Billones de animales mueren por las construcciones humanas

En tren AVE es la causa directa de la muerte de miles de aves. El tren de alta velocidad AVE ha traído mucha destrucción ambiental en España. Aquí no vamos a hablar de los acuíferos dañados en Asturias o Málaga, ni de los ecosistemas destruidos, ni del desmedido precio invertido, ni de las estaciones absurdas que hay (llamadas estaciones fantasma), ni de su poco uso comparado con otros países, ni tampoco de los trenes más baratos que han dejado de funcionar para forzar a los viajeros a usar el AVE. Aquí queremos resaltar que un estudio científico ha desvelado que mueren muchas aves atropelladas por trenes AVE. Según el estudio, se estima que cada año mueren 60.5 aves por kilómetro (en vías con 53 viajes diarios). Sencillamente las aves no reaccionan a tiempo ante una máquina tan veloz. Además de esos atropellos, hay que añadir las muertes por electrocución en la catenaria, por chocar contra los cables, o en los puentes y vallas perimetrales.

Animales inocentes mueren por nuestra culpa

Se estima que mueren miles de billones de animales por culpa de infraestructuras humanas, básicamente por atropello, colisión, electrocución o por la contaminación lumínica. Las cifras exactas son imposibles de averiguar, pero las aproximaciones son suficientes para atisbar la magnitud del problema. Unos cuantos datos:

150 billones de insectos se estima que mueren en las farolas de Alemania.
32.5 billones de insectos se estima que mueren atropellados por los coches, solo en Estados Unidos.
El mayor peligro del lince ibérico es la pérdida y fragmentación de su hábitat, junto con los atropellos: al menos 31 linces murieron en 2017 atropellados o por furtivos, y en 2018 ya van al menos 12. Pero en las carreteras también son atropellados, erizos, ratones, conejos, lirones… y por supuesto, también perros abandonados o mal cuidados.
La organización ornitológica SEO/BirdLife estima que mueren 18 millones de aves al año en los 18.000 aerogeneradores que hay en España (y la cifra está aumentando). Un caso dramático lo tenemos en Cádiz, donde los aerogeneradores han acabado con el alimoche, un buitre en peligro de extinción en Andalucía.
Las fachadas de cristal son una trampa para las aves, porque los reflejos les impiden verlas.
Más de 33.000 aves rapaces se electrocutan cada año por tendidos eléctricos.
Las fachadas de cristal de los edificios son trampas para millones de aves. Las cifras de aves que mueren por chocar contra edificios en todo Estados Unidos varían entre 365 y 988 millones y es la segunda causa de mortalidad de aves (la primera son los gatos domésticos que viven sueltos). Se estima que solo en el estadio de Minnesota se están muriendo 500 aves cada año al chocar contra los cristales. En España también hay edificios trampa. En Tarragona por ejemplo, en el edificio Plaça Imperial Tarraco morían muchas aves hasta que pegaron pegatinas y discos de colores en sus cristales.
Otras construcciones dañinas para las aves son las paredes de cristal de las pistas de pádel, las pantallas antiruido transparentes, los puentes o pasarelas de cristal, las marquesinas de paradas de autobuses… y en general las cristaleras de todo tipo.

Soluciones simples (pero hay que aplicarlas)

En las carreteras, hacer pasos para fauna en los puntos negros de atropellos y allí donde las carreteras partan el ecosistema natural.
Establecer corredores ecológicos para conectar los espacios naturales y facilitar la movilidad de la fauna y flora. WWF definió en España 12 corredores necesarios en su informe «Autopistas Salvajes«.
Pegar adhesivos en los cristales donde haya colisiones. Es mejor no esperar a que haya una segunda colisión.
Poner menos farolas y bajar su luminosidad, lo cual reduce el costo económico y la contaminación lumínica.
Correr menos con los vehículos motorizados es la medida más eficaz para reducir la mortalidad de fauna salvaje atropellada.
Pensar bien dónde se instalan parques eólicos, pues en lugares de paso de aves migratorias, las aspas pueden ocasionar muchas bajas: no siempre las energías renovables son ecológicas.
Instalar sistemas anticolisión en las líneas eléctricas y hacer pagar a las eléctricas multas por cada muerte en sus líneas. En España, Iberdrola ya ha pagado multas por este concepto (141.921 euros por la electrocución de un águila imperial ibérica).
Limitar las infraestructuras más dañinas. En particular el tren AVE y las autopistas no pueden crecer indefinidamente, y dados los costos económicos y ecológicos, estas infraestructuras en España ya son excesivas. Los peajes de las autopistas deben destinarse a paliar en parte el daño que ocasionan.

Las medidas propuestas son muy simples y, en general, baratas. Si a pesar de eso, no las aplicamos de forma urgente y generalizada… ¿cómo vamos a aplicar otras medidas más profundas para alcanzar un planeta sostenible?

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