminar las papeleras de la ciudad es algo que nos molesta porque buscamos la máxima comodidad, pero tal vez es algo necesario para despertarnos de nuestros sueños infantiles. Los residuos no desaparecen. De hecho, solo crecen. Si queremos una sociedad sensata e inteligente tenemos que decrecer. En residuos, también.

♦ Sobre residuos, hay mucho que decir:

Acerca de Pepe Galindo

Estamos en el mundo para aprender y ayudar y, si es posible, disfrutar. Es autor de libros como "Salvemos Nuestro Planeta", "El buscador de lo inefable" y "Relatos Ecoanimalistas"; ademas de publicar regularmente en dos blogs: 1) blogsostenible.wordpress.com y 2) historiasincontables.wordpress.com
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