6ª edición, Prentice Hall (1999), ISBN: 970-17-0233-6
Este libro es estupendo para aquellos que quieren tener una visión global y científica de los problemas de la Naturaleza y de lo que significa «Desarrollo Sostenible». Los conceptos son explicados de forma clara y evitando opiniones personales. Expone los hechos de forma científica y deja que el lector saque sus propias conclusiones. La gran variedad de ejemplos históricos y la multitud de fotos y gráficos complementan la rigurosa exposición.
Para más ideas y argumentos del Desarrollo Sostenible, véase esta colección de EcoArtículos.
El libro se divide en cuatro partes que hacen un recorrido bastante exhaustivo del concepto de ecología. Básicamente, el índice de los temas tratados es el siguiente:
- Los ecosistemas y su funcionamiento.
- Clasificación de los seres vivos.
- Principios básicos de la sostenibilidad: Los 4 magníficos.
- Equilibrio entre población, suelo, agua y agricultura.
- Problemas de la Superpoblación (violación del tercer principio de la sostenibilidad).
- La causa fundamental del hambre.
- Contabilidad ambiental y economía ecológica.
- El control de las plagas y el fracaso de los pesticidas.
- El agua.
- Contaminación: de aguas, de aire, cambio climático…
- Contaminación por productos químicos.
- Contaminación atmosférica.
- Contaminación en interiores: En tu casa, en tu trabajo….
- La lluvia ácida.
- Calentamiento mundial: El efecto invernadero.
- Deterioro de la capa de Ozono (O3).
- Contaminación y política: Las leyes en defensa de la Naturaleza.
- Recursos: biota, residuos, energía y tierra.
- Extinción de especies, Motivos de la pérdida de biodiversidad,
Ecosistemas presionados y sus recursos: Violación del cuarto principio de la sostenibilidad. - Contabilidad ambiental: El fracaso del PNB y la Naturaleza como empresa.
- El problema de nuestras BASURAS (RSU): Violación del primer principio de la sostenibilidad.
- Combustibles fósiles.
- Promesas y problemas de la energía nuclear.
- Energía SOLAR y otras fuentes renovables, o cómo cumplir el segundo principio de la sostenibilidad.
- Estilos de vida y sostenibilidad.
- EPÍLOGO.
- Extinción de especies, Motivos de la pérdida de biodiversidad,
La Agenda 21 es el documento oficial firmado por los líderes mundiales (representando al 98% de la población) en la Cumbre Mundial de la Tierra, patrocinada por la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en Rio de Janeiro en Junio de 1992. Algunos objetivos de este documento son reducir el impacto ambiental de las naciones industrializadas, revitalizar el progreso de los países en desarrollo, eliminar la pobreza y estabilizar la población mundial. «Poco a poco se va entendiendo que los asuntos de la pobreza, el crecimiento de la población, el desarrollo industrial, el agotamiento de los recursos naturales y la destrucción del medio están muy relacionados» (D. Sitartz, Agenda 21, 1993).
Según la ONU, el «Desarrollo Sostenible» es una forma de progreso o desarrollo que «satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones venideras de satisfacer sus propias necesidades» (Our common future, 1987). Según estos autores, para alcanzarlo se requiere «un grado especial de dedicación, compromiso e interés mutuo de los ciudadanos de la comunidad mundial».
1. Los ecosistemas y su funcionamiento
En un ecosistema viven una serie de seres vivos (biota) y están relacionados por una serie de factores abióticos, como la temperatura, la humedad, tipo de suelo o la salinidad.
A grandes rasgos, en zonas secas de mayor a menor temperatura tenemos desde desiertos calientes a la tundra. En zonas no muy secas suelen habitar pastizales y en zonas de precipitaciones altas, de mayor a menor temperatura, se forman bosques tropicales, bosques caducifolios, bosques perennifolios (coníferas) y tundra húmeda.
Clasificación de los seres vivos
Los seres vivos se pueden clasificar según sus características de alimentación en dos grandes grupos según produzcan o consuman materia orgánica.
La materia orgánica es la que proviene de los organismos vivos (carne, leche, hojas secas…) y la materia inorgánica son los materiales químicos del aire, agua, rocas y minerales. Así, los seres vivos pueden ser:
- Autótrofos: Elaboran su propia materia orgánica a partir de nutrientes inorgánicos y una fuente de energía del ambiente. Usualmente los autótrofos son plantas verdes que realizan la fotosíntesis, usando clorofila para absorber la energía de la luz solar.
De forma muy excepcional, también existen bacterias que emplean un pigmento purpúreo para realizar la fotosíntesis y otro tipo de bacterias quimiosintéticas
que no realizan la fotosíntesis, obteniendo su energía de compuestos químicos inorgánicos (como el sulfuro de hidrógeno). Los autótrofos son los llamados productores porque son los únicos organismos que producen materia orgánica energética (glucosa, C6H12O6) a partir de agua y dióxido de carbono de la atmósfera.
Además, producen oxígeno (O2) que vierten a la atmósfera:
6 CO2 + 6 H2O + Energía Solar → C6H12O6 + 6 O2
Por supuesto, la glucosa producida se combina con minerales (nitrato, fosfato, potasio) que obtienen del suelo para producir los tejidos vegetales y poder crecer.
- Heterótrofos: Se alimentan de materia orgánica para obtener energía, sin producir su propia materia orgánica. El proceso es el inverso al que ejecutan los productores y se llama respiración celular, por la cual las células requieren oxígeno del aire para realizar una oxidación de la comida y obtener la energía necesaria para vivir:
C6H12O6 + 6 O2 → 6 CO2 + 6 H2O + Energía
Observe que los autótrofos y los heterótrofos se necesitan mutuamente para
poder existir. Los heterótrofos pueden ser de dos tipos fundamentalmente:
- Consumidores: Son los que se alimentan de materia orgánica viva (que no lleva mucho tiempo muerta). Estos son los herbívoros (o consumidores primarios) que sólo comen vegetales, omnívoros que comen vegetales y animales, carnívoros (o consumidores secundarios o de orden superior) que sólo comen carne,
o también parásitos, que son vegetales o animales que se aprovechan de otra planta o animal para alimentarse de él durante un periodo prolongado. Entre el 60 y el 90% de la comida ingerida por los consumidores es oxidada para obtener energía para moverse y producir el calor interno. Siempre hay una parte del alimento que no es digerida, como gran parte de la celulosa o fibra (las paredes de las células vegetales), la cual es excretada. El restante porcentaje es utilizado para crear tejidos del organismo (para crecer, restaurarse o almacenarse como grasa), necesitando para ello nutrientes (vitaminas, minerales y proteínas). Esta cantidad de energía empleada en el crecimiento corporal es la única que podrán emplear los consumidores del nivel superior, los cuales, igualmente sólo aprovecharán una mínima parte para su crecimiento. Así ocurre sucesivamente en cada nivel alimenticio (o nivel trófico).
- Saprofitos y Descomponedores: Son organismos que se alimentan de materia orgánica muerta o detritos, formado por materiales vegetales muertos (hojas, troncos…), desechos fecales o cadáveres de animales. En este grupo están las lombrices de tierra, cangrejos de río, termitas, hormigas, escarabajos… También pertenecen a este grupo los llamados descomponedores, que son hongos (setas, mohos…) y bacterias, que se encargan de la putrefacción y descomposición de detritos. La celulosa, por ejemplo, que no es prácticamente utilizada por los consumidores, sí es utilizada por los descomponedores. A este grupo pertenecen también algunas cuantas plantas superiores (como la planta con flores Monotropa uniflora) que no tienen clorofila (no son verdes) y no pueden realizar la fotosíntesis.
Principios básicos de la sostenibilidad
Los principios básicos de la sostenibilidad de los seres vivos indican unas propiedades necesarias para que un ecosistema pueda mantenerse indefinidamente. Estos principios los cumplen los ecosistemas naturales y no son satisfechos por la mayoría de los ecosistemas artificiales en donde el hombre vive o donde el hombre ha intervenido demasiado. Podemos resumirlos a continuación:
1. Los ecosistemas RECICLAN todos sus elementos de modo que se libran de los desechos y reponen los nutrientes, formando parte de un ciclo coherente. Muchas veces el hombre establece el flujo (de nutrientes, materiales…) sólo en un sentido provocando problemas de agotamiento en unos lugares y de contaminación en otros.
Por ejemplo, los residuos de los productos orgánicos que utiliza (basura orgánica), en vez de devolverlos al suelo (abono) son depositados masivamente en basureros o tirados a las aguas (ríos y mares) donde contaminan muchísimo (eutroficación). Por otro lado, como las tierras de cultivo están muy explotadas se requieren abonos y como los anteriores se tiran, se recurre a abonos químicos que, usados en exceso, contaminan las aguas subterráneas y de ahí gran parte de la cadena alimenticia, aparte de la contaminación en el lugar de extracción, transporte… Hay que recordar que con la basura orgánica y con los residuos de las plantas de tratamiento de las aguas negras se puede hacer el mejor abono, reciclando los nutrientes, como hace la Naturaleza..
2. Los ecosistemas aprovechan la ENERGÍA SOLAR como fuente de energía.
En cambio el hombre utiliza otras fuentes de energía contaminantes (nuclear, petróleo…), incluso para la producción de alimentos (basados en la energía solar), para actividades como preparación de los campos, fertilización, control de plagas, cosechado, procesado, conservación, transporte…
Recordemos que en la Naturaleza prácticamente el 100% de la energía utilizada se obtiene del Sol a través de las plantas verdes (productores), que realizan la fotosíntesis usando la energía solar y otros compuestos (agua, dióxido de carbono, nitrato, fosfato, potasio…) para crecer. Por otra parte, los consumidores son en la Naturaleza aquellos que no producen materia orgánica, sino que utilizan la creada por los productores en el proceso llamado respiración celular por el que devuelven a la Naturaleza el agua y el dióxido de carbono que almacenaron los productores y utilizan la energía obtenida de esa reacción química para vivir.
Observe que en la Naturaleza los productores y los consumidores se necesitan para poder vivir, reciclan entre ambos los materiales y utilizan para todo la energía solar. Esta es una de las razones más importantes para defender los bosques y crear nuevos. Las plantas limpian el aire que ensucian los coches, fábricas… ¡anímate a plantar árboles!
3. El TAMAÑO de las POBLACIONES de consumidores debe permitir la regeneración de los alimentos consumidos (que no haya pastoreo excesivo).
Como vimos antes en la Naturaleza los seres vivos se comen unos a otros excepto los productores. Estos niveles son llamados alimentarios o tróficos. Pues bien, sólo una pequeña parte de los alimentos pueden pasar al nivel trófico superior, por lo que en cada nivel trófico debe haber menos individuos para garantizar la sostenibilidad (debe haber menos leones que gacelas). Sin embargo, especialmente en los últimos años el hombre está provocando un desequilibrio global, debido a un crecimiento desmedido de la población humana que provoca una ingente pérdida de biodiversidad, deforestación, pesca y ganadería excesiva… en definitiva un consumo excesivo de todo en general.
En particular, el consumo excesivo de carne se hace insostenible al ser tantos humanos generando ese consumo. En Estados Unidos, la mitad de las hectáreas cultivadas son para producir alimento para animales (sin contar lo invertido en la alimentación de mascotas domésticas). Para producir un kilo de carne de vaca se necesitan 16 kilos de granos y forraje. Dicho de otra forma, los vegetales necesarios para que una persona coma carne vacuna son suficientes para que 16 personas pudieran mantenerse comiendo directamente esos vegetales. Esa relación de 16:1 para la carne vacuna, varía en otros alimentos, como el cerdo (6:1), el pavo (4:1), la gallina (3:1) o los huevos (3:1). Además, para que la carne producida sea barata se maltrata a los animales (hacinamiento), se les medica en exceso, se les administra alimento poco natural y se les engorda artificialmente. En general, una alimentación básicamente vegetariana es más saludable, menos contaminante y evita sufrimientos a los animales. El consumo abusivo de carne también ha sido criticado con dureza por el poeta y filósofo español Riechmann y por el prestigioso filósofo de la ética Peter Singer, en su «Ética Práctica«.
4. La BIODIVERSIDAD debe mantenerse. Cada ser vivo tiene un código genético (ADN) único (excepto gemelos y clones) que garantiza la variedad y la riqueza de adaptación en caso de cambiar o alterarse las condiciones de vida. Conforme se reduce una población concreta, se reducen también las posibilidades de adaptación en el futuro. Incluso, si una especie es rescatada del borde de la extinción y su número se restablece, tendrá una uniformidad genética que será muy vulnerable (ante una enfermedad, por ejemplo).
La agricultura moderna, también impone monocultivos que son muy vulnerables ante plagas y enfermedades, por lo que se abusa de pesticidas contaminantes. Las variedades transgénicas (OMG, Organismos Manipulados Genéticamente) agravan ese problema, aparte de generar otros en algunos casos (alergias, daños a otras especies…) y la dificultad de asegurar su validez y seguridad. Gran parte de los medicamentos proceden de plantas silvestres y aún quedan por explorar el 98% de la flora. A pesar de todo esto, la biodiversidad está perdiendo diariamente multitud de especies animales y vegetales.
De ahí la importancia de conservar los bosques, ríos y mares, que es donde se conserva la biodiversidad natural. Por lo mismo, las autopistas o autovías para coches separan poblaciones de individuos evitándose las bondades del intercambio genético entre las distintas poblaciones. En España, por ejemplo, ese es uno de los principales motivos por los que el Lince Ibérico es el felino con mayor peligro de extinción del mundo.
Se concluye que «los ecosistemas más estables son los que tienen un grado mayor de biodiversidad. Los sistemas simples, en particular los monocultivos, son inherentemente inestables». Por tanto, «conforme reducimos el tamaño de las poblaciones sobrevivientes —lo que estamos haciendo con innumerables mamíferos, aves y otras especies—, disminuimos inevitablemente la variación genética de sus fondos y con ello socavamos sus posibilidades de adaptación en el futuro», ante cualesquiera cambios inesperados en el entorno. Por ejemplo, los monocultivos extensivos imponen una uniformidad genética que «es extremadamente vulnerable a la aparición de plagas y enfermedades». Más aún, los cultivos de Organismos Manipulados Genéticamente (OMG), los llamados transgénicos, imponen aún más esa uniformidad llevando a muchas variedades naturales (de maíz, soja…) a su extinción. Aparte, hay que sumar otros riesgos (como alergias) derivados del consumo de alimentos transgénicos.
La brutal pérdida de biodiversidad que se lleva produciendo en los últimos años nos lleva a perder numerosas posibilidades. Pensemos, por ejemplo, que el 98% de la flora esta aún sin examinar y que «si esta flora queda destruida antes de examinarla, perderíamos sustancias medicinales de valor incalculable».
2. Equilibrio entre población, suelo, agua y agricultura
Multitud de libros, artículos y documentos científicos tratan el problema de la superpoblación (ahí se incluyen gráficas e importantes datos sobre el crecimiento desmedido de la población mundial). En este libro es una parte importante ya que según estos autores «la pérdida de los ecosistemas naturales y las tensiones adicionales causadas por la contaminación en todo el mundo son consecuencia directa de la explosión demográfica mundial, aunada al aumento en el consumo».
Problemas de la Superpoblación (violación del tercer principio de la sostenibilidad)
La explosión demográfica es realmente asombrosa si examinamos cómo el crecimiento ha ido haciéndose cada vez mayor: En 1830 la población mundial llegó a los 1000 millones de habitantes. Un siglo después, en 1930 ya se alcanzaron los 2000 millones. Sólo 45 años después, en 1975 ya se habían alcanzado los 4000 millones. A principios de 1999 se llegó a los 6000 millones. Se espera que en el 2009 se alcancen los 7000 millones y que en el 2033 se llegue a los 9000 millones.
En el crecimiento de la población influye mucho la pobreza y en el mundo, el 21% de la población, que vive en los países ricos, posee alrededor del 80% de la riqueza. «La disparidad actual entre los países de ingresos altos y bajos es en parte un legado del colonialismo de los siglos XVIII y XIX. Francia, Inglaterra, Portugal, España y otros países europeos se apoderaron de hecho de Asia, África y América Latina y las convirtieron en colonias. Los pueblos nativos perdieron la propiedad de la tierra y, sin otros medios de subsistencia trabajaron por pagas mínimas (…) Además, se impidió que estos países se industrializaran. Desde luego, Estados Unidos comenzó del mismo modo, pero los indígenas rehusaron ser «esclavizados» y casi todos fueron muertos o confinados en reservas».
El crecimiento de la población «impone demandas crecientes al ambiente» pero esa «demanda de cada individuo al entorno depende de qué y cuánto consume. Cada nueva compra representa cierta carga adicional en los recursos para producirla, así como más desechos originados en su producción, uso y eliminación. Por lo tanto, los efectos negativos en el ambiente también crecen radicalmente con el aumento en el consumo», además de con el aumento de la población. Así, estos autores miden el impacto ambiental como una ecuación que multiplica el tamaño de la población por su nivel de consumo y lo divide por la consideración ambiental que exista en esa sociedad.
En los países con una agricultura de subsistencia y un crecimiento rápido de la población se dan algunos efectos que están bien justificados en el libro: a) Dividir las fincas entre los hijos de la siguiente generación o intensificar el cultivo (agotando la tierra en muchos casos). b) Crear nuevas tierras de cultivo arrebatándoselas a los ecosistemas naturales (bosques…). c) Migración a las ciudades y creación de focos de pobreza en ellas. d) Buscar trabajo en actividades ilegales (drogas, armas…). e) Emigrar a otros países (legal o ilegalmente). Además de eso hay que añadir que también puede darse un agotamiento de los recursos pesqueros e hidráulicos, caza furtiva, extinción de la fauna silvestre y diversas enfermedades como consecuencia de los focos de pobreza que se generan. Todo ello, por supuesto, tiene consecuencias para los países desarrollados, y uno de los que más preocupaciones despiertan es el aumento de los inmigrantes:
En EE.UU., «hasta 1875 era legal toda inmigración: quienquiera que se las arreglara para llegar podía quedarse y hacerse ciudadano. Esta apertura está inscrita en la estatua de la Libertad». Ahora, todos los países industrializados imponen duras medidas para evitar ser invadidos por los habitantes de los países pobres. Parece lógico que es necesario limitar esa inmigración pero, ¿hasta qué punto es necesario imponer restricciones?. Es un tema complejo pero parece claro que es necesario ayudar a los países en vías de desarrollo para evitar que su población tenga que emigrar. Así, la condonación de la deuda externa parece ser una herramienta importante para ello, a parte de para salvar de la pobreza extrema a millones de personas.
Para que esa ayuda sea efectiva es necesario saber los factores que influyen en el tamaño de las familias e intentar influir en ellos. Estos autores reducen a seis esos factores:
- Seguridad en la vejez: Como en los países pobres no existe la seguridad social, ni las jubilaciones y los servicios médicos deseables, entonces los ancianos necesitan de los hijos para ser cuidados.
- Mortalidad infantil: Está muy relacionado con lo anterior, ya que si esta mortalidad es elevada se producen tasas de fertilidad mayores. Tener una alta mortalidad infantil no estabiliza la población y, por supuesto, es inaceptable.
- Explotación infantil: Cuando los niños en vez de ir al colegio contribuyen notablemente al trabajo familiar, entonces los hijos son vistos como ayudas y no como cargas. En los países desarrollados los hijos no contribuyen notablemente al bienestar familiar por lo que son vistos como cargas: alimentarlos, vestirlos, educarlos…
- Educación: Es evidente la relación de este factor con el anterior. Cuando los niños van a la escuela se les retira del trabajo familiar y suponen una carga extra (vestido, material…). La educación de las niñas es todavía vista como innecesaria en multitud de países. Por supuesto, la educación ofrece multitud de oportunidades nuevas.
- Condición de las mujeres: La discriminación de la mujer (acceso restringido a educación, a negocios, a la propiedad…) fuerza a que sean vistas casi exclusivamente como cuidadoras de hijos.
- Disponibilidad de anticonceptivos: Los estudios demuestran una fuerte correlación entre tasas menores de fertilidad y el porcentaje de parejas que los utilizan.
En los países en desarrollo se ha creado, según estos científicos, un círculo vicioso entre pobreza, degradación ambiental y fertilidad elevada. Los países ricos salieron de ese ciclo gracias a la mejora paulatina de la sanidad y a que los excedentes demográficos emigraron a América, Australia… En los países en desarrollo la rápida mejora en sanidad ha reducido la mortalidad infantil sin dar tiempo a las parejas a adaptarse a esa concienciación.
Incluso, las empresas de alimentos infantiles han fomentado sus productos en países en desarrollo, lo que hace que se pierda la alimentación materna y con ello aumenta la posibilidad de que la madre quede nuevamente embarazada, aparte de que el uso de esos alimentos con agua sin esterilizar hace aumentar las enfermedades infantiles. Se demuestra que tan sólo el crecimiento de la riqueza no reduce todos estos problemas y, además, ese crecimiento suele dejar al margen a la mayoría de la población. La Conferencia de El Cairo de 1994 estableció también la necesidad de parar el crecimiento demográfico a través de los factores expuestos. Lewis Preston, que era presidente del Banco Mundial resume: «si no nos ocupamos del rápido crecimiento demográfico no vamos a reducir la pobreza y el desarrollo no será sostenible». El Fondo para la Población de las Naciones Unidas (UNFPA) participa activamente en la solución de esos problemas, pero aún queda mucho por hacer.
Curvas demográficas
Las curvas demográficas pueden ser básicamente de dos tipos: En J, de rápido crecimiento y caída brusca, y en S (S tumbada o sinusoidal), de crecimientos y bajadas suaves. La curva en J se da cuando una población se desarrolla tan rápidamente que agota los recursos que necesita (desarrollo insostenible). La curva en S es la normal en la naturaleza en la que el hombre apenas haya influido y denota un sistema sostenible. Un ejemplo lo tenemos en la isla de San Mateo de 330 Km2 en el mar de Bering. En 1944 una manada de 29 renos (5 machos) se introdujeron en la isla, en la que no tenían depredadores. En 1963 se calculó que había unos 6000 renos bastante desnutridos pues habían agotado casi todos sus recursos alimenticios. Esto se conjugó con un invierno riguroso entre 1963 y 1964 provocando la muerte de casi toda la manada. En 1966 había sólo 42 supervivientes. La gráfica de esta isla es de tipo J. Por desgracia hay muchos más
casos como el de esta isla y casi siempre está detrás la mano del hombre. El crecimiento demográfico de los humanos tiene, actualmente una curva en forma de J por lo que muchos científicos han pedido que se apliquen políticas que estabilicen el crecimiento de nuestra población o, nos pasará como a los renos de San Mateo.
La causa fundamental del hambre
Una conclusión importante que fundamentan estos autores es que «la causa fundamental del hambre es la pobreza. Nuestro planeta produce suficientes alimentos para todos los seres humanos de la actualidad. La gente que sufre de hambre o desnutrición carece de dinero para comprar comida, o de tierras adecuadas para cultivar. Si por algún milagro la producción mundial de alimentos se duplicara el próximo año, la situación de casi todos los que padecen de hambre y extrema pobreza no cambiaría (…), [porque] los alimentos (…) fluyen en la dirección de la demanda, no de las necesidades nutricionales». Además, afirman que «no hacen falta ciencias ni tecnologías nuevas para aliviar el hambre y al mismo tiempo promover la sostenibilidad cuando cultivamos nuestro sustento».
El problema radica en que existe una globalización económica desigual por la que los países ricos venden libremente productos a los pobres y los productos de los países pobres tienen problemas para ser vendidos en los países ricos ya que éstos últimos imponen aranceles o subvencionan sus propios productos.
Según el biólogo Garret Hardin la ayuda a los pobres no debe ser en forma de alimentos ya que «al repartir los alimentos. sólo estaremos fomentando el escalamiento de la población». Según Hardin, si queremos ayudar, debemos dirigir nuestros esfuerzos a abatir el crecimiento demográfico. Existen organismos ambientales que tienen ese objetivo como prioritario.
Contabilidad ambiental y economía ecológica
Los autores de este libro muestran la exigencia de abrir una contabilidad ambiental en la que se estime el costo de los recursos naturales, como la erosión de la tierra, la salinidad, la contaminación por fertilizantes y pesticidas de las aguas superficiales y profundas y los costos de salud. Cuando se hace de esta manera, las prácticas de conservación de recursos recibirán el crédito que se merecen y es más probable que se llegue a la sostenibilidad. Lo peor es que hay pocos incentivos para emplear este método de contabilidad.
El científico estadounidense Herman Daly es un gran estudioso de la Economía Ecológica y sostiene que el gobierno de EE.UU. (y de muchos países) eleva sus ingresos gravando el trabajo (el impuesto sobre la renta), en tanto que los recursos naturales son tratados como si fueran gratuitos. Si no existieran tantos impuestos sobre la renta, la gente trabajaría por menos dinero. Por esta situación las empresas reducen el trabajo al mínimo y manejan los recursos como si fueran desechables. Consecuencias: Paro, contaminación y leyes para regularlas. Daly plantea que cumpliríamos los propósitos de la sostenibilidad con más facilidad si los gobiernos aumentaran sus ingresos gravando no el trabajo, sino el uso y el agotamiento de los recursos naturales. Ejemplo: Los agricultores no pagarían impuesto sobre la renta, pero pagarán si producen erosión o contaminación. Inicialmente los ingresos de los agricultores podrían ser los mismos, pero tendrían un poderoso argumento para reducir los impactos negativos al medio ambiente. Igualmente, también habría que poner un impuesto al transporte de alimentos, para fomentar que se consuman productos locales.
El control de las plagas y el fracaso de los pesticidas
Con respecto al control de las plagas, citaremos un interesante caso real:
El piojillo de las plantas es un insecto que se convirtió en plaga en Indonesia
a partir de que empezaran a utilizarse pesticidas en el cultivo del arroz. Cuantos más
pesticidas se usaban mayor era la infestación de estos insectos y más cuantiosas eran las pérdidas de arroz. Se usaron grandes cantidades de pesticidas, que estaban subvencionados por el gobierno al 15% de su precio en el mercado.
En 1986 el gobierno prohibió la mayoría de los pesticidas que se estaban usando pues se descubrió que mataban a las arañas y los zancudos, que eran los depredadores que se comían al piojillo. Al suspender el uso de pesticidas volvieron los enemigos del piojillo y éste dejó de ser una plaga.
Los pesticidas son sustancias químicas empleadas para acabar con las plagas. Pueden ser herbicidas (para las hierbas), insecticidas (para los insectos), fungicidas (para los hongos)… En cambio, ya se ha demostrado en multitud de ocasiones que no es una buena forma de luchar contra las plagas puesto que tienen multitud de problemas intrínsecamente relacionados con ellos. Los 3 problemas principales son:
- Aumento de la resistencia de las plagas: Los pesticidas eliminan a los individuos más débiles en general, mientras que los más fuertes son los que se reproducen y van creando generación a generación poblaciones más resistentes. Debido a la enorme capacidad reproductiva de muchos insectos, esta resistencia crece muy rápidamente (incluso a otros pesticidas a los que no hayan sido jamás expuestos). La solución a esto que suelen dar los agricultores consiste en utilizar más cantidad de pesticidas y el ciclo se repite en lo que el entomólogo Robert van den Bosh llamó espiral de los pesticidas, la cual también incluye los siguientes dos graves inconvenientes.
- Resurgimientos y brotes secundarios: Suele ocurrir que después de que una plaga haya sido controlada, se recupera y resurge con más fuerza aún. Los insectos y las plantas forman una red alimentaria compleja. Los insectos devoradores de plantas suelen ser controlados por otros insectos que los parasitan o depredan. A menudo los pesticidas tienen un impacto mayor en estos enemigos naturales que en los devoradores de plantas que se pretenden eliminar. Ejemplo de esto es el caso citado anteriormente del piojillo del arroz en Indonesia. Los pesticidas químicos fracasan porque suponen que los ecosistemas son entidades estáticas y simples.
- Efectos negativos para el hombre y el ambiente: El uso de pesticidas ataca directa o indirectamente a especies que nada tienen que ver con los males que se desean evitar: aves, mamíferos… e incluso el hombre. Como ejemplo clásico está el DDT, un pesticida muy utilizado a mediados del siglo XX y que mataba, en EE.UU., a multitud de aves pescadoras. Se demostró que incluso se estaba acumulando en tejidos humanos. El libro «Primavera Callada» (Silent Spring) de la bióloga Rachel Carson denunció que si seguía usándose DDT se llegaría a una primavera sin aves. Su esfuerzo llevó a la prohibición del DDT y la creación de organismos ambientales (como la EPA), pero aún hay multitud de otros pesticidas que son muy peligrosos, o bien, se ignora su toxicidad real. Una prueba es la gran cantidad de agricultores que mueren al año por intoxicación de estos productos.
Resumiendo, debe controlarse que los pesticidas no contaminen los alimentos, ni los acuíferos, ni maten a otras especies, ni a los insectos polinizadores (abejas…), ni originen plagas más resistentes…
La alternativa al uso de pesticidas no es simple, pero pasa por investigar a fondo cada plaga de forma individual y efectuar lo que se llama un manejo integral de las plagas, la cual tiene algunas pautas genéricas: rotación de los cultivos, evitar los monocultivos, conservar los depredadores, siembra y fertilización bien planeadas… Uno de los mejores métodos consiste en controlar las plagas con sus enemigos naturales, pero hay otros métodos. Algunos ejemplos de técnicas empleadas interesantes son:
- Las mariquitas se alimentan de otros insectos, como los cocos que suelen devastar los cultivos de cítricos.
- Por ejemplo, varios tipos de orugas han sido controladas con avispas parásitas que depositan sus huevos en las crisálidas haciendo que las larvas de avispa se alimenten de ellas y terminen matándolas.
- Las moscarda produjo grandes pérdidas a los ganaderos de Florida al infectar con sus larvas (o gusanos barrenadores) las heridas del ganado. Se observó que las hembras de moscarda sólo se aparean una vez, por lo que al liberar multitud de machos estériles se consiguió controlar la plaga en 1958-59. Hoy se emplea este método rutinariamente, y se ha usado en otros países (como en Libia gracias a la FAO).
El agua
Para terminar esta parte, se expone la importancia del agua y su ciclo y cómo en multitud de sitios de todo el planeta se consume más agua de la recomendable. Ejemplo: la Catedral de Ciudad de México y otros grandes edificios de la ciudad presentan un manifiesto hundimiento, causado por el agotamiento de los mantos freáticos (agua subterránea). En multitud de lugares costeros ese agotamiento provoca la salinización de los pozos, efecto que también se produce por la creación de embalses en los cauces de los ríos que impiden que llegue el agua necesaria para mantener a salvo tal salinización. Además, los ríos aportan nutrientes al mar y al reducirse drásticamente también se reduce la pesca. El ejemplo más dramático de esto es la presa de Asuán en Egipto, un derroche económico que ha traído más problemas que ventajas.
Es necesario respetar el agua y consumir la justa. Para ello en numerosos sitios se están empleando las aguas grises, las ligeramente sucias de fregaderos, bañeras y lavadoras para usarlos en los váteres o escusados, riego de césped o del jardín, lavado de coches… Para ello es necesario disponer de un depósito colector de aguas grises.
3. Contaminación: de aguas, de aire, cambio climático…
Eutroficación: Es el proceso que ocurre cuando se vierten a las aguas (ríos, pantanos…) desechos ricos en nutrientes orgánicos. Esos desechos pueden provenir de las aguas negras de las casas de las ciudades o de las aguas subterráneas contaminadas con fertilizantes de la agricultura. Especialmente, los detergentes con fosfatos aumentan el riesgo de eutroficación. Este enriquecimiento de nutrientes, que puede ser positivo, para la tierra, es muy negativo para el agua ya que facilita el crecimiento de fitoplancton (plantas microscópicas que flotan en el agua) y esto hace que las aguas se vuelvan turbias en vez de cristalinas. Esta turbiedad hace que las plantas del fondo (flora béntica sumergida) no reciban la suficiente luz para realizar la fotosíntesis y acaban muriendo. Esta pérdida implica que se pierde también grandes fuentes de alimentos, y hábitat, además de oxígeno disuelto (como resultado de la fotosíntesis). Todo eso implica la pérdida de muchas especies animales, principalmente peces y crustáceos. Hay que aclarar que la fotosíntesis del fitoplancton sólo abastece de oxígeno la superficie. Al morir el fitoplancton se deposita en el fondo creando depósitos espesos de detritos, que propician la proliferación de descomponedores, principalmente bacterias que, además, agotan el poco oxígeno disuelto y que despide un olor fétido de los productos de desecho de esas bacterias.
Por tanto, si vemos una masa de agua turbia, con poca vida podremos asegurar que la eutroficación es la causa. A pesar de ella, pueden existir peces que vivan adaptados a la superficie viviendo a costa del fitoplancton. A parte de reducir la biodiversidad, la eutroficación hace que el agua sea poco atractiva para nadar, remar… y pierde mucha calidad para llegar a ser consumida por el hombre.
Para evitar la eutroficación es necesario depurar las aguas negras de las ciudades antes de verterlas al mar o a los ríos. De esta depuración, además podemos obtener un abono rico en nutrientes que devuelva a éstos a su ciclo natural. Para simplificar esa depuración es muy importante no verter a las aguas residuales de las vivientas (lavaderos, váteres…) productos no biodegradables (pinturas, colillas, disolventes…) y otros contaminantes (plomo, mercurio, cadmio, cromo…).
Contaminación por productos químicos
Por otra parte, en este apartado de contaminación requiere especial atención aquella producida por productos químicos peligrosos. En cada etapa del ciclo de vida de estos productos, desde su extracción hasta su eliminación, pasando por su transporte o su utilización, el producto químico o el artículo que lo contiene puede contaminar el medio ambiente poniendo en peligro la salud de los seres humanos. Hay multitud de ejemplos de esto y algunos son, por desgracia, famosos a nivel mundial: El derrame de petróleo en Alaska del buque Exxon Valdez en 1989, la enfermedad de Minimata (Japón) por intoxicación por mercurio de principios de la década de 1970, el caso del DDT citado anteriormente, el incendio del río Cuyahoga (EE.UU.) que propició la Ley de Aguas Limpias de 1972, el caso de Love Canal (Nueva York) en el que un viejo vertedero se usó para construir viviendas cuyos inquilinos resultaron envenenados, produciendo intoxicaciones, abortos, defectos congénitos…
Como dato curioso podemos anotar que la Agencia de Medio Ambiente de EE.UU. (EPA) tiene una lista de casi 1300 sitios peligrosos que hay que inspeccionar regularmente y sólo se suelen tomar medidas si existe amenaza para la salud humana.
El libro explica la existencia de racismo ambiental en el mundo en general y en EE.UU. en particular. En ese país expone 3 ejemplos en los que los sitios elegidos para una incineradora y dos rellenos sanitarios de residuos peligrosos, son lugares habitados en sus cercanías por minorías: negros, latinos e indios de la tribu chaeta.
La solución a estos problemas que proponen estos científicos es la misma que a otros de similar naturaleza: Evitar consumir productos que requieran algún tipo de contaminación. En síntesis, evitar el consumismo, pero además, detallan 4 medios para enfrentarnos a estos problemas de contaminación: (1) Prevención. (2) Reciclado. (3) Tratamiento para reducir la peligrosidad. (4) Descargas seguras, para evitar la contaminación durante el almacenamiento.
A pesar de las dificultades, los dos autores concluyen que «hay todas las razones para creer que podemos gozar de los beneficios de la tecnología moderna sin contaminar y destruir la sostenibilidad de nuestro ambiente». Sobre el consumismo también habló magistralmente el escritor Joaquín Araújo en su libro «Ecos… Lógicos, para Entender la Ecología«, aparte de otros temas como la ecologización de la economía, la tortura pública de toros, la importancia de los bosques y, en síntesis, el significado del «ser ecológico».
Contaminación atmosférica
Con respecto a la contaminación del aire es fácil saber la procedencia principal de esa contaminación: Combustión, procesos industriales y transportes. Normalmente la temperatura disminuye con la altura y como el aire caliente tiende a subir se lleva la contaminación a capas superiores de la atmósfera. Sin embargo, la inversión térmica se produce de noche cuando, al no calentar el sol, cesa la corriente ascendente y se forma una región en la que la temperatura superior es mayor que la inferior, evitando que los gases contaminantes asciendan y se dispersen. Normalmente, al día siguiente el proceso se normaliza y se dispersan los gases de nuevo, pero si por un día nublado la inversión térmica dura más de lo normal, los gases quedan atrapados provocando un exceso de contaminación peligrosa para la salud humana que ha causado ya miles de muertos, aparte de otras enfermedades (bronquitis…). Ejemplos típicos son las ciudades de Donora y Ciudad de México, pero el caso más alarmante ocurrió en 1952 en la ciudad de Londres que provocó 4000 muertos. También se producen daños en la vegetación que está muriendo en grandes zonas cercanas a las ciudades por este motivo. Por ejemplo, en algunas zonas de California ya no es posible cultivar cítricos y en multitud de áreas del mundo el rendimiento agrícola disminuye.
Los efectos de este tipo de contaminación son acumulativos y producen efectos sinérgicos si se combinan con otros tipos de intoxicaciones. Por ejemplo, está ya muy demostrado que «los fumadores que viven en ambientes contaminados padecen una incidencia mucho mayor de enfermedades pulmonares que quienes respiran aire limpio». Pero aclaran que «el tabaco causa más muertes y sufrimiento entre los adultos que cualquier otro material tóxico del ambiente». Todo esto explica porqué dejar de fumar es tan recomendable.
La solución, desde luego es compleja pero pasa por dos medidas urgentes. Una es la reducción de las emisiones peligrosas en procesos industriales (fábricas, incineradoras…). Para ello es necesario aplicar diversos mecanismos, entre los que se encuentran el uso de dispositivos que filtran el humo que sale de las chimeneas evitando verter al aire las partículas más peligrosas. Una segunda medida urgente es reducir el uso de transporte a base de gasolina y, por supuesto, obligar a que esta gasolina sea sin plomo en todo el mundo. Para ello es necesario fomentar el transporte público y la bicicleta, como ya se han visto obligados a hacer en ciudades como Tokio. En Portland (Oregón) se desechó la construcción de autovías para apostar por un sistema de trenes que aligeró el tráfico en las vías que llevan al centro de la ciudad. Según estos autores, está demostrado que la construcción de autovías o vías rápidas en las ciudades, lejos de solucionar el problema lo agravan, porque fomenta el uso del automóvil y porque al final esas vías, que pretendían ser la solución, acaban también colapsadas. Los automóviles eléctricos son una buena solución si esa electricidad es producida mediante fuentes de energía renovable, ya que si no es así tan sólo conseguimos trasladar la contaminación de un sitio a otro.
Contaminación en interiores: En tu casa, en tu trabajo…
Se ha demostrado que en muchas ocasiones el aire de los interiores está contaminado porque diversos materiales emiten compuestos orgánicos volátiles (alfombras, tapicerías, plásticos, fibras artificiales…), además de la contaminación química de limpiadores, insecticidas, pegamentos, pinturas y barnices…
La solución para evitar respirar aire contaminado es más fácil de lo que parece:
Bill Wolverton, ingeniero ambiental de la NASA estudió a comienzos de los setenta el problema de mantener limpio y saludable el aire en los vehículos espaciales.
Comenzó estudiando las plantas domésticas y resultaron mucho mejores de lo que había esperado. A partir de niveles «peligrosos» de varios compuestos orgánicos volátiles, Wolverton encontró que algunas plantas reducen la contaminación a niveles no detectables en 24 horas. Dos de las más eficaces fueron los cleomes y los filodendros (philodendron, género con más de 250 especies de la familia de las aráceas ornamentales), que también se encuentran entre las plantas domésticas que son más fáciles de cuidar: toleran casi cualquier condición de iluminación, basta regarlas 1 ó 2 veces por semana, son resistentes a las plagas y no tienen flores que provoque alergias. Además, se plantan con facilidad: los filodendros de esquejes y los cleomes de los numerosos estolones que echan. Estas plantas pueden ayudar también a limpiar la contaminación del aire en el interior de las viviendas. Ponga plantas en su vida y regálelas, parece un buen lema para respirar mejor.
En los países industrializados, el control de la contaminación es una industria creciente «que provee millones de empleos y es una parte importante de la economía». Pero lo más importante son los inmensos «costos evitados» tanto en gastos sanitarios (que pueden medirse) como en salud (que no puede medirse).
La lluvia ácida
Además, como es obvio la contaminación atmosférica que se lleva el viento no desaparece, sino que se combina con diversas sustancias (como agua), produciendo ácidos (como el ácido sulfúrico o el nítrico) que caen con la lluvia produciendo la famosa lluvia ácida, que «es la norma en casi todo el mundo industrializado». No obstante, lo normal es que la lluvia ácida caiga en un lugar distinto a aquel donde se ha producido la contaminación, normalmente al Este porque es la dirección habitual de los vientos. Así, «Canadá debe la mitad de su precipitación ácida a EE.UU., y Escandinavia la recibe de Inglaterra y otras naciones europeas; a Japón llegan los vientos contaminados de la extensa quema de carbón de Corea y China. Hay consenso entre los científicos de que el problema debe ser enfrentado a los niveles nacionales e internacionales».
Los efectos de la lluvia ácida son diversos, pero se pueden clasificar en los 3 más importantes:
- En ecosistemas acuáticos: Fue notado cuando pescadores observaron grandes menguas en las poblaciones de peces en muchos lagos de Suecia, Ontario (Canadá) y Adirondack (Nueva York). Los científicos suecos fueron los primeros en señalar como causa el aumento en la acidez del agua. Pero además, resulta que el aluminio (y otros metales) del suelo no son venenosos porque se encuentran en formas insolubles. Con la lluvia ácida esos elementos sí son solubles y entonces pueden ser muy tóxicos para animales y plantas. Así, conforme los lagos se acidifican, los peces acumulan mercurio. En los Grandes Lagos, por ejemplo, la concentración es tan elevada que está prohibido consumir ese pescado. En Noruega y Suecia los peces han desaparecido de por lo menos 6500 lagos, y de otros 1200 en Ontario… Aunque en la superficie los lagos puedan parecer limpios y azules en su interior no hay vida (apenas algas y bacterias resistentes). Algunos lagos se han mostrado resistentes a los efectos de la lluvia ácida. Ello es debido a que su agua contiene neutralizantes. Por ejemplo, la cal (carbonato de calcio) se combina con el ácido neutralizándolo, pero una vez empleada, esa cal ya no puede neutralizar más ácido, por lo que muchos de los lagos resistentes van perdiendo paulatinamente tal capacidad, ya que el aporte de ácidos es constante a pesar de las medidas tomadas.
- En bosques: La precipitación ácida añade nitrógeno y azufre al suelo, que estimula el crecimiento de los árboles, pero también esa lluvia arrastra los neutralizantes que hemos visto anteriormente (principalmente calcio y magnesio) y elementos tóxicos (como aluminio). Con el tiempo, el calcio (esencial para los vegetales) acaba escaseando y se reduce el crecimiento de los árboles hasta morir víctimas de insectos y enfermedades.
- En obras arquitectónicas: La piedra caliza (por ejemplo, marmol) es muy utilizada para fachadas de edificios y para monumentos (esculturas, relieves…). La lluvia ácida disuelve ese material erosionando la piedra. En Kamakura (Japón), una estatua de bronce de Buda de más de 11 metros de altura se está disolviendo poco a poco, debido a que su lluvia ácida es más ácida que en EE.UU. (tiene un pH muy bajo).
Como la principal causa de la lluvia ácida son los coches y las centrales eléctricas que funcionan con carbón, se han propuesto 6 medidas para reducir el problema. Las dos primeras son limpiar el carbón antes de usarlo y usar combustión con base de fundente, pero por factores económicos no se utilizan estas medidas. El cambio de combustible es otra opción, pero el petróleo es más caro que el carbón, y aunque existe carbón con poco azufre también es más caro aunque esta medida no exige instalar otra tecnología. La cuarta alternativa consiste en instalar depuradores que limpien los humos antes de verterlos al exterior. Estos depuradores son muy eficaces y no son demasiado caros.
Las dos últimas soluciones son las más adecuadas pero requieren cambios bruscos en las políticas energéticas. Por una parte se trata de fomentar las fuentes de energía alternativa (solar, eólica…) y por otra, reducir el consumo de electricidad que es, sin duda, «la mejor medida, y ha sido llevada a cabo en algunas aplicaciones».
Calentamiento mundial: El efecto invernadero
En 1993, el geoquímico James W.C. White escribió en la revista Nature: «Si la Tierra viniera con instrucciones, el capítulo sobre el clima empezaría con una advertencia de que el sistema fue ajustado de fábrica para la mayor comodidad y que no hay que tocar los botones». Como ocurre con un invernadero, la energía luminosa del sol pasa por la atmósfera y es absorbida por la Tierra que se calienta y emite su calor en forma de radiación infrarroja. Parte de esa radiación escapa al espacio exterior, pero otra parte no puede escapar ya que existen una serie de gases en la atmósfera que se lo impiden. Son los llamados gases de invernadero: dióxido de carbono (CO2), vapor de agua, metano (CH4), óxido nitroso, CFCs y otros halocarburos y otros gases menos importantes. Estas emisiones se han llamado emisiones de lujo, «porque son en buena medida el producto de un estilo de vida que está vedado a la mayoría de los países».
El dióxido de carbono es el más preocupante ya que desde la revolución industrial el hombre está generando grandes cantidades de este gas. Estados Unidos y Canadá producen el 25% del total mundial y Europa genera el 18% (datos de 1992). La pérdida de bosques influye también: Por una parte al quemarse emiten mucho dióxido de carbono y por otra los árboles vivos ayudan a eliminar grandes cantidades de este gas. El metano es un producto de las reacciones microbianas de fermentación y lo emiten las minas de carbón, tuberías de gas, pozos petroleros… y también se forma en el estómago de los rumiantes, por lo que se piensa que la ganadería es causante de mucho del aumento de este gas en la troposfera.
Por tanto, el efecto invernadero está provocando un calentamiento global de todo el planeta. Pero, ¿cómo estar seguros de que el incremento de tales gases causará un aumento permanente de la temperatura promedio de la Tierra? La respuesta que dan estos autores es clara: «no podemos estar seguros», pero «todas las pruebas examinadas hasta ahora apuntan a una fuerte probabilidad de que, conforme aumentan los niveles de los gases de invernadero en la troposfera, la temperatura del planeta ascienda y produzca grandes cambios climáticos. Los científicos han llegado a un consenso en este punto, como lo hizo público el Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático».
Resumiendo mucho, los efectos del calentamiento global son: cambios climáticos regionales, en Europa los vientos se han vuelto cálidos y secos, el efecto conocido como El niño, crecerán la intensidad de las tormentas y la frecuencia de los huracanes hasta el punto de que las compañías aseguradoras se han interesado por este fenómeno debido a las grandes sumas que ya han pagado. También se está produciendo una disminución del hielo en los polos, un retroceso de los glaciares y un ascenso en el nivel del mar con el consiguiente impacto en los ecosistemas, incluyendo el humano (mucha gente tendrá que emigrar tierra adentro y tengamos en cuenta que las ciudades costeras son el hogar de más de la mitad de la población mundial).
En síntesis, las soluciones que indican estos autores son: establecer un tope en las emisiones de dióxido de carbono (como dice el protocolo de Kioto que EE.UU. se niega a cumplir), estimular la energía nuclear si se resuelven las cuestiones acerca de los costos, la fiabilidad y el gasto de combustibles y los desechos nucleares, eliminar los CFCs, detener la pérdida de bosques y plantar árboles en áreas deforestadas, tasar con impuestos cada vez más rígidos el carbono de los combustibles siguiendo la norma de que «el que contamina, paga», y por último, invertir en energía renovable.
Deterioro de la capa de Ozono (O3)
Como también dijo Carl Sagan en su libro «Miles de Millones» este es un buen ejemplo para la humanidad, aunque aún no está todo solucionado. «No sufrimos más efectos nocivos de los rayos ultravioleta [del sol] porque la capa de ozono de la estratosfera absorbe casi toda esa radiación (más del 99%)».
Diversos gases de origen humano, principalmente los CFCs (clorofluorocarbonos) reaccionan con el ozono haciendo que la cantidad de este gas se reduzca drásticamente. Ese gas no es el único: «como fumigante del suelo y pesticida, se piensa que el bromuro de metilo es la causa del 10% de la pérdida del ozono de la estratosfera». El principal agujero de esta capa de ozono está en el polo Sur que afortunadamente no está habitado por el hombre. En Australia el problema es más serio y se calcula que en Queensland, donde la capa de ozono es más delgada, 3 de cada 4 australianos padezcan cáncer cutáneo. Pero los datos revelan tendencias claras a la baja de ozono en todo el mundo y más notables en Europa y América del Norte que en Asia oriental, por ejemplo.
Algunas de las lecciones que según estos autores debemos aprender de este problema es que «el Protocolo de Montreal (de 1987 para la prohibición de gases CFCs) fue redactado antes de que se señalara con tanta claridad a los CFCs como causantes de la destrucción de la capa de ozono». Posteriormente se hicieron diversas enmiendas (en 1990 y 1996) y «casi todos los países del mundo estuvieron de acuerdo en emprender medidas costosas con el fin de proteger un recurso mundial: la capa de ozono». Pero «incluso con la prohibición, hay tales cantidades de CFCs en automóviles, refrigeradores y acondicionadores de aire que el deterioro normal de las unidades seguirá contribuyendo a los niveles de CFCs durante algunos años». En 1995 se concedió el premio Nobel de química a 3 científicos por sus descubrimientos en este campo, por su posterior lucha política y por «salvarnos de un problema ambiental que pudo haber sido de consecuencias catastróficas».
Contaminación y política: Las leyes en defensa de la Naturaleza
«En las sociedades democráticas la responsabilidad última por las políticas ambientales es de los ciudadanos». Thomas Jefferson afirmó: «No conozco otro lugar más seguro para depositar los poderes de la sociedad que el propio pueblo; y si creemos que carece de luces suficientes para ejercer su control en la forma más discreta, el remedio no es despojarlo del poder, sino ilustrarlo».
Es evidente que el medio ambiente merece ser protegido por el bien común: «Millones de muertes y la difusión de muchas enfermedades se deben en última instancia a la degradación del ambiente».
Estados Unidos, el país más contaminante del planeta es también uno de los que más y mejores leyes de protección medioambiental tienen. Aunque parezca una demostración de que el mundo está «al revés», como dijo Galeano en su libro «Patas Arriba«, en realidad es la consecuencia de una sociedad moderna y sus empresas son extremadamente competitivas. Su excesiva contaminación es debida al sistema de vida que llevan y al exagerado consumismo de su sociedad, que tampoco dista mucho del de otros países ricos como Canadá o Europa, y que se estudiará más adelante. No faltan quienes se quejan de las limitaciones que exigen las leyes de protección ambiental: «Quienes se quejan del sistema actual de restricciones no se fijan en el pasado, cuando libre empresa significaba la libertad de amasar fortunas a costa del ambiente».
«Se podrían citar numerosos casos de pérdidas de empleos originadas por las reglamentaciones ambientales», pero la protección ambiental «es una de las que más empleos crean, tienen más ganancias y generan más ventas». Un riguroso estudio de Roger Bezdek en Environment (1993) llevaba a la conclusión de que los estados con reglamentos más estrictos tienen mayores tasas de crecimiento del empleo y de desempeño económico. Según el estudio, los patrones atribuyeron a causas relacionadas con la protección del ambiente sólo el 0.1% de los despidos.
Estos autores sugieren que «quizá no sea coincidencia que en los antiguos países comunistas de Europa, donde se suspendieron las medidas ambientales para favorecer la industria, las economías y los ecosistemas sean zonas de desastre». «Las preocupaciones por la eficiencia energética, el control de la contaminación y la conservación de los recursos han estimulado a las empresas para que modifiquen sus tecnologías de manera que las hagan más competitivas».
Así, un buen control legal en defensa del medio ambiente no es sólo necesario para la sostenibilidad sino que tiene ventajas económicas tarde o temprano. «Las políticas ambientales no disminuyen la riqueza de las naciones, sino que la transfieren de los contaminadores a quienes controlan la contaminación y la generan menos». Enriquecerse a costa de dañar la Naturaleza puede ser beneficioso para el que se enriquece, pero es nefasto para la sociedad. Una sociedad próspera debe por tanto tender a un desarrollo sostenible que cuide su riqueza natural.
En el tema de las políticas legales hay que responder a dos cuestiones:
- ¿Cómo medir la eficiencia de los controles de la contaminación?. Esa medición se hace con el análisis de costos y beneficios.
- ¿Cómo estar seguros de que las políticas públicas protegen de la mejor manera a los seres humanos y al ambiente?. Aplicando el análisis de riesgos.
Ambas técnicas son explicadas con bastante detalle, pero aquí sólo nos centraremos en algunos aspectos. Con respecto al Análisis de Costos y Beneficios es interesante destacar que «en general, las estrategias de control de la contaminación requieren grandes costos iniciales, que disminuyen cuando las estrategias son absorbidas por la economía». Por otra parte, «es posible que los beneficios sean insignificantes a corto plazo, pero aumentan cuando se recupera el ambiente y la salud humana de los efectos de la contaminación o se ahorra la degradación del medio. Cuando se comparan las dos curvas, se observa que los gastos que parecen ineficaces en lo inmediato (5 a 10 años) se justifican a largo plazo».
Por otra parte, los seres vivos «toleran cierto nivel umbral de contaminación sin efectos nocivos», por lo que «con un grado modesto de limpieza es posible que los beneficios superen a los costos». Por ejemplo, «pedir más del 90% [de limpieza] tendrá costos enormes con poco o ningún beneficio adicional (…) [y] es más sensato dedicar el dinero y el esfuerzo a otros proyectos en los que se obtengan mayores beneficios». El ejemplo de EE.UU. es claro: Tras una desaforada contaminación que llegó a situación crítica a finales de los sesenta, «se han gastado sumas enormes en abatir el problema. Los análisis de costos y beneficios muestran que, en general, los desembolsos están más que pagados por la disminución en los gastos médicos y la mejora en la calidad del aire».
Por su parte, el Análisis de Riesgos es importante por la importancia de medir «la probabilidad de sufrir daños, enfermedades, muerte o algún otro detrimento por la exposición a un peligro». Y es curioso constatar que «las percepciones de la gente no coinciden con la realidad de las situaciones», desde un punto de vista científico. Por ejemplo, la EPA hizo un estudio científico para obtener los mayores problemas ambientales, separando en dos categorías:
- Riesgos Ecológicos: Cambios climáticos, Agotamiento del ozono estratosférico, Alteración del hábitat y Extinción de especies y pérdida de biodiversidad.
- Riesgos para la Salud: Contaminantes atmosféricos (de criterio y tóxicos), Radón, Contaminación de interiores, Contaminación del agua potable, Exposición laboral a sustancias químicas y Aplicación de pesticidas.
Sin embargo, de una encuesta se obtuvo que «sólo 3 de las 10 mayores inquietudes de la ciudadanía están en la lista de la EPA». Esto es así porque «la percepción de los riesgos está muy influida por los medios de comunicación». Por ejemplo, «la preocupación pública por los derrames petroleros creció al instante después del accidente en Alaska del Exxon Valdez (…). En cambio, el tabaquismo, que sólo en Estados Unidos causa cada año la muerte de 420.000 fumadores, no recibe gran atención porque no es noticia ni hay un factor de amenaza. Se ha dicho que si todos los decesos del año ocurrieran el mismo día, (…) se prohibiría el cigarrillo».
4. Recursos: biota, residuos, energía y tierra
Alrededor de 1.75 millones de especies de plantas, animales y microbios han sido examinadas, nombradas y clasificadas, pero los científicos calculan que entre 4 y 112 millones no han sido estudiadas (se suele manejar el número de 13.6 millones de especies). El conjunto de estas especies naturales se llama biota y su contabilidad está en la siguiente tabla:
Especies | Conocidas |
---|---|
Virus | 4.000 |
Bacterias | 4.000 |
Hongos | 72.000 |
Protozoarios | 40.000 |
Algas | 40.000 |
Plantas | 270.000 |
Nematodos | 25.000 |
Artrópodos Crustáceos | 40.000 |
Artrópodos Arácnidos | 75.000 |
Artrópodos Insectos | 950.000 |
Moluscos | 70.000 |
Cordados (procordados y vertebrados) | 45.000 |
Otros | 115.000 |
TOTAL | 1.750.000 |
Extinción de especies
En los últimos años está sucediendo una extinción masiva de especies causada por el hombre y sus actividades. Por ejemplo, «en Estados Unidos se han extinguido por lo menos 500 especies de plantas y animales y cientos más están en peligro». En ese país se creó el U.S. Fish and Wildlife Service para proteger la biodiversidad. En su lista oficial de especies amenazadas o en peligro de extinción hay cientos de especies y deberían estar más, pero los trámites son lentos. Sólo en Hawai se estima que más de 400 especies se extinguirán o sus respectivos hábitats quedarán tan reducidos que su desaparición será inevitable antes de que las inscriban en la lista. «Se calcula que sólo en los bosques tropicales las pérdidas llegan a 17.000 especies al año», aunque, por otro lado esta extinción catastrófica se basa en buena parte en especies que nadie ha clasificado.
«Algunos ecologistas comparan la mengua de la biodiversidad con un vuelo en un avión al que le quitamos continuamente los remaches. ¿Cuántos remaches podemos quitar?.»
¿Qué valor tiene una especie para que merezca ser conservada? Básicamente, hay dos tipos de valores: Valor utilitario, por el beneficio que aporta esa especie (alimentación, compañía…) y valor intrínseco, que es un valor menos antropocéntrico y quizás por eso más difícil de justificar. Concretando un poco más el valor de las especies naturales podemos dividirlo en cinco categorías:
- Recursos para la agricultura, silvicultura, acuacultura y ganadería: Las poblaciones silvestres tienen muchos rasgos de resistencia a los parásitos, la competencia, la tolerancia a las condiciones adversas y otras formas de vigor. En la agricultura se tiende a perder esos rasgos porque la selección es en el sentido de la producción, no del vigor. En muchas ocasiones, los cultivadores buscan en las poblaciones silvestres relacionadas, los rasgos que desean para introducirlos en el cultivar. La pérdida de plantas no sólo hace perder esta posibilidad sino que, además, perdemos nuevos cultivares. Actualmente, trigo, maíz y arroz satisfacen el 50% de la demanda mundial de alimentos. Esta limitada diversidad es poco adecuada para la producción en condiciones ambientales variadas. También la riqueza en la biota es un mecanismo para el control de plagas, como vimos anteriormente.
- Recursos medicinales: También hablamos anteriormente del inmenso potencial de la biota para producir medicinas. La pérdida de muchas especies nos bloquea el descubrir sus propiedades.
- Valor comercial: El ecoturismo es un sector en alza y para muchos países en desarrollo es su principal fuente de ingresos. Costa Rica, por ejemplo, es un país que ha sabido sacar partido de sus maravillas naturales sin sacrificarlas, manteniendo gran biodiversidad.
- Valor recreativo, estético y científico: Pesca y caza deportiva, excursionismo, observación de animales… son también importantes, a parte del hecho de conocer la existencia de animales aunque nunca se vaya a verlos (ballenas, pandas…). También el estudio científico es un valor importante.
- Valor intrínseco: Muchos afirman que los humanos no tienen derecho a acabar con especies, pero este argumento tienen dificultades, como la defensa de los agentes patógenos y los parásitos. Otros buscan argumentos religiosos (en el Antiguo Testamento Dios expresa su preocupación por las especies cuando las crea, y el Corán proclama que proteger el ambiente alaba al creador).
Motivos de la pérdida de biodiversidad
Alteraciones en el hábitat: Dentro de esta categoría distinguimos los siguientes motivos:
- Conversión: Las áreas naturales se convierten en zonas humanizadas (casas, puertos, industrias…).
- Fraccionamiento: «Determinadas formas de urbanización (por ejemplo las autopistas) que fraccionan los territorios y evitan el paso [de especies] de un segmento al otro hará que la población desaparezca si ninguna de las regiones es capaz de sostener su número crítico».
- Simplificación: El hombre tiende a simplificar los ecosistemas. Los bosques explotados sólo albergan una o pocas especies, perdiéndose además las especies de plantas y animales que dependen de los árboles menos favorecidos. También el canalizar ríos y arroyos supone daños al ecosistema. Muchas veces se llama «limpiar» a quitar troncos viejos y hojarasca que es la casa de muchas especies.
Factor demográfico: La expansión de la población humana es, como ya vimos, culpable de gran parte de la pérdida tanto de ecosistemas como de biodiversidad. «El deseo de la gente de una vida mejor, la pobreza desesperada de las poblaciones rurales y el mercado mundial de madera y otros recursos naturales son fuerzas poderosas que van a seguir agotando la riqueza biológica. (…) Una clave para impedir la pérdida de la biodiversidad radica en detener el crecimiento demográfico».
Contaminación: También de esto hemos hablado anteriormente. Los «efectos catastróficos del calentamiento mundial» se producen porque la mayor parte de las especies se adaptan con lentitud y, como vimos, el hombre está provocando cambios muy rápidos.
Especies exóticas: Son aquellas que son introducidas en zonas donde no existían de forma natural, tanto de forma voluntaria como involuntaria. «Las especies exóticas son los principales agentes de la desaparición de las nativas y se calcula que son causantes del 40% de las extinciones desde 1600». Por poner un ejemplo curioso, «los 60 millones de gatos domésticos y silvestres de Estados Unidos son muy eficaces para atrapar pájaros y mamíferos pequeños». Existen multitud de ejemplos documentados de cómo una especie introducida acaba extinguiendo a otras especies que antes vivían en armonía.
Abuso: Una «combinación de codicia económica, ignorancia y desesperación» producen una sobreexplotación de los recursos naturales. La caza y la pesca descontroladas producen muchos daños a la biodiversidad a pesar de que en muchas ocasiones las especies están protegidas legalmente. El tráfico de especies y sus productos es un buen negocio porque no faltan clientes sin escrúpulos capaces de comprar muebles de maderas tropicales (ébano…), mascotas exóticas, pieles de animales salvajes, supuestas medicinas de órganos animales (cuerno de rinoceronte, huesos de tigre…), alfombras de osos, patas de elefante y rinoceronte, productos de marfil, zapatos y bolsas de piel de reptiles… El comercio de especies exóticas para mascotas es especialmente grave: peces, reptiles, aves y plantas. «En muchos casos, estas especies se toman de sus poblaciones naturales de reproducción y, cuando esto ocurre, da lo mismo que estén muertas en términos de conservación de la especie».
El World Wildlife Fund (WWF) (y su filial española WWF), «una organización privada internacional, mantiene una unidad atenta al comercio de vida silvestre», pero la labor es de todos si queremos que la vida salvaje continúe viviendo.
Ecosistemas bajo presión
En gran parte de África, los bosques van desapareciendo para utilizarse «como leña por aldeanos cuyo número aumenta con uno de los índices de crecimiento demográfico más acelerados del planeta». Este desértico panorama hace que el agua de lluvia no cale en el suelo y se arrastre llevándose consigo la fertilidad del suelo hasta el mar. Una excepción es Kenia con gran variedad de árboles nativos y frutales. Se han plantado muchos árboles gracias a la iniciativa de Wangari Maathai que inició el movimiento Cinturón Verde. Examinemos brevemente los ecosistemas presionados por el hombre:
Bosques y arboledas: «La mayor amenaza para los bosques no es la mera explotación, sino la eliminación total. (…) Así, los bosques siempre han sido un obstáculo para la ganadería y la agricultura convencionales. La primera tarea que emprendieron los colonizadores europeos del hemisferio occidental fue aclarar los bosques para sembrar». Las consecuencias de ese abuso son graves: Se reduce la productividad general (no desde el punto de vista humano) y las reservas de nutrientes y biomasa, disminuye la biodiversidad, erosión y sequedad del suelo, alteraciones en el ciclo del agua y pérdida de un gran sumidero de dióxido de carbono. Desde un punto de vista práctico, el libro expone un conjunto de buenas prácticas para explotar los bosques conservando sus servicios ecológicos.
En Brasil, los campesinos aclaraban zonas boscosas para sembrar. Como muchos suelos tropicales no se prestan para la agricultura y se agotan los nutrientes en unos cuantos años, los campesinos vuelven a las ciudades o toman nuevas tierras, después de vender, a veces, sus tierras a los ganaderos. Las explotaciones ganaderas destruyen también el bosque, «con el fin de proveer carne a las naciones industrializadas. En los últimos 10 años, más de 3% de los bosques tropicales de América Latina se han convertido en campos de pastoreo, otro ejemplo de que la economía mundial acentúa la explotación de los recursos de los países en desarrollo». A todo esto se une que los países en desarrollo suelen malvender sus bosques. para pagar las deudas externas, a compañías multinacionales que extraen la madera sin preocuparse por reforestarlos.
Un símbolo espontáneo en defensa de los bosques fue el asesinado Chico Mendes, en su lucha contra los ganaderos. «Los pobres que se ganan la vida con los productos del bosque contra los rancheros acaudalados que lo queman y talan para que crezca pasto y alimente a su ganado.» Chico Mendes, un cauchero de los que recogen látex y nueces de los árboles del bosque, trabajó para organizar a sus colegas contra la tala de los bosques de los que vivían. Incluso en 1987 testificó en contra del apoyo de Estados Unidos al Banco Interamericano de Desarrollo, que contribuía a la deforestación de Brasil. Su historia acabó al morir asesinado a tiros por un ganadero y su hijo que fueron condenados a 19 años de prisión.
Por otra parte, los ganaderos se veían obligados a ocupar nuevas zonas del bosque, ya que las ya ocupadas pierden su fertilidad y disminuyen la cantidad de pastos que producen. El brasileño Judson Valentim tuvo la idea de plantar una planta enredadera japonesa, el kudzú, que es una plaga en Estados Unidos, y que por ahora está produciendo «el triple de forraje que los pastos del Amazonas, resiste bien la temporada seca, desplaza a otras hierbas malas, tolera las plagas y, como es legumbre, restaura la fertilidad del suelo al fijar el nitrógeno». Además, «el ganado vacuno produce más leche».
Aunque parece que Brasil ha logrado el control de la deforestación, aún hay cosas por hacer, pero mucho peor está la situación en el sureste de Asia, donde la tala para el mercado internacional se ha intensificado. Filipinas, Indonesia y Malasia, son ejemplo de ello, pero también Guyana y Surinam en Sudamérica están sufriendo graves deforestaciones.
Pesca Marina: A mediados de los 70 la ONU amplió el límite de las aguas jurisdiccionales de las 12 a las 200 millas marinas, de forma que cada país fuera el propietario de más agua y también el responsable de su explotación. Ya que muchas zonas pesqueras al estar en aguas internacionales eran explotadas sin control alguno, llegando al agotamiento de sus recursos pesqueros. Un ejemplo es Grand Banks en Canadá, frente a Terranova, que tuvo que ser cerrado indefinidamente en 1992, para evitar su total destrucción. «Las pruebas indican que las reservas se resarcen en cuanto se reducen las presiones de la pesca».
El problema de la pesca es evidente: «Hay demasiados barcos equipados con alta tecnología que no dejan escapar muchos peces, ni siquiera los pequeños». Hay que establecer mecanismos para permitir que las especies se recuperen. Por ejemplo, en Nueva Zelanda «se establecen cuotas de captura máxima y los pescadores se las dividen (…) en libertad de escoger cuándo y cómo tomarán su parte».
Caza de ballenas: Por la belleza y tamaño de estos animales, su protección es defendida por la mayoría del planeta. Su historia es larga y penosa. En resumen, fueron muy mermadas hasta finales de los ochenta. Principalmente los países cazadores son Japón, Noruega e Islandia. En 1986 la Comisión Ballenera Internacional (CBI) puso una moratoria a la captura de todas las especies de ballenas pero esos 3 países no respetaron la decisión con la mala excusa de «caza científica» cuya carne acaba en los mercados de forma evidente. Esta lucha es quizás una de las más emblemáticas del grupo ecologista GreenPeace. En 1994 se consiguió crear un santuario de ballenas en el océano Antártico, a partir de los 40 grados de latitud Sur. Más recientemente, Japón ha comprado votos de pequeños países para imponer sus criterios, a pesar de las críticas de la comunidad internacional. En todo el mundo crece, sin embargo, una empresa turística basada en la observación de estos maravillosos cetáceos, por lo que los japoneses se están quedando solos haciendo el ridículo ante el mundo y ante la Historia.
Arrecifes de coral: Los corales viven en simbiosis con algas fotosintéticas y, por ende, nunca prosperan a más de 75 metros de profundidad. Los corales protegen las costas, son atracciones turísticas, albergan gran cantidad de peces y crustáceos y son una fuente notable de alimentos. A pesar de todo en los últimos años han sido destruidos y degradados a un ritmo alarmante, principalmente por temperaturas anormalmente elevadas y por la eutroficación de las aguas costeras.
Manglares: Se trata de árboles costeros que arraigan en los sedimentos marinos superficiales, protegiendo la costa de las tormentas y la erosión, creando un criadero y refugio para muchas especies. Por una parte, están siendo talados en exceso en multitud de países (Camerún, Indonesia, Bangladesh, Filipinas, países Sudamericanos…). Por otra, se están destruyendo para construir estanques costeros para la cría del camarón, una «industria millonaria dedicada a satisfacer la gran demanda de los países desarrollados», bajo el nombre de Langostino Tropical. Con esto, las riberas se han erosionado, la vegetación marina se ha cubierto de cieno junto con los corales y se han arruinado las zonas de pesca tradicionales, arruinando el sistema de vida de muchos nativos, a favor de empresas que sacan mucho partido de la destrucción.
Ecosistemas como recursos
Los ecosistemas terrestres son, básicamente, bosques y arboledas, pastizales y sabanas, tierras de cultivo, desiertos y tundras y zonas palustres, mientras que los ecosistemas oceánicos son, costas y bahías, arrecifes de coral y mar abierto.
Según estos autores, los servicios naturales más valiosos de estos ecosistemas son: Mantenimiento de los ciclos hidrológico, del oxígeno y del nitrógeno, modificación del clima, absorción de contaminantes, transformación de sustancias tóxicas, control de la erosión y formación del suelo, control de plagas y almacenamiento y mantenimiento del ciclo del carbono. Estamos tan acostumbrados a estos servicios que los damos por hecho hasta que los perdemos. Por ejemplo, la deforestación en la India es en buena medida el origen del encenegamiento y las inundaciones en Bangladesh.
¿Por qué tanta destrucción? «Las áreas naturales serán protegidas sólo si el valor que la sociedad asigna a sus funciones es mayor que el que obtiene de explotar sus recursos«.
Contabilidad ambiental: El fracaso del PNB (o PIB)
«Nuestro sistema económico no contabiliza la pérdida de bienes y servicios ambientales cuando calcula la riqueza y el progreso. (…) El producto nacional bruto, PNB, es la suma de todos los bienes y servicios que genera cada país en cierto tiempo y es el indicador más común de su riqueza y del estado de su economía. (…) Los economistas que hace [más de] 50 años inventaron el PNB como instrumento de medida dejaron fuera de sus cálculos toda consideración de la depreciación de los recursos naturales, una omisión que ahora es muy criticada por los economistas ambientalistas. (…) A menudo, proteger los recursos comunes es un negocio arduo», ya que lo que es común tiende a ser explotado al máximo, con el convencimiento de que lo que no explote uno mismo, será explotado por otro. Es lo que el biólogo Garrett Hardin llamó «la tragedia de los comunes» (1968).
El uso del PNB o PIB también fue criticado por el economista francés
De Jouvenel. (libro de recomendada lectura, junto con el que trata de Georgescu-Roegen).
La Naturaleza como empresa
La Capacidad de Sostenimiento es la máxima población que puede mantener en forma sostenible. Así, el Rendimiento Máximo Sostenible (RMS) ocurre, en teoría a la mitad de la capacidad de sostenimiento, ya que si hay mucha población hay mucha competencia (como el caso de los renos de la isla de San Mateo), y si hay poca población el rendimiento será pequeño debido a esa escasez de población. Un problema es que esos datos no son constantes y fluctúan por muchos factores (clima…). Este sistema aplicado a la pesca no ha dado buenos resultados ya que al desconocer con precisión esos datos, es fácil sobreestimar la pesca máxima tolerable, en especial si hay presiones económicas.
«General Motors y otras grandes empresas despiden a miles de trabajadores cuando enfrentan tiempos difíciles y nadie pone en duda su derecho o su necesidad de hacerlo. (…) Las industrias deben perdurar para que la economía pueda recuperarse de las épocas malas. En cierto sentido real, los ecosistemas son las empresas que mantienen la economía de la biosfera. Si queremos que sobrevivan y se recuperen, tenemos que apretarnos el cinturón y desemplear a varios de los trabajadores dedicados a explotarlos», lo cual no debe ser grave ya que ese empleo será, en otro caso, «temporal«.
«La sostenibilidad —siempre este concepto fundamental— debe ser la meta de todas nuestras relaciones con el medio. Cuanto más pronto admitamos lo atinado de este planteamiento básico, mayores serán las posibilidades de que tengamos más que unos cuantos restos de naturaleza cuando la población humana se equilibre en algún momento del siglo XXI».
El problema de nuestras BASURAS: Desechos sólidos municipales o
Residuos Sólidos Urbanos (RSU)
«Suele decirse que se nos acaba el espacio para ponerla, pero es un error; nos falta espacio sólo porque los políticos se niegan a tomar decisiones impopulares en cuanto al uso del suelo y el manejo de los desechos. En buena medida, su negativa a adoptar medidas rigurosas manifiesta un rasgo irresponsable de nuestra sociedad moderna: nos hace felices comprar los artículos bien exhibidos en los centros comerciales y con mucha promoción en los medios informativos, pero somos reacios a aceptar las consecuencias de no deshacernos del todo de ellos».
«Con los años, el monto de los desechos municipales sólidos ha venido en constante aumento, en parte por el crecimiento demográfico pero sobre todo por el cambio en los estilos de vida, el incremento de los materiales desechables y el exceso de embalajes». Estados Unidos genera al día más de 2 kilos de basura por persona. Algunos países facturan a cada domicilio por volumen y peso de la basura, lo que estimula a los usuarios a reducir la cantidad de basura que generan.
Todavía en muchos países la forma de deshacerse de la basura son basureros a cielo abierto donde a veces se queman para reducir su volumen y prolongar la vida del basurero. Esa combustión genera una contaminación atmosférica excesiva. Los países más avanzados adoptan una de las siguientes opciones, o varias a la vez:
1. Rellenos sanitarios: Se trata de depositar las basuras en sitios especiales donde se cubren de tierra, evitando la contaminación atmosférica y las alimañas (ratas…). Cuando el agua se filtra, es posible que disuelva sustancias químicas y las arrastre. Ese proceso, llamado lixiviación, puede darse en los basureros y puede llegar a contaminar las aguas freáticas que circulen por debajo del vertedero, por lo que antes de establecer un vertedero debe acondicionarse para que ello no suceda. En Florida (EE.UU.) hay más de 200 rellenos municipales que están contaminando el agua que beben las personas y «costará entre 10 y 100 millones de dólares limpiar cada sitio: demasiado por eliminar desechos baratos». Otro problema es que la materia orgánica al estar sin oxígeno se descompone creando biogás (dos tercios de metano, con hidrógeno y bióxido de carbono), que es muy inflamable. En EE.UU. «más de 20 casas a distancias de hasta 300 metros de los rellenos» han explotado por escurrimientos de este biogás. Aparte, este gas envenena las raíces de todas las plantas. Lo bueno es que el biogás puede emplearse como combustible si se tienen instalaciones adecuadas para su extracción y conducción. Por otra parte, la descomposición de la basura es lenta, incluso en materiales biodegradables, pero además existen muchos elementos que no son biodegradables (plásticos…). El relleno más grande del mundo es el de Fresh Kill, para Nueva York, y recibe 13.000 toneladas al día de basura. El Estado de Nueva York es el que más basura exporta fuera de sus fronteras, con 3.8 millones de toneladas anuales y recicla apenas el 5%. Canadá también exporta miles de toneladas a EE.UU. Estos autores lo dejan muy claro: «Estamos en un camino insostenible.(…) El tránsito de basura es la última y ridícula consecuencia (…) de la falta de una política coherente de manejo de los desechos sólidos».
2. Combustión y generación de energía: Las ventajas de quemar la basura pueden ser: Reducir el peso y el volumen, atrapar la mayoría de las sustancias tóxicas del humo con filtros especiales, aprovechar las cenizas para diversas obras y generar electricidad. Las desventajas son: Los humos, aunque se limpien, siempre son tóxicos, son plantas caras y con problemas de ubicación ya que nadie las quiere cerca de su casa. Además, suele ocurrir que las plantas de combustión exigen cierta cantidad de materia prima o incluso «compiten por materiales combustibles, como el papel periódico, y representan un gran impedimento para el reciclaje».
3. Reducir las basuras: Son políticas aplicables tanto desde los gobiernos, como por parte de las empresas y de los ciudadanos: Reducir los embalajes, aligerar el peso de los envases, «mantener en uso más tiempo los productos para reducir el volumen de los desechos», «reutilizar los artículos»… Las bebidas envasadas en recipientes individuales de usar y tirar son calificadas por estos científicos como «una excentricidad» de la que «es difícil imaginar un método más caro y despilfarrador de distribuir los líquidos». Los productos con envases desechables son igual de baratos porque ocultan algunos costos: basuras en las calles, carreteras, playas, campos… daños por vidrios rotos. En algunos estados de EE.UU. existen leyes que imponen un depósito a todos los envases, tanto retornables como desechables, y exige a los detallistas que acepten los envases para reutilizarlos o para reciclarlos. La experiencia demuestra que: «Se ganan más empleos de los que se pierden, los precios no aumentan, se devuelve un gran porcentaje de las botellas y hay una notable reducción de botellas y latas en la basura. En 1994, esos 10 estados solos reciclaron la mitad de las 4 millones de toneladas de vidrio de todo Estados Unidos».
Una medida importante es la «eliminación del correo chatarra», que consiste en pedir a las empresas que nos envían publicidad que dejen de hacerlo. También es cada vez más difundida la campaña de poner en nuestro buzón un letrero que diga «PUBLICIDAD AQUÍ NO, MUCHAS GRACIAS». Esto reduce bastante la publicidad que recibimos y que acaba finalmente en la basura. La ropa se puede donar a organizaciones que la recogen.
4. Reciclar las basuras: El 75% de la basura es reciclable: Papel, vidrio, plástico, metales… Los metales ahorran hasta el 90% de energía de la que se usa sin reciclar. En particular, el aluminio ahorra energía, crea empleos y reduce el déficit comercial. Las telas sirven para fortalecer los productos del papel reciclado. «Dependiendo de su tamaño y su clase, una pila de un metro de periódicos equivale a la pulpa de un árbol». Las llantas viejas de neumáticos se funden o desmenuzan y se incorporan al asfalto de las carreteras. En definitiva, «el reciclaje es un tema tanto ambiental como económico». Los programas más exitosos de reciclaje cumplen las siguientes características: Hay incentivos para reciclar (impuestos a la basura general y no a los reciclables) que han demostrado una reducción del 25 al 45% en la basura general, no es opcional (con multas a los infractores), contenedores gratis para depositar los desechos reciclables, comprometer a las industrias locales… Muchas veces, los subsidios hacen menos caro el uso de materiales nuevos que los reciclados. «Por otra parte, la recolección de la basura es un negocio próspero y quienes lo ejercen piensan que el reciclaje merma sus ganancias». También pueden ponerse impuestos a los productos que son difíciles de descartar o reciclar (neumáticos, refrigeradores…) que expresen el precio real de tales productos.
Con respecto a los plásticos, no hay microbios capaces de digerirlos, por lo que no son biodegradables. Los tipos de plásticos son clasificados en categorías numeradas, que suelen figurar en el fondo de los recipientes. Si aparece un número dentro de un triángulo con flechas indica que es reciclable (el 1 y el 2 son los más usados). Como pueden llevar contaminantes de los productos originales, los plásticos reciclados no se usan para contener alimentos, pero sí para fibras para alfombras, telas y ropa, tuberías, cubos…
Los desperdicios de comida y de los jardines sirven para hacer composta para acondicionar el humus del suelo, un fertilizante natural extraordinario. Esta composta consiste en la descomposición natural (putrefacción) de materia orgánica en presencia de aire y puede elaborarse fácilmente en el patio de una casa. Varias empresas lo hacen de forma industrial utilizando microbios y saprofitos (gusanos, larvas…).
Combustibles fósiles
Para la generación de electricidad se inventó el generador en el siglo XIX. En 1831, Michael Faraday descubrió que el paso de una bobina por un campo magnético genera en la bobina un flujo de electrones (corriente eléctrica). Un generador es, de hecho, una bobina que gira en un campo eléctrico (o magnético, un imán). Por la segunda ley de la termodinámica se sabe que para producir energía eléctrica de esa forma es necesario invertir mayor cantidad de energía de otro tipo. La técnica más difundida para generar electricidad consiste en utilizar una fuente primaria de energía (calor) para poner agua en ebullición. El vapor a presión impulsa una turbina de un turbogenerador que al girar produce electricidad. La energía primaria puede ser carbón, petróleo, energía nuclear… La energía hidroeléctrica aprovecha la caída de agua para impulsar la turbina, sin necesidad de hervir agua.
Gran parte de la energía se pierde en forma de calor, calentando los componentes o en forma de vapor que sale de la turbina. El 60 o 70% se pierde de esta forma. En el caso del carbón, hay que quemar 300 calorías de carbón para obtener 100 de electricidad. Este vapor es condensado por frío para conseguir agua líquida que vuelve al lugar de la ebullición. Para conseguir ese frío se suele utilizar el agua de un río, lago o mar con lo que los organismos planctónicos se cuecen y mueren, aparte de otros efectos nocivos en los ecosistemas acuáticos. Esta es la llamada contaminación térmica.
Por combustibles fósiles se entienden el petróleo y sus derivados (gasolina, gasóleo…), gas natural (metano principalmente), carbón y pizarras y arenas bituminosas. Todos estos combustibles producen CO2 al quemarse con sus consecuencias en el calentamiento global y el efecto invernadero que se han descrito anteriormente. El gas natural es el menos contaminante y el carbón es el más contaminante. Además, el carbón destruye gran cantidad de terreno ya que suele extraerse en minas a cielo abierto y estas zonas se suelen convertir en desiertos permanentes, aparte de los efectos nocivos en las masas de agua de los alrededores. Convertir el carbón en combustibles líquidos (sintéticos) crea subproductos contaminantes más difíciles y caros de controlar, aparte de ser un proceso caro y de que contaminan incluso más que el propio carbón. También resulta excesivamente caro usar las pizarras y arenas bituminosas.
Por tanto, aunque el uso de energía eléctrica sólo produce calor, sí que puede ser contaminante el método empleado para producir esa energía eléctrica. Por otra parte, «ningún geólogo responsable cuestiona el hecho de que la producción de petróleo en América está condenada a disminuir». El último gran descubrimiento (Alaska), ocurrió en 1968. En Oriente Medio hay grandes reservas, pero evidentemente son finitas. «En general, la producción máxima anual está limitada al 10% de las reservas restantes» conocidas. Aparte de este problema en la limitación de este recurso, está el problema del precio de compra. Por ejemplo, «el costo del petróleo representa alrededor del 65% del déficit comercial de Estados Unidos», el mayor consumidor del mundo y que es tildado por estos dos científicos como un país con «enorme apetito» energético, que le lleva a ser el principal productor de CO2 del mundo, «sobre todo por su preferencia por los autos poco eficientes y por los viajes a grandes distancias. Ese país, con apenas el 4.5% de la población mundial, produce casi el 25% de las emisiones mundiales de CO2«.
Por otra parte, a ese costo hay que añadir los riesgos en la interrupción de los suministros y los gastos militares para garantizarlo. Por ejemplo, la guerra del Golfo Pérsico (1991) costó 1000 millones de dólares a los países participantes (EE.UU. y Reino Unido principalmente). «Los costos militares de mantener el acceso al petróleo del Oriente Medio son una forma de subsidiar el consumo. Se calcula que el mondo de estos subsidios es de alrededor de 50 dólares por barril» (159 litros), mientras que el barril en los últimos años está a menos de 20 dólares. El costo total sería de unos 70 dólares por barril.
Esos riesgos se han visto plasmados en varias crisis. La crisis petrolera de 1973 fue especialmente famosa, que provocó incentivos fiscales y otros subsidios a fuentes alternativas de energía (solar y eólica). Con la bajada posterior de precios muchas de las empresas de este tipo de energía llegaron a la quiebra.
Para reducir los problemas de la dependencia de los combustibles fósiles «muchos expertos dicen que debemos dejar de pensar en términos de cómo aumentar el suministro de los combustibles usuales para que las cosas sigan como están y que en cambio tenemos que hallar la forma de satisfacer nuestras necesidades con el menor gasto de energía y el mínimo efecto en el ambiente». Muchas actuaciones son sencillas: mejorar el aislamiento de las viviendas, utilizar focos de bajo consumo, electrodomésticos más eficientes… «Las estrategias de conservación y eficiencia no eliminarán la demanda de energía, pero la hacen más fácil de satisfacer cualesquiera que sean los medios de proveerla».
Otra forma de ahorro energético consiste en la cogeneración, sistema ya empleado en algunos casos. Se trata de no desperdiciar el calor provocado por un generador de electricidad. Una forma es aprovechar el calor residual de una central térmica para calentar los hogares de los alrededores. Otro ejemplo es el Santa Barbara County Hospital, de California, el cual utiliza gas natural para mover una turbina que genera electricidad para el propio hospital. Unas calderas aprovechan el calor residual para producir vapor a presión, que cubre las necesidades de calentamiento y enfriamiento. El vapor sobrante se dirige a la turbina para aumentar su potencia y la electricidad que no se aprovecha se vende a la compañía local. Además, el sistema protege al hospital de apagones.
Promesas y problemas de la energía nuclear
Hay fuertes argumentos contra la energía nuclear. En una primera comparación de la energía nuclear con el carbón podemos observar que el uso del carbón produce calentamiento global y lluvia ácida. También degrada las grandes zonas mineras destruyendo el suelo y provocando lixiviación ácida que puede contaminar acuíferos. El carbón también produce grandes toneladas de cenizas tóxicas que hay que preservar. Por otra parte, la energía nuclear también produce contaminación en la extracción del uranio, no requiere chimeneas de humo, produce contaminación térmica y desechos radiactivos. «La fisión de alrededor de medio kilogramo de uranio libera la energía equivalente a quemar 50 toneladas de carbón». Estas grandes ventajas llevaron a un gran éxito a las centrales nucleares desde los años sesenta hasta 1975 aproximadamente. Desde ese año, «las compañías dejaron de encargar plantas nucleares y muchas de las que ya habían pedido se cancelaron». Incluso, «la construcción se suspendió después de haber invertido miles de millones». Un interesante caso es el de la planta de Shoreham, en Long Island (Nueva York) que se cerró después de sólo 32 horas de producción de electricidad, con un costo de 5500 millones de dólares.
En EE.UU. se alcanzaron 110 centrales nucleares en 1996, y ya no hay planes de construir más. «En todo el mundo, sumando las anteriores, operan 430 plantas de energía nuclear y hay 55 en construcción (de las que muchas no serán terminadas). Su historia es similar a la de las estadounidenses: tajantes revisiones posteriores, cuando no suspensiones de la construcción de nuevas plantas». Hay más datos que demuestran que la energía nuclear está en decadencia:
Italia abandonó la energía nuclear en 1987 tras un referéndum: Todas sus centrales nucleares fueron cerradas, Suecia decidió en referéndum cerrar sus 12 centrales nucleares en el año 2010 y España tiene aprobada una moratoria en la construcción de nuevas centrales. «De las principales naciones industrializadas, sólo Francia y Japón siguen dedicados por completo a los programas nucleares». El país más nuclearizado es Francia (con el 72.9% de su energía), seguido por Lituania y Bélgica (un 60% aprox. cada uno), mientras que en los demás países es inferior al 50%. «Los franceses producen 16 toneladas de plutonio al año» y «como el plutonio se purifica y se convierte en armamento más fácil que el Uranio-235», hay que contar con la posibilidad de desviarlo para la fabricación de armas nucleares, por parte de grupos terroristas. El gasto en este tipo de electricidad se ha visto incrementado en Francia, pues tras el atentado del 11 de Septiembre de 2001, ese país ha reforzado la seguridad de sus centrales con misiles y fuerzas militares.
La radiactividad producida en una central nuclear es extremadamente peligrosa pues puede romper moléculas dentro de las células y provocar diversas enfermedades dependiendo de la radiación recibida que van desde cánceres, leucemia, debilitamiento del sistema inmunitario, retardo mental, defectos congénitos por dañar el ADN, hasta la muerte en pocos días si la radiación es excesiva. Sin embargo, se ha demostrado que «la radiación de las operaciones normales de las plantas nucleares es menor que el 1% de la radiación de fondo» (que es la que se recibe a diario por diversas fuentes (como los rayos cósmicos del espacio exterior). Así, ¿dónde están los problemas de la energía nuclear? La respuesta es doble: a) Almacenamiento y eliminación de los desechos radiactivos y b) la posibilidad de accidentes. Examinemos estos problemas separadamente:
a) El problema de los desechos radiactivos: Por el funcionamiento de una central nuclear se producen diversos tipos de isótopos radiactivos. «El tiempo necesario para que se desintegre la mitad de la cantidad del isótopo radiactivo se llama vida media, que es siempre la misma para cada elemento radiactivo, cualquiera que sea la cantidad inicial. (…) La desintegración de un radioisótopo nunca llega al 100%; la radiactividad disminuye a la mitad en cada ciclo, de modo que siempre queda una parte sin desintegrar. Se dice que la radiación se reduce a niveles insignificantes después de 10 ciclos de vida media». Cada isótopo tiene una vida media característica, que varía muchísimo: Por ejemplo, el Yodo-131 tiene 8.1 días de vida media, el Cesio-137 tiene 30 años y el Plutonio-239 tiene 24000 años de vida media. Así, algunos desechos radiactivos pierden su peligrosidad en pocos meses, mientras que otros requieren ser almacenados hasta por 240000 años (10 veces la vida media del plutonio).
Una planta nuclear puede generar unas 250 toneladas de desechos radiactivos por cada 1000 megawatios de electricidad producida. A esto hay que añadir que desmantelar una central nuclear «generará más desechos radiactivos que los que produjo en toda su vida útil», cuestión que hay que tener en cuenta en los gastos totales.
«La expansión y la dedicación a la energía nuclear avanzaron sin haber resuelto el almacenamiento a largo plazo. Los defensores de la energía atómica suponían que los desechos se solidificarían, se colocarían en contenedores sellados y se enterrarían en estructuras rocosas sólidas y profundas (entierro geológico)». De hecho, «casi todas las naciones que aprovechan la energía atómica han optado por los entierros geológicos, pero ninguna ha dado pasos concretos para ponerlo en práctica y muchas ni siquiera han encontrado lugares adecuados para ello. Cuando hay sitios elegidos, surgen muchas preguntas acerca de la seguridad. El problema básico es que ninguna formación rocosa es posible asegurar que se mantendrá estable y seca durante decenas de miles de años. Dondequiera que los científicos buscan, encuentran huellas de actividad volcánica o sísmica o bien de lixiviación de las aguas freáticas en los últimos 10000 años, lo que equivale a decir que ocurrirá de nuevo en un lapso igual. Si se diera tal acontecimiento, los desechos aún radiactivos escaparían y contaminarían el agua, el aire o el suelo, con los efectos subsecuentes en los seres humanos y la fauna».
«Comoquiera que sea, hay que hacer con la herencia de la energía nuclear algo más que dejarle el problema a la próxima generación». El ejemplo de EE.UU. es muy interesante: «los esfuerzos por hallar un lugar de almacenamiento a largo plazo se han prolongado por 25 años» y se ha encontrado que nadie quiere acogerlos cerca de su territorio, por lo que «varios estados de la Unión Americana, por presiones de los ciudadanos han aprobado leyes que declaran ilegal el almacenamiento de desechos en sus territorios». El problema se quiso resolver en 1987, cuando «el congreso estadounidense suspendió el debate y eligió en forma arbitraria un sitio remoto, el monte Yucca al suroeste de Nevada, como el vertedero nuclear de la nación». Los residentes se quejaron, pero el gobierno tiene el poder de imponerse, aunque se han encontrado fallas en el territorio con actividad volcánica de hace apenas 5000 años. Esto supondría, además que «miles de toneladas de residuos radiactivos viajarían en tren y camión por áreas congestionadas de todo el país».
A los desechos de las centrales nucleares hay que añadir los de la industria militar, en la que se han producido, además, algunos de los peores accidentes: «Desechos líquidos de alto nivel almacenados en plantas de Estados Unidos se han escurrido al ambiente y han contaminado la fauna, los sedimentos, las aguas freáticas y el suelo. Las actividades en esos sitios se desenvuelven en secreto; sólo hasta hace poco se desclasificaron y salieron a la luz pública documentos que revelan accidentes y escapes radiactivos» en más de 20 sitios: Washington, Ohio, Tennesse, Carolina del Sur… Las fábricas de armas soviéticas fueron aún más irresponsables, arrojando desechos nucleares al río Techa y al lago Karachay, produciendo más de 1000 casos de leucemia. Actualmente, «quien se quede una hora a la orilla del Karachay morirá de envenenamiento radiactivo en una semana. Un verano, el lago se secó y el viento sopló polvo radiactivo por la comarca y contaminó a 41000 personas. Se asegura que es el lago más contaminado del planeta, una herencia de la guerra fría y una fuente enorme de contaminación radiactiva constante». El fin de la guerra fría trajo el desmantelamiento de armas nucleares de Estados Unidos y la ex-Unión Soviética, gracias a los acuerdos entre los presidentes Clinton y Yeltsin, aunque aún hay armas nucleares para destruir el mundo varias veces. Los componentes radiactivos de las armas hay que colocarlos en lugares seguros que eviten el contrabando, pero ya se han descubierto varios casos de este contrabando.
b) El problema de la posibilidad de accidentes: «La industria se empeña en presentar la energía nuclear como muy segura, con argumentos basados en la poca probabilidad de que ocurran accidentes. Sin embargo, los accidentes suceden, las probabilidades se convierten en realidades, y los argumentos son discutibles». Ejemplos de accidentes nucleares hay demasiados, pero «Chernobyl se convirtió en el terrible ejemplo de lo que pasa cuando las cosas salen mal». Provocó multitud de muertos y grandes aumentos de casos de cáncer (principalmente de tiroides, porque el Yodo radiactivo tiende a almacenarse ahí). «Se calcula que los efectos a largo plazo causarán entre 140000 y 475000 muertes de cáncer en todo el mundo». Actualmente, «una valla de alambre de púas rodea una zona de exclusión de 2600 kilómetros cuadrados alrededor del sitio del reactor. El suelo está contaminado de compuestos radiactivos». Pero, sin embargo, los otros dos reactores del complejo siguen funcionando.
Según algunos científicos, en occidente no se corre el riesgo de que ocurra otro Chernobyl por las características de diseño que hacen más seguras las centrales. Naturalmente, «no están inmunes a los accidentes, de los que el más serio sería que se fundiera el núcleo por la pérdida total del refrigerante. Nunca ha ocurrido, pero estuvo cerca en Three Mile Island«, uno de los accidentes más graves, que ocurrió en Pennsylvania (EE.UU.), en 1979. Es importante constatar que «los trabajos de limpieza han costado tanto como la construcción de una nueva planta. No hay planes para que las instalaciones vuelvan a funcionar». Muchos de los accidentes producidos señalan «los errores humanos como un factor muy importante». No obstante, «algunos defensores de la energía nuclear aseguran que contamos con la tecnología para construir reactores inherentemente seguros, diseñados de forma tal que cualquier accidente produciría la suspensión automática de la reacción en cadena y la supresión del calor de la desintegración nuclear. La verdad es que no existen los reactores inherentemente seguros, pues el concepto implica que no escapará radiactividad en ninguna circunstancia, algo imposible de creer». Así, los científicos estadounidenses autores de esta obra señalan además que «la energía nuclear ya es más cara que cualquier otra forma de generar electricidad si se descuentan los subsidios del gobierno».
En EE.UU. se estaba abandonando la energía nuclear antes de Chernobyl, principalmente por razones económicas. Pensemos que «los sistemas de seguridad protegen a la gente, pero no previenen que un accidente traiga la ruina económica a la compañía», como hemos visto que pasó en Three Mile Island. Además, la vida de las plantas nucleares resultó menor de la esperada: «en todo el mundo se han cerrado 60 plantas nucleares después de operar 17 años en promedio». Esta vida más corta aumenta los costos de la energía producida porque hay que pagar la inversión en un lapso más breve». Eso se debe a dos problemas: la fragilidad del recipiente del reactor y la corrosión en los tubos y otros materiales. Un ejemplo es el caso de una central en Massachusetts que cerró en 1992, ocho años antes de que expirara su licencia, para evitar pagar los 100 millones de dólares que costaba reparar el recipiente del reactor.
Otro tipo de reacción nuclear es la fusión, pero «es en el mejor de los casos una opción a la larga» que «será sobremanera cara, si es que se consigue» y, además, no será limpia del todo, pues se usa deuterio y tritio (dos isótopos del hidrógeno) de los que el segundo es radiactivo y no natural (hay que producirlo), aunque tiene la ventaja de tener una vida media corta.
Energía SOLAR y otras fuentes renovables
Usar la energía del sol es básico porque, como vimos, es el segundo de los Principios básicos de la Sostenibilidad. Por otra parte, respecto a las viviendas, tanto en ambientes fríos como calurosos, es fundamental un buen aislamiento y usar técnicas de construcción adecuadas (casas solares). Por ejemplo, el calor del verano se puede evitar con un toldo o un alero que proteja las ventanas del sol, aprovechando que en verano el sol está más alto. Así, en invierno el alero no será estorbo para que el sol entre por la ventana calentando la vivienda. Otra técnica consiste en plantar «árboles caducifolios o enredaderas del lado soleado de la casa, que bloquean mucho del calor excesivo de verano y lo dejarán pasar en invierno. Un seto de arbustos perennifolios en el lado sombreado brindará protección contra el frío». Una crítica a esto es que se «requiere un sistema de respaldo para los periodos de clima inclemente. El buen aislamiento es gran parte de la respuesta», pues «quienes tienen hogares bien aislados tienen poca necesidad de tal sistema de respaldo», pero si hace falta basta con un pequeño horno de leña, por ejemplo. Además, la energía solar térmica, para calentar agua, es extremadamente simple y bastante barata.
La producción solar de electricidad tiene 2 métodos viables: celdas fotovoltaicas y los canalones solares. Las celdas fotovoltaicas consisten en placas solares que producen electricidad y se están usando cada vez más para llevar electricidad a sitios lejanos, pues es más barato que tender una línea de voltaje de kilómetro y medio. Como no tienen partes móviles, «las celdas no se desgastan, aunque su vida útil es de unos 20 años a causa del deterioro por la intemperie», pero eso depende, naturalmente, de cada clima y en caso de deterioro sólo hay que cambiar la placa dañada y no el resto del sistema. «El principal material de las celdas solares es el silicio, uno de los elementos más abundantes de la Tierra, así que la producción corre pocos riesgos de que se agoten los recursos. Su costo obedece sobre todo a la complejidad de su construcción y diseño». Por otra parte, «al hacer la transición a la energía solar, quizá después de todo no sean necesarias las pilas o los acumuladores, porque alrededor del 70% de la demanda es en las horas hábiles. Así, para ahorrar es posible aprovechar los paneles solares de día y acudir a las fuentes convencionales de noche», hasta que se decida instalar baterías que acumulen la electricidad de día. «El futuro más promisorio de esta forma de energía se encuentra en la instalación de sistemas domésticos en los techos, con lo que se evitan los costos de terreno y transmisión» que requieren las grandes centrales.
Los canalones solares aprovechan el sol para poner agua en ebullición y con el vapor impulsar turbogeneradores convencionales. Se trata, resumiendo, de medios tubos reflectantes que reflejan la luz del sol hacia el centro de los mismos, por donde pasa una tubería de aceite u otro líquido. Ese fluido circula y pone el agua en ebullición. Aunque hay más formas de aprovechar la energía del sol, se han desechado, por el momento, por su precio.
La energía solar es «muy barata», pero para verlo así hay que incluir en las fuentes tradicionales «los costos ocultos de la contaminación atmosférica, las minas a cielo abierto y la eliminación de desechos nucleares». También, «las críticas de que la energía solar requiere extensiones ingentes de terreno suenan vacías si se considera que cada año se devastan cientos de hectáreas para extraer carbón o que cabe la posibilidad de que otras áreas queden inhabitables a resultas de un accidente nuclear. Al hecho de que el sol provee energía sólo durante el día se replica con el argumento de que el 70% de la demanda de electricidad ocurren en esas horas». Por la noche pueden usarse otras fuentes (tradicionales, eólica…) o bien acumular la energía solar diurna, como se hace para iluminar algunas farolas de Ciudad de México. Por otra parte, un objetivo debería ser pequeñas centrales en el lugar donde son necesarias, más que grandes centrales eléctricas en lugares alejados de donde la electricidad es consumida.
La energía solar aún no resuelve el problema del transporte pues los motores solares tienen poca potencia. Una solución para el futuro son los coches que funcionan quemando hidrógeno, que sólo produce agua como residuo y algo de óxidos de nitrógeno. El hidrógeno abunda en la naturaleza pero enlazado a otras sustancias (como al oxígeno formando agua). Podemos aislar el hidrógeno del agua invirtiendo más energía de la que obtendremos de su combustión (por la segunda ley de la termodinámica). Una forma económica y no contaminante es usar para ello la energía solar: «Hace mucho que la naturaleza halló un método de descomponer el agua en oxígeno e hidrógeno mediante la energía solar, pues eso es lo que sucede en la fotosíntesis».
Energía SOLAR indirecta: Hidráulica, Eólica y Biomasa
Estas tres formas de energía son otra forma de la energía solar. «La energía hidráulica es una fuente renovable que no contamina, pero construir las presas trae inmensas desventajas ecológicas, sociales y culturales», aparte de las económicas, ya que los embalses se van llenando de sedimentos y su limpieza es cara, además de la reducción de energía en épocas de sequía:
- Detrás de las presas se inundan granjas, hábitats de muchas especies o lugares de algún interés: En EE.UU. varias presas han anegado cañones de espectacular belleza o tierras sagradas de los indígenas. En España, la presa de Itoiz pretende inundar zonas de gran valor natural. La presa de las Tres Gargantas, en China, ha desplazado a miles de seres humanos.
- Se obstaculiza y hasta se impide la migración de los peces, aun cuando se provean pasajes: En EE.UU., la pesca del salmón está muy afectada. En Argentina, el río Paraná ha disminuido la cantidad de pesca (dorados, surubís…) desde la construcción de la presa de Yaziretá, a pesar de que esta presa dispone de mecanismos para que puedan pasar aquellos peces que acierten a dar con ellos.
- Cambiar un río de corriente fría por un embalse de agua caliente tiene consecuencias ecológicas imprevistas: La presa de Asuán (Egipto) ha favorecido la difusión de un gusano parásito y el aumento de humedad pone en peligro monumentos y esculturas que duraron siglos, antes de la construcción de la presa.
- También se causan estragos corriente abajo, ya que el río pierde gran parte de su agua y el cauce se hace irregular. Además, los nutrientes quedan, en su mayoría, en el fondo de la presa y no llegan al mar, por lo que se pierde también parte de la pesca en la zona de la desembocadura.
La energía eólica ha sido usada desde hace muchos años para impulsar los barcos de vela, para moler trigo en los molinos de viento o para bombear agua. Actualmente, las turbinas eólicas son aspas (de unos 15 metros habitualmente) que movidas por el viento impulsan un generador. Dinamarca es una potencia mundial en esta forma de energía. Inconvenientes tiene algunos: Es una fuente intermitente, cuestiones estéticas y pueden ser peligrosas para las aves si se instalan en las rutas de migración.
La biomasa es la energía procedente de la fotosíntesis actual, mientras que los combustibles fósiles guardan la energía de la fotosíntesis de hace millones de años. En síntesis, existen los siguientes sistemas:
- Quema de leña: Si los bosques son abundantes esta es una forma sostenible de energía, siempre y cuando existan planes de reforestación que lo hagan viable. En algunos sitios sólo se aprovechan algunas ramas, troncos caídos, hojas…
- Quema de desechos municipales: No es una forma barata de producir electricidad, pero resuelve parte del problema de la basura con los problemas vistos anteriormente.
- Producción de metano: Es el biogás del que se habló más arriba. Un ejemplo lo constituye la granja lechera Mason-Dixon de Pennsylvania (EE.UU.): El estiércol de 2000 vacas escurre por gravedad a través de una rejilla en el suelo hasta unos tanques de digestión anaerobia, donde se produce biogás. Ese gas abastece unos motores que proveen electricidad para la vaquería y, como sobra, la vende a la compañía eléctrica. El calor residual de las máquinas calienta los tanques de gestión y los edificios. El fango rico en nutrientes que queda se recicla como fertilizante para los campos donde crece el alimento de las vacas.
- Producción de alcohol: Se produce por fermentación de almidones y azúcares de granos, caña de azúcar o fruta dulce (uvas…), igual que las bebidas alcohólicas pero destilando el resultado para usarlo como combustible para los coches. Brasil es el país que más ha usado esta forma de energía, que acabó por no fomentarla. Además, para la destilación suelen usarse fuentes de energía contaminantes.
Otras fuentes renovables: Energía geotérmica y mareomotriz
Cuando las rocas fundidas del interior de la tierra calientan las aguas freáticas se puede aprovechar el vapor de agua producido. Es la energía geotérmica. Esto se hace en zonas volcánicas como Filipinas, Nicaragua, Islandia, Japón, China, Kenia y Nueva Zelanda. Es una energía inagotable, en principio, pero las aguas freáticas sí son agotables. Además, ese agua suele estar lleno de contaminantes (azufre…).
La energía mareomotriz requiere construir presas en bahías y montar turbinas allí, que sean accionadas por la subida y bajada de las mareas. Para que esto sea rentable tiene que haber suficiente diferencia entre las mareas alta y baja y eso ocurre en pocos lugares, aunque estos sistemas se están aprovechando en Francia, Canadá, Rusia o Estados Unidos. Sus mayores problemas son el obstáculo que supone para los peces y la acumulación de residuos.
Medidas para un futuro energético sostenible
La Cumbre de la Tierra de 1992 obliga a los países industrializados a incrementar su ayuda a los países menos industrializados, en los que la opción solar es muy atractiva, y necesaria para evitar la deforestación o una contaminación tan descabellada como la que producen los países ricos. «Si el consumo total [de energía] sigue aumentando con el crecimiento demográfico, ni siquiera la instalación masiva de sistemas solares cubrirá los incrementos en la demanda», por lo que es necesaria la conservación de la energía disponible, o sea, no despilfarrarla (aparte del control demográfico del que se habló más arriba): Utilizar sistemas eficientes y cuidar el consumo desmedido. Muchas empresas están ahorrando mucho dinero tras invertir parte en mejorar sus sistemas que consumen electricidad. En Connecticut, un grupo ecologista ganó en los tribunales un pleito contra una empresa que quería instalar una nueva planta generadora de electricidad para hacer frente a la demanda creciente. El tribunal ordenó invertir ese dinero en acondicionar hogares, oficinas y fábricas con iluminación, aislamiento y aparatos eficientes.
Estos científicos concluyen en este libro que es necesario que las fuentes de energía compitan en igualdad de condiciones y que se deje de subvencionar las fuentes tradicionales contaminantes, para subvencionar aquellas fuentes que son sostenibles. Además, se deben subir los impuestos a los que consuman energías contaminantes. En definitiva, hay que sumar los costos ocultos del consumo de combustibles fósiles (contaminación, destrucción del entorno en las minas, derrames petroleros, desequilibrios mundiales por la interdependencia del petróleo, apoyos militares para garantizar el acceso al petróleo…). Es demostrable que los principales obstáculos para fomentar la energía solar son políticos, más que tecnológicos o económicos.
Estilos de vida y sostenibilidad
No es difícil ver que el impacto ambiental crece en nuestro mundo. Ello es debido al continuo crecimiento tanto del tamaño de la población como de su nivel de consumo. Por otra parte la consideración ambiental también crece pero a menor ritmo. Tampoco es difícil comprobar que granjas, terrenos de cultivo o hábitats naturales van cediendo espacio al crecimiento de ciudades. «Desde mediados de los años 80, sólo en Estados Unidos las nuevas urbanizaciones consumen en promedio 567000 hectáreas de tierras agrícolas al año, así como una cantidad igual de áreas naturales». Es curioso constatar que el crecimiento de la urbanización es brutal si se tiene en cuenta que el crecimiento demográfico de las ciudades es muchísimo más lento, mientras en los centros de las ciudades disminuye la población.
«La característica más notable —y dañina para el ambiente— de la vida en las ciudades modernas es nuestra dependencia casi total en los automóviles», y eso está tan incrustado «que es casi una extravagancia querer imaginar cómo vivir de otra manera». Ese estilo de vida tan destructivo empezó a gestarse tras la II Guerra Mundial, cuando poseer automóvil se volvió común. Eso lleva a que ya no es necesario vivir cerca del lugar de trabajo, compras… con lo que mucha gente se mudó a vivir a las afueras de las ciudades, principalmente en EE.UU., pero exactamente lo mismo sigue ocurriendo en la actualidad en multitud de países. Además, ese crecimiento explosivo alrededor de las ciudades no sigue un plan general, sino que crece descuidadamente «por un laberinto de jurisdicciones» (pueblos…). Esto provoca que las vías de comunicación se congestionen de tráfico que se soluciona abriendo nuevos caminos o ensanchando los existentes. Esto, a su vez fomenta la urbanización en lugares más distantes, «porque es el tiempo, no la distancia, el factor limitante de los conductores». Así, suele ocurrir que los congestionamientos se repiten, a pesar de las ampliaciones que se hagan. En Estados Unidos, «la distancia promedio de traslado se ha duplicado desde 1960, pero el tiempo sigue siendo el mismo», con lo que el consumo de combustible se ha disparado. Los científicos autores de este libro se preguntan: «¿Es sostenible este efecto de bola de nieve?».
Esta tendencia también ocurre en los países pobres, «cuyos habitantes aspiran a tener automóvil y adoptar el estilo de vida que depende del vehículo. En consecuencia, también ahí ocurren fenómenos de asentamientos desordenados conforme la gente tiene suficiente dinero para comprarse su automóvil. Pero tal estilo dependiente no es sostenible»:
- Agotamiento de recursos energéticos: Por el uso del automóvil, pero también porque «los hogares suburbanos aislados requieren de 1.5 a 2 veces más energía que los alojamientos de las urbes».
- Contaminación atmosférica: Por el humo, pero también por el aire acondicionado de los coches que dañan la capa de ozono al ser «una de las principales fuentes de clorofluorocarbonos».
- Contaminación y degradación del agua: Tanta urbanización lleva a una «disminución en la filtración en grandes regiones» del agua de lluvia y más escurrimientos con consecuencias obvias: agotamiento de las aguas freáticas, invasión de aguas salinas, erosión de las riveras, inundaciones… Por esto, las urbanizaciones con casas individuales son una amenaza para los acuíferos.
- Pérdida de áreas naturales y fauna: Las áreas naturales invadidas expulsan a su fauna que está condenada a morir. Aunque pueda mudarse a otra zona esa población extra de fauna en la nueva zona es raro que pueda ser acogida sin problemas. Además, las vías rápidas separan poblaciones e impiden a muchas poblaciones el paso a las fuentes de agua. También, la ampliación y mejora de las carreteras hace crecer el número de los atropellamientos, que hace que mueran más animales por esta causa que por las balas de los cazadores. En España, el lince ibérico está en vías de extinción por estas causas.
- Pérdida de tierras agrícolas: Estos autores señalan a este problema como «quizá lo más serio a largo plazo». Muchos minimizan el problema diciendo que el mundo está lleno de tierra, ignorando que el 65% de esa tierra son desiertos, tundra o montañas que no son cultivables, y otro 24% es tierra demasiado seca (sabanas, pastizales…) o demasiado húmeda (pantanos, lagunas, marismas…). Esto lleva, además, a que los alimentos tienen que viajar más, con el consiguiente aumento en los costos y en la contaminación. China, por ejemplo, alcanzó su independencia alimentaria con la Revolución Verde, pero la urbanización, su crecimiento demográfico y su creciente demanda de carne han hecho que China dependa de nuevo de las importaciones. «Dado que aparte de todo el suelo agrícola que se degrada por la erosión y la salificación, además de que las aguas de riego se agotan, desperdiciarlas en urbanización no parece una dirección responsable en ninguna parte».
Esta migración fuera de las ciudades tiene otras consecuencias sociales. Por ejemplo, «mudarse a los suburbios requiere alguna riqueza» (pagar el piso o la hipoteca, comprar y conducir un automóvil…), por lo que tal «emigración, en su mayor parte, excluye a los pobres, los ancianos y los discapacitados». Esto también aumenta el precio de las viviendas en los suburbios, con lo que aumentan sus impuestos y, con ellos, mejoran los servicios locales. A la vez, el valor de las propiedades en las ciudades disminuye con la menor demanda y se acaban convirtiendo en casas viejas, pero que suelen tener altos impuestos. Esto, a su vez, anima que «más gente deje la ciudad y se una a los suburbios desordenados, incluso si no quisieran adoptar el estilo dependiente del auto». Esta espiral se denomina «deterioro urbano».
La emigración de los «ricos» a los suburbios se lleva el capital que mantiene a muchas tiendas del centro, con lo que no sólo se pierden empleos en el centro, sino también servicios a los que vivan allí. Los nuevos centros comerciales suelen carecer de transportes públicos y quedan reservados para los automóviles y la gente del centro se empobrece aún más por esa «exclusión económica», que conlleva, además, delincuencia, tráfico de drogas, violencia… A veces, algunas ciudades rescatan el centro para nuevas tiendas, restaurantes, oficinas residencias… pero se trata, en general, de sólo una mínima parte de ese centro y a poca distancia se pueden encontrar casas viejas y abandonadas. De todo esto existen multitud de ejemplos, como la ciudad de Baltimore. Casi todas las ciudades del mundo expanden sus dominios de cemento y asfalto, mientras siguen teniendo casas viejas y deshabitadas en el centro.
«Un futuro sostenible dependerá de detener el crecimiento desordenado de las zonas metropolitanas y de revitalizar las ciudades». Se trata de ciudades habitables que dejen los alrededores para la agricultura y para los ecosistemas naturales. Un estudio sobre las ciudades más habitables concluye que «(1) mantienen una densidad demográfica elevada, (2) conservan la heterogeneidad de casas, oficinas, negocios y tiendas, y (3) poseen dimensiones humanas, la gente se encuentra en la calle, se visita o trata asuntos en un café, sobre la acera o pasea por las áreas abiertas. En suma, el espacio está destinado a la gente. Por el contrario, la urbanización de los últimos 50 años se ha concentrado en los automóviles. (…) Las ciudades más habitables del mundo no son las que brindan un acceso perfecto a todas partes en automóvil, sino las que han puesto en práctica medidas para aminorar su desbordamiento, reducir el tránsito de vehículos y mejorar el acceso a pie o en bicicleta además del transporte colectivo«. Ejemplos: En Ginebra está prohibido estacionar el vehículo en los sitios de trabajo del centro, por lo que la gente va en transporte colectivo. En Copenhague no se permite estacionar en las calles del centro. París está siguiendo líneas similares, así como Curitiba, llamada la ciudad más habitable de América Latina. «El espacio que se ahorra al no construir calles ni estacionamientos se dedica a los parques y los paseos arbolados». Portland (EE.UU.) impone un límite al crecimiento de la ciudad y se prohiben las nuevas urbanizaciones fuera de ese límite. Además, un sistema efectivo de transporte colectivo hizo que una antigua vía rápida y un enorme estacionamiento se convirtieran en un gran parque costero. Es necesario «proporcionar acceso seguro a los ciclistas y los peatones entre las áreas residenciales y los sitios de trabajo».
«Muchos ambientalistas respaldan la propuesta de impuestos considerables al precio de la gasolina» que estimule a la gente a no mudarse cada vez más lejos. Esto son medidas muy impopulares y hace falta mucho valor para llevarlas a cabo de golpe. El expresidende Clinton quiso poner un impuesto de 13 centavos de dólar por litro que finalmente se quedó en 1. Los gobiernos municipales tienen también mucha responsabilidad, pero el gobierno central también puede establecer ayudas para conseguir ciudades más habitables, como lo hace el gobierno de Estados Unidos. «La decadencia de nuestras ciudades apresura la descomposición del ambiente en general» y «sin comunidades humanas sostenibles, el resto de la biosfera tiene pocas oportunidades de sostenibilidad«.
Como colofón de males, en las zonas residenciales suburbanas suele parcelarse el suelo y construir viviendas aisladas (chalets o casas adosadas en el mejor caso). Resulta más respetuoso con el medio ambiente agrupar las viviendas dejando el terreno sobrante como espacio abierto para otros usos (parques, zonas deportivas…). Las ventajas de este último tipo son, básicamente, las siguientes: No se pierden tantos bosques ni tierra agrícola, se reducen la contaminación y los escurrimientos de agua (aumentando la infiltración), menor gasto en aire acondicionado (25%) y en los servicios públicos (agua, luz…), y también en el transporte (urbano, escolar, de basura…).
Una buena idea para las ciudades consiste en que los ciudadanos que lo deseen pueden instalar un pequeño huerto en su espacio exterior (el tejado, por ejemplo), para cultivos hidropónicos o de otro tipo. Se demuestra que «es posible cultivar casi cualquier verdura en una capa delgada (7.5 a 10 centímetros) de composta o desechos ligeramente descompuestos. (…) Las plantas necesitan luz, agua y nutrientes, pero, aunque nos sorprenda, poco o nada de suelo. En Florida, hay una organización (OIEH o ECHO) que promueve este tipo de agricultura urbana.
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EPÍLOGO
«Con nuestra sola existencia en el planeta, todo lo que hacemos —el auto que manejamos, los productos que usamos, la basura que tiramos, casi todo lo que escogemos y hacemos— tiene cierto impacto en el entorno y ciertas consecuencias en el futuro. (…) Es cuestión de que cada quién se pregunte si será parte del problema o de la solución. El resultado dependerá de cuántos de nosotros respondamos a los retos que nos esperan». Para conseguir una sociedad sostenible hay, básicamente cuatro líneas:
- Cambios en los estilos de vida personales: «optar por un automóvil de mejor rendimiento o montar bicicleta para los menesteres cercanos, reciclar papel, latas y botellas, acondicionar la casa con energía solar, sembrar un huerto en el patio y hacer composta y reciclar los desechos del huerto y de la comida en el suelo, elegir las diversiones menos nocivas, (…) vivir cerca del sitio de trabajo y muchas otras más».
- Participación política: Esto «va de apoyar y votar por los candidatos a manifestar su respaldo por ciertas leyes mediante cartas y llamadas telefónicas» o fax.
- Asociarse a organizaciones ambientales o ecologistas: Esto influye en los dos puntos anteriores. Además, las organizaciones suelen denunciar las ilegalidades para que el que contamine pague su deuda con la sociedad.
- Elección de profesión: El campo de la protección medioambiental ofrece multitud de empleos de muy diverso tipo, pero incluso desde nuestro trabajo, sea el que sea, podemos adoptar multitud de posturas respetuosas o no con la Naturaleza.
Para terminar, los autores también hacen un llamamiento a la justicia: «Es difícil que avancemos mucho hasta que los agravios de las minorías en desventaja sean paliadas por aquellos que están acomodados. (…) La responsabilidad de contribuir a la justicia distributiva debe ser proporcional al grado de bienestar; en otra palabras, los que tienen más deben estar más dispuestos a trabajar en favor de una sociedad justa», porque eso también es «justicia ambiental«.
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