Apicultura más ecológica, para proteger a las abejas: #SOSabejas

Por Alejandro Márquez Bailón

En tu ventana o balcón, un huerto.

Existe una preocupación creciente sobre el futuro de las abejas (y otros himenópteros) debido a una serie de desapariciones masivas que han dejado cientos de colmenares desiertos y a muchos apicultores arruinados. El problema es de tal envergadura que en el invierno de 2010 se perdió más del 33% de las colmenas en USA.

Desde tiempos inmemoriales el hombre ha aprovechado los productos de la colmena como la miel, el polen o la cera. Si antaño se “saqueaban” colmenas silvestres, en la actualidad se ha llegado a crear una relación simbiótica en la que el hombre profiere cuidados a la colmena a cambio de productos de los que ésta puede prescindir, esto es la apicultura.

Este sector tiene una importancia estratégica, no sólo por las muchas familias que viven de este negocio sino porque las abejas realizan la polinización necesaria en gran cantidad de cultivos. Si no existiera la apicultura no serían rentables cultivos como la almendra, la sandía, la manzana y un largo etcétera. Por lo tanto, la desaparición de las abejas supone una amenaza terrible para la economía mundial y el medio ambiente.

No se ha encontrado hasta el momento un motivo directo que cause el Síndrome de Despoblamiento de Colmenas (SDC), pero multitud de estudios centran sus sospechas sobre la contaminación por pesticidas: en colmenas afectadas por el SCD se han encontrado de media 9 químicos contaminantes distintos. Parece que es la suma de varios contaminantes a la vez lo que provoca la muerte de las abejas.

Mención especial requieren los insecticidas basados en  neocotinoides, que han sido prohibidos en Europa por la Comisión Europea temporalmente. Tienen un efecto sistémico: se rocían las semillas con este producto y la planta lo absorbe quedando totalmente impregnada, incluyendo polen y néctar. Se vuelve venenosa para los insectos. El insecticida queda activo en el suelo durante dos años envenenando plantas silvestres y futuras cosechas.

Existe todavía gran cantidad de apicultures que se resiste a llevar sus colmenas a polinizar campos de girasol, ya que las colmenas se debilitaban o morían  a causa de estos pesticidas.

Existe en la actualidad una campaña de Greenpeace que apoya la prohibición de estos y otros insecticidas relacionados con el envenenamiento de abejas. Pulse aquí para firmar (en Twitter sigue el HT #SOSabejas).

Está claro que el camino es restringir el uso de los pesticidas que afectan a las abejas, pero además existe un tipo de apicultura que no parece tener este tipo de problemas, es la APICULTURA ECOLÓGICA. No se ven afectadas por los pesticidas ya que las colmenas están situadas en zonas de vegetación silvestre o de cultivo ecológico. No se les puede administrar pesticidas ni antibióticos ni pueden ser alimentadas con algo no ecológico. Todo esto garantiza un exquisito producto y que presenta claros beneficios a la salud humana. Además su precio es moderado y es fácil de conseguir en la mayoría de supermercados.

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