Usar a los demás para mejorar[te/nos/los/lo]

Marco Aurelio empieza sus inefables Meditaciones con alabanzas a sus seres más cercanos: su madre, sus maestros, su abuelo, su padre biológico… Esto nos invita a reconocer y apreciar las virtudes en los demás.

Como hizo el emperador romano, podríamos hacer una lista escrita con las virtudes de personas a quienes admiremos por algo. El objetivo no ha de ser imitar aquello que nos gusta de los demás, sino sencillamente valorarlo explícitamente. Tan solo ese reconocimiento es una semilla de esa virtud que, sin duda, podría brotar en cualquier momento.

No es necesario hablar con cada uno sobre sus virtudes, pero al hacerlo, se verán reforzados. Por eso, los educadores recomiendan ensalzar las cosas que los niños hacen bien, y no solo centrarse en regañarles cuando se portan mal. Es importante transmitir que valoramos ciertas acciones o actitudes. Es esencial ser agradecido. Merece la pena correr el riesgo de que el niño se comporte bien con el objetivo de buscar la alabanza, la aceptación o el cariño.

Con adultos también funciona (más o menos igual). Incluso, si lo hablamos con terceros, el efecto se amplifica, porque los demás serán partícipes de las cosas que valoramos colectivamente.

Esto también funciona en negativo. Por ejemplo, si alguien viste ropa cara y ostentosa, o presume de su nuevo coche, y los demás alaban su buen gusto o su poderío económico, se refuerza la imagen social de que es positivo ser superficial. Repitiendo actitudes como esas obtenemos sociedades bastante frívolas y ciegas ante ciertos problemas (pobreza y desigualdad, crisis climática, sufrimiento animal, etc.).

Por el efecto mariposa, fomentando pequeñas actitudes positivas en el entorno local, podemos propiciar grandes cambios globales. De hecho, será imposible efectuar grandes cambios si no hay una conciencia colectiva suficientemente sensible, lo cual no depende de nosotros en exclusiva. Lo que sí depende de nosotros es aportar algo, por insignificante que parezca, pero con la mejor intención. Y por supuesto, poco razonable sería tener solo el objetivo de quedar bien ante los demás o de calmar nuestra conciencia de forma superficial.

Recuerda este lema minimalista: «Ama a las personas y usa las cosas, porque lo contrario nunca funciona».

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Acerca de Pepe Galindo

Estamos en el mundo para aprender y ayudar y, si es posible, disfrutar. Es autor de libros como "Salvemos Nuestro Planeta", "El buscador de lo inefable" y "Relatos Ecoanimalistas"; ademas de publicar regularmente en dos blogs: 1) blogsostenible.wordpress.com y 2) historiasincontables.wordpress.com
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