La inviabilidad de las políticas contra el Cambio Climático

Año tras año, las distintas cumbres del clima, que organiza Naciones Unidas (COP), terminan con la misma sensación de siempre, de que se ha dicho mucho pero que no se ha hecho nada, y que no se va a hacer nada. Por más que se ilustran las consecuencias de seguir aumentando las concentraciones de CO2 en la atmósfera, los actos hablan por sí solos. Y es que las concentraciones de gases de efecto invernadero no han dejado de aumentar en ningún momento.

El motivo es tan sencillo como para no decirlo, porque es antieconómico luchar contra el Cambio Climático. Porque el capitalismo exige crecer, crecer siempre. Se instaló en este mundo con las conquistas de América, África, Oceanía… Y siguió creciendo. Cuando conquistó todo el mundo, conquistó a las personas, y creó el consumismo, para seguir creciendo no ya en territorio sino en consumo de recursos materiales. Y si llevas una vida austera, no consumista, eres anticapitalista, y se te impondrá una obsolescencia programada para que tengas que consumir en contra de tu voluntad. Y desde principios del siglo XX el capitalismo se unió a la energía, al consumo creciente de energía.

El Producto Interior Bruto (PIB) es proporcional al consumo de petróleo. Publicado por Art Berman (14/05/2020) en 15/15\15: La industria del petróleo está acabada (y la siguiente será la economía).

Que la energía y la economía están relacionadas es algo que se sabe desde hace bastante tiempo. Y cuando hablamos de energía, hablamos principalmente de petróleo. Y es que el petróleo tiene unas características físicas y químicas que lo hacen excepcional. No hay otra fuente de energía que sea tan versátil ni con tanta densidad energética como el petróleo. Ni siquiera la nuclear, que solo sirve para poco más que para producir electricidad, es capaz de mover desde una máquina ligera a un vehículo que pesa varias toneladas, con una pequeña cantidad de un combustible líquido. En este sentido, el petróleo es la sangre del sistema. Y para que la economía vaya bien es obligación consumir cada año, como mínimo, un millón de barriles de petróleo al día más que el año anterior.

La producción de petróleo mundial (en millones de barriles al día) no ha caído en ningún momento salvo en las crisis económicas. Fuente: Agencia Internacional de la Energía.

Si el consumo de petróleo se estanca, no ya digamos que descienda, la economía entrará en recesión. Y una economía en recesión conlleva paro, pobreza, hambre, conflictos sociales, pérdida de derechos sociales, de salud, muerte.

Ningún gobierno puede aceptar una situación de descenso económico porque la sociedad no lo admite. Por esta razón es imposible luchar contra el Cambio Climático porque es luchar contra el mismo capitalismo. Y detrás del negacionismo climático, en todas sus formas de expresión (desde la negación extrema a la negación de sus efectos), lo que se esconde en definitiva es una defensa a ultranza del sistema capitalista. Es por eso que la lucha contra el Cambio Climático debe ser fundamentalmente anticapitalista. Y no caben soluciones milagrosas como la de pretender pintar de verde al capitalismo. No es posible combatir el Cambio Climático con soluciones biológicas (reforestaciones), de gestión (agricultura ecológica), físicas (captura y almacenamiento de carbono), etc., porque la cantidad liberada de CO2 a la atmósfera es tan inmensa que resulta imposible eliminarla en el corto plazo. Pretender capturar en pocos años lo que a la Naturaleza le ha costado guardar en millones de años, es una ilusión.

No hay mayor acción de capitalismo verde que el Protocolo de Kyoto, que ha favorecido el traslado del sistema industrial a países como China, donde las leyes medioambientales son más laxas. Muchos países europeos han reducido sus emisiones de gases de efecto invernadero trasladando sus fábricas al sudeste asiático, lo que no reduce el balance global de emisiones pero sí incrementa el cinismo de Occidente.

Sin embargo, esta huida hacia adelante tiene un límite. Y es que el capitalismo está herido de muerte: la disponibilidad de petróleo es limitada y llega un momento en el que su producción empieza a disminuir, es lo que se conoce como peak oil o pico del petróleo. Contrariamente a lo que piensa mucha gente, los problemas no comienzan cuando el petróleo se acaba sino cuando se llega a su máximo de extracción. Porque al no poder incrementarse la producción de petróleo, la velocidad de su extracción, la economía no puede crecer. Y si la economía no puede crecer, la economía entra en recesión. El pico del petróleo es una realidad tan evidente como que ya lo han alcanzado la inmensa mayoría de los países productores de petróleo, incluso continentes enteros. Y el planeta en su conjunto también está condenado a alcanzarlo. Y ese momento de máxima extracción mundial muy posiblemente sea el momento presente.

Grandes regiones del planeta ya han alcanzado su pico del petróleo como Europa, África, América del Sur o Asia (excluyendo Rusia y los países de Medio Oriente). Expresado en millones de barriles al día a partir de datos publicados por la Agencia Internacional de la Energía.

El petróleo crudo, que es el más energético y fácil de extraer, entró en una fase de meseta en 2004. Incluso la Agencia Internacional de la Energía anunció su máximo en 2005 (World Energy Outlook, 2010). Sin embargo, la producción de petróleo siguió creciendo al aparecer en escena sucedáneos del petróleo, los mal llamados petróleos no convencionales, más costosos de obtener y/o menos energéticos: líquidos del gas natural, agrocombustibles, petróleos extrapesados, fracking. Esto tiene consecuencias importantes porque solo del petróleo crudo convencional puede destilarse el gasóleo. Y el gasóleo es realmente la sangre del sistema, la que permite mover las máquinas más pesadas y la que sostiene la globalización, y su producción ya empieza a decaer. Y decayendo la producción de gasóleo pasamos del peak oil al peak everything, porque muchos recursos materiales dejan de ser rentables con un combustible caro, y muchas minas dejan de explotarse. De modo que la producción de muchas materias críticas se irá reduciendo no por falta de disponibilidad del recurso en sí sino por una cuestión de escasez energética.

Estimación de la producción de petróleo crudo (en millones de barriles al día) a partir de datos publicados por la Agencia Internacional de la Energía, la Administración de Información de la Energía (EUA) y del Ministerio del Poder Popular de Petróleo de Venezuela.

Y ésta es la razón del auge de muchas de las instalaciones renovables. Detrás de ellas no hay razones climáticas o medioambientales, sino energéticas. Sin embargo, pretender sustituir un modo de vida basado en combustibles fósiles por energía renovable, es una ilusión. El futuro va a ser renovable, qué duda cabe, pero la disponibilidad de energía va a ser sensiblemente menor, lo que no es incompatible con unas condiciones de vida buenas.

El decrecimiento ya no es una opción, es una obligación. Sin embargo, desde la política la situación es bastante preocupante, porque solo la derecha tiene una respuesta preparada contra el escenario de colapso que se avecina, aunque de muy corto plazo. El capitalismo, en su última fase neoliberal, sostiene su crecimiento en la privatización. Solo vendiendo todo nuestro patrimonio, a costa de perder derechos sociales y destruyendo nuestro medio ambiente, podemos seguir creciendo. Únicamente explicando la realidad del pico del petróleo a la sociedad, y que ésta lo acepte, es posible provocar cambios políticos que eviten males mayores, incluso del Cambio Climático.

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