El sistema de democracia participativa de votar una vez y callar 4 años es muy pobre. Ya lo dijo el Nobel de Economía Amartya K. Sen. Los cargos electos tienen 4 años para hacer y deshacer. Y si tienen mayoría absoluta pueden gobernar sin contar con la opinión del resto de fuerzas políticas. Eso NO es democracia real.
Ni siquiera hay un organismo objetivo que evalúe el grado de cumplimiento del programa electoral. O sea, que un partido puede prometer lo que quiera y luego hacer justo lo contrario (ya ha pasado). El colectivo Polétika quiere llenar ese hueco, presionando a los partidos políticos para alcanzar una sociedad más justa y menos desigual.
Pero si queremos una democracia más real es necesario ir a la raíz del control: los presupuestos. Para ello es urgente aumentar el número de casillas en la declaración del IRPF (Impuesto de la Renta de las Personas Físicas). A través del IRPF podemos mejorar mucho nuestra democracia, porque podríamos elegir parcialmente el destino del dinero de nuestra contribución al sostenimiento del Estado.
Actualmente al hacer la declaración del IRPF podemos elegir sólo dos opciones independientes entre sí:
- Dedicar un 0.7% de tu contribución a «Fines Sociales» (programas que desarrollan entidades sociales y ONG).
- Dedicar un 0.7% de tu contribución al sostenimiento económico de la Iglesia Católica.
Estas dos simples elecciones representan un porcentaje muy bajo y apenas otorgan poder al ciudadano. Ha habido serias iniciativas de añadir más opciones, como por ejemplo las más 125.000 firmas que pidieron una casilla en la Renta para investigar el cáncer, promovida por un padre que perdió a su hija por esa enfermedad. Otra propuesta ha sido dedicar una casilla a la investigación científica en general.
Por supuesto, para evitar graves desequilibrios, los ciudadanos no deberían poder elegir el destino del 100% de su contribución, pero entre el 20 y el 30% es perfectamente factible. Inicialmente podría ser menos, a modo de prueba.
Elegir el destino de parte de nuestros impuestos aumenta el sentido de la palabra democracia. Todo se puede poner en la casilla y luego, que decidan los españoles.

Destino de los impuestos en España (IRPF 2015), según el propio gobierno (pincha para ampliar y verás cosas sospechosas)
Inicialmente, el porcentaje de libre disposición no debería ser superior al 30% ya que, entre otros motivos, la gente que no hace declaración de la renta podría verse discriminada y, por otra parte, los que menos paguen eligen menos (eso se resolvería eligiendo todos sobre el total, y no sobre nuestros propios impuestos).
En todo caso, no es admisible que los gobiernos nos traten como si fuéramos niños que no sabemos lo que nos conviene. No es lógico que ellos puedan administrar el 100% de los presupuestos que salen de nuestro bolsillo. Mira en el gráfico de la derecha la distribución de los presupuestos (según el gobierno) y dinos si estás conforme: ¿De verdad defensa sólo se lleva el 2%, igual que medio ambiente?
El formulario del IRPF debería tener muchas opciones y cada ciudadano podría marcar las que considerara oportuno, repartiendo entre ellas su porcentaje de libre disposición. Esas opciones podrían ser propuestas por los ministerios, organizaciones sociales, partidos… Además de las ideas citadas anteriormente, nosotros proponemos la inclusión de estas casillas en las próximas campañas del IRPF:
- Reforestación y cuidado de bosques.
- Energías renovables y transición energética.
- Cuidado animal (campañas de concienciación y cuidado de animales abandonados).
- Investigación sobre el fraude fiscal de grandes corporaciones como las del IBEX.
- Acogimiento de refugiados de zonas de conflicto.
- Mejora del armamento del ejército.
- Apoyo y difusión de la agricultura ecológica.
- Ayuda a las empresas para desmantelar sus centrales nucleares.
- Subvencionar la agricultura del tabaco (o los transgénicos).
- Apoyo de la operación Atalanta u otras similares.
- Transición a una pesca sostenible y sin barcos arrastreros.
- Concienciación para la reducción voluntaria del consumo de carne.
- Creación de nuevos parques nacionales u otros espacios protegidos.
Lo bueno de poner casillas en el IRPF es que te da la opción de elegirlas o no, da igual si son temas que consideras importantes o no, positivos o negativos. El número de casillas en el IRPF es fiel reflejo de la libertad de un pueblo.
Tal vez, en el futuro todos o casi todos los ministerios tendrán unos presupuestos básicos, y el resto será elegido por los ciudadanos, quienes decidirían a qué ministerios y para qué fines concretos quieren que vaya destinado su dinero.
NOTA FINAL: La intención de este artículo es invitar a la reflexión más que pretender una propuesta concreta. Si nuestra sociedad se considera adulta, debemos elegir dónde va nuestro dinero y no sólo a quién lo decide.
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Mi propuesta es eliminar esas casillas, bajar los impuestos en proporción, y dejar que la gente gaste su dinero en lo que le de la gana. Es lo mismo que poner casillas infinitas.
No es lo mismo, en absoluto. La gente con su dinero podría comprarse un coche o un diamante, pero rara vez lo dedicarán masivamente a cosas de interés general (investigación, recuperación de bosques…).
Los impuestos no puedes quitarlos, porque nos quedaríamos sin colegios, hospitales… Efectivamente, pueden reducirse al mínimo, pero entonces pierdes la posibilidad de hacer muchas cosas por el bien común. Los estados normalmente hacen con el dinero de los impuestos lo que quieren, pero no siempre coincide con el interés de la gente.
Lo que proponemos es que la gente decida que hacer con «parte» de su dinero: No puedes quitar los impuestos, y es muy triste que la gente se oponga a que entre todos decidamos libremente en qué emplear parte de nuestros impuestos (siempre en cosas para el bien común, no para intereses particulares como tú propones).
Creo que aquí hay dos falacias:
1) Pensar que la gente es egoista en el mal sentido y que no está dispuesta a hacer nada por los demás.
2) Pensar que el que alguien compre un coche o un diamante no contribuye al bienestar general.
Pero ya si aceptara tu propuesta, que no lo hago, si la gente decide que no quiere apoyar una de esas cosas que consideras de «bien común», ¿lo aceptarías?. O sea si nadie marca esa casilla ¿le quitamos todos los fondos?.
¿Aceptarías que yo no marcara ninguna de ellas y me quedara el dinero para darlo a organizaciones caritativas de mi elección?.
¿ Quién decide qué cosas se meten en esa lista del «bien común»?
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