Turismo más responsable y sostenible

El turismo responsable es una forma de entender el turismo y los viajes que pretende mejorar o conservar las zonas visitadas (lo natural, lo artificial y el factor humano). El objetivo es minimizar los efectos negativos para el entorno natural, la sociedad y la cultura local.

El turismo responsable ha de ser sostenible y puede contribuir a mejorar la vida de los habitantes locales. Pero el viajero tiene que tener como objetivos aprender, respetar, ayudar y, por supuesto, pasarlo bien. Hay agencias turísticas que nos garantizan destinos adecuados, pero siempre hay unas reglas que deben tenerse en cuenta antes, durante y después del viaje:

1. Intente elegir un destino lo más cercano posible, pues el transporte es muy contaminante. El medio de transporte más contaminante es el avión. Tanto para llegar, como cuando ya estemos en nuestro destino, es mejor usar transportes colectivos por tierra o mar, andar, ir en bicicleta o incluso hacer auto-stop. Cualquier cosa es mejor que el avión o el coche privado, aunque sea eléctrico. Intente compensar su contaminación con acciones como plantar árboles (y no solo pagando a alguien para que lo haga).
2. Aprenda algo sobre la cultura local: sus expresiones, su idioma (al menos algunas palabras y saludos), su religión, sus costumbres, su geografía, su historia, su biodiversidad, sus zonas protegidas, su gastronomía… mézclese con el entorno y con los aborígenes, fundiéndose con lo local.
3. No dañe la flora y fauna local, ni compre productos procedentes de organismos vivos, especialmente coral, pieles, animales vivos o muertos, o partes de animales… Productos de plantas no son admisibles si están en peligro o si lo ignoramos. No recolecte flores, hojas, semillas… aunque sean de jardinería (menos aún si son salvajes). Trasladar semillas entre distintos ecosistemas es muy peligroso, y está prohibido en muchos países.
4. Compre artesanía o arte local, respetando el punto anterior. Compre productos que realmente aprecie o vayan a ser apreciados. Recuerde que la mayoría de los regalos acaban en la basura u olvidados en un cajón. Reduzca sus compras y esté atento por si puede invertir su dinero en ayudar de otra forma más altruista.
5. Utilice hoteles, restaurantes u otras empresas locales, con empleados locales, en vez de grandes multinacionales que pueda encontrar en cualquier lugar del mundo.
6. Ponga sus residuos (basura) en su sitio, intentando reciclar y reduciendo el consumo en general de cosas como, por ejemplo, bolsas de plástico o envases de usar y tirar. Pida que no le den bolsas o envases innecesarios en las tiendas. Si no hay contenedores adecuados, debe llevarse los residuos para que sean reciclados o reciban el tratamiento adecuado.
7. Intente minimizar su consumo de agua, energía y otros recursos, incluso aunque la región tenga suficiente.
8. Coma y beba productos locales en vez de importados. Llevar comida en su equipaje está prohibido en muchas regiones. Reduzca su consumo de carne, pescado, lácteos y huevos, pues producirlos requiere mayor gasto de energía y agua que su equivalente en alimentos vegetales.
9. No pidas que el destino se adapte a tus gustos. Adáptate al destino que pises.
10. No cometa actos que estén prohibidos o que no haría en su país de origen, y piense siempre en el impacto de sus acciones. Sea respetuoso y humilde sin presumir o sentirse superior por estar de vacaciones, ser más rico o más culto. Vístase de forma modesta, sin ostentosas joyas, relojes o cámaras.
11. Denuncie los impactos negativos a las autoridades locales, o en su embajada local en el destino o cuando ya esté de vuelta: abuso en el uso de recursos, destrucción de hábitats… y por supuesto violaciones de los derechos humanos o de la legalidad.
12. Intente comprender y disfrutar la cultura y el modo de vida local, más que visitar solo los monumentos famosos. Intente no ir a lugares masificados de turistas, piérdase entre las calles o en la naturaleza y disfrute con lo que ningún turista normal llega a ver. Se trata de ver lo que hay, lo cotidiano y de buscar su belleza.
13. Sea observador. Fíjese en la gente, en su forma de vestir, en sus costumbres, en su forma de hablar, de comunicarse, de pensar, de orar, en sus carteles… Observe la arquitectura tradicional, urbana o rural, y no solo la monumental. Fíjese en el suelo, en el color de la tierra, en las plantas y animales, en los olores de cada sitio. Pregunte siempre que lo necesite, con educación. Y todo esto, hágalo también en su vida cotidiana.
14. No presuma de su viaje ante sus amigos o familiares, ni haga fotos solo para enseñarlas. Viaje para sentirse bien interiormente, no para presumir. Tal vez sea positivo no fomentar más el turismo, pues casi todo el turismo NO es muy responsable.
15. Las grandes multinacionales del turismo (hoteleras y turoperadoras) explotan los territorios y a sus trabajadores para aumentar su rentabilidad (especialmente a las mujeres, como las kellys). Investígalas o, sencillamente, ignóralas. Evita también los viajes low cost, porque el precio que tú no pagas, lo paga la naturaleza o los trabajadores.
16. Huye de los lugares masificados, pero recuerda que el turismo más rentable es el de masas y ellos intentarán venderte los destinos en los que ganen más.
17. El turismo rural no es la salvación de las zonas despobladas. Solo será ecológico si es de cercanía, de baja intensidad y potenciando en la zona un sector primario real.

Un lema del turismo sostenible es usar más la mochila (con bocadillo) y menos la maleta… y también recordar que el turismo no es un derecho, ni una necesidad. Reducir la cantidad de turismo actual es esencial si queremos que esta «industria» sea medianamente «sostenible». El turismo actual está muy lejos de ser libre de impactos en la naturaleza y de generar empleo de calidad.

Por último, se puede derribar el mito de que el turismo es caro. Lo caro son los hoteles o restaurantes caros. Hay millones de formas de viajar barato, como por ejemplo trabajando y aprendiendo en granjas ecológicas: www.wwoof.es

Más información:

• La Cadena Verde seguro que le aportará ideas sobre cómo viajar y vivir más respetuosamente.
• Viajar en avión contamina mogollón, aunque sea barato: ¿Cuánto es? (VIDEO)
• Viajar a otras culturas es descubrir y no imponer: ¿Es el turismo una forma de colonialismo?
• La Organización Mundial del Turismo, que dice estar comprometida con los Objetivos del Milenio, desarrolló su «código ético para el turismo«, dirigido a todos los integrantes del proceso turístico.
• Anna Spenceley, «Resposible Tourism, Critical Issues for Conservation and Development«, www.earthscan.co.uk, 2008.
• Empresas y webs: www.quidamtur.org,  haciaunturismoresponsable.ning.com, www.ecoclub.com