Cada vez hay más gente interesada en productos y servicios ecológicos de todos los sectores: alimentación, viajes, cosméticos, higiene, limpieza, energía… Con respecto a la energía, es bien sabido que la más ecológica no es la energía renovable. La energía más ecológica es la que no se consume. Igualmente, en muchos casos los productos y servicios más ecológicos son los que no se compran.
El objetivo de este artículo no es proponer productos ecológicos de limpieza (aunque propondremos algunos), sino proponer que se limpie menos y con menos tóxicos. Debemos ser conscientes de que cada vez que limpiamos algo, estamos ensuciando otra cosa (aunque sea agua, que habría que depurar bien antes de liberarla a la naturaleza, cosa que no siempre se hace).
Hay productos de limpieza muy tóxicos, negativos para tu salud y la del medioambiente, como la lejía, el agua fuerte, antibacterianos, dietanolamina, desatascadores químicos, limpiadores de WC, ambientadores, etc. Esos productos deberían, sencillamente, desaparecer de nuestra cesta de la compra y pasar a emplear otros más respetuosos. Te recomendamos que leas los libros Carro de Combate y Residuo Cero donde encontrarás valiosas sugerencias (resumidas en esos enlaces).
En muchas ocasiones, solo limpiar con agua es suficiente. El agua es un poderoso disolvente y no es preciso desinfectar todo. Los niños que crecen en ambientes muy «limpios» son personas más propensas a padecer algunas enfermedades (como alergias). En la naturaleza no hay ambientes asépticos, libres de polvo o «suciedad». La obsesión por la limpieza no solo nos hace perder tiempo y dinero, sino que empleamos y contaminamos valiosos recursos que suelen ser muy difíciles de limpiar, como el aire que respiramos y el agua. ¿Cuánto daño hace la lejía una vez que abandona nuestro hogar? No lo sabemos. Lo que sabemos es que las depuradoras de aguas residuales no pueden eliminar todos los productos químicos diluidos.
Por fortuna, lentamente se va extendiendo la costumbre de usar agua con vinagre como limpiador universal. Desinfecta y quita bien la grasa. También se está poniendo de moda afeitarse y depilarse menos y el no planchar para ahorrar energía y reducir la crisis climática. Los ahorros económicos y ecológicos son grandes, pero sabemos que hay normas «sociales» que no podemos eliminar en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, ¿qué debemos hacer con las normas que hacen más daño que beneficio?
Un problema añadido es si convives con personas que no piensan como tú en materia de limpieza. La limpieza es un típico tema de discusión entre cualesquiera que compartan hogar. No nos queda otra alternativa que dialogar, negociar y ceder (algo siempre).
Ser ecologista no es del todo fácil, pero no estamos proponiendo que no se limpie, sino que se limpie menos y, sobre todo, con conciencia de todo lo que usamos para eso que llamamos «limpiar». Los productos tóxicos que usamos en nuestra casa, salen de nuestra casa y contaminan el planeta. Debemos conocer las consecuencias y de dónde viene y a dónde va todo lo que usamos. No es fiable que el envase del detergente ponga que es «ecológico» o «biodegradable»… ¡y menos si viene en un envase de usar y tirar!
Para terminar, os animamos a hacer vuestro propio jabón casero. Es muy fácil y servirá para multitud de usos: lavadora, friegasuelos… incluso para el cuerpo, evitando productos más tóxicos y contaminantes (transportes, plásticos…). No te arrepentirás si hoy decides probar a limpiar menos o a usar menos cantidad de ese limpiador que crees que es imprescindible. En nuestras manos está ser limpios… con el planeta.
♥ Artículos que te gustarán:
- Carro de Combate, Consumir es un Acto Político: Un libro para ir de compras responsables.
- Libro «Residuo Cero» de Yve Ramírez (Resumen).
- Jabón casero para lavadora, lavavajillas, suelos… RECICLA ACEITE USADO.
- Afeitarse o depilarse tiene su impacto ambiental: ¿Cuál es la mejor opción?
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