Ocurrió con el desastre de Aznalcollar (1998), con el fallido trasvase del Ebro, y también con el Hotel del Algarrobico. Los que tienen intereses económicos (siempre son económicos) acusan a los ecologistas de defender a la Naturaleza más que a las personas. Se suelen quedar sin argumentos cuando intentan demostrar intereses personales de los defensores de la Naturaleza.
Plantear si debemos defender la Naturaleza o las personas es tan absurdo como preguntar a un niño si quiere más a su padre o a su madre. Es absurdo tener que elegir, y cuando elegimos cometemos un error, posiblemente grave. Los seres humanos tenemos que ser capaces de vivir sin jugarnos la Naturaleza. Primero porque dependemos de ella, y por tanto, los que defienden la Naturaleza también están defendiendo a las personas. Pero además, aunque no necesitáramos la Naturaleza todos desearían conservarla de alguna forma, y ahí es donde no hay consenso.
Los radicales dirán que por el mero vivir ya estamos destrozando la Naturaleza, pero es obvio que una cosa es vivir sin opulencias y otra jugarnos la Naturaleza, y ahí es donde tenemos que llegar a un consenso, que puede no ser fácil en todos los casos. Pero el caso del Algarrobico es un caso claro. Un hotel que intentaron, y casi consiguen, construir en el Parque Natural Gabo de Gata-Níjar (Almería, España).
Desde el 2003, año en el que empiezan a mover tierras para construir el hotel, la asociación de Amigos del Parque Natural presentó numerosas quejas, que tanto el ayuntamiento de Carboneras como la Junta de Andalucía desoyeron, cuando no contestaron con mentiras (diciendo que los trabajos eran para otra cosa), o se negaron a entregar la documentación del proyecto. La sospechosa lentitud en las respuestas hizo que el edificio fuera creciendo. En 2006 se paran las obras, con un 94% ya terminadas. En 8 años, hubo tiempo para más de 20 sentencias judiciales declarando el hotel como ilegal. Para sorpresa de todos, la última sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía decía que todo era legal (Julio 2014), después de decir lo contrario el mismo tribunal en sentencias anteriores (incomprensible y kafkiano, pero cierto). La Junta de Andalucía, para quitarse la mala imagen que daría si el hotel fuera abierto, decide comprar los terrenos con el dinero de todos los españoles. Si finalmente se derriba el hotel, será con dinero público, de todos, y queda por ver si encima, tendremos que pagar indemnizaciones a los que destruyeron tan valioso paraje.
Ya estamos casi acostumbrados: nadie paga por destrozar la Naturaleza en España. Casos como el citado de Aznalcóllar, el Prestige, o el Algarrobico son buenos ejemplos, pero hay muuuuchos más ejemplos. Al final nadie es culpable, nadie paga… lo que significa que pagamos todos.
Las administraciones, que deberían velar por el interés común, parecen velar más por intereses particulares y si algo sale mal, lo pagamos entre todos. Hay unas cuantas palabras que nos vienen a la mente: injusticia, corrupción, prevaricación, impunidad…
El Parque Natural Cabo de Gata-Níjar ha sido incluido entre las 7 maravillas naturales de España, y lo merece. Su paisajes volcánicos, los más áridos de Europa, sus playas de ensueño y sus fondos marinos llenos de vida, sus pueblecitos con encanto, sus gentes sencillas, su valiosa fauna y flora, y su riqueza etnológica, por citar algunos valores genéricos, hacen que sea un lugar a conservar, por todos los medios.
Por nombrar algo más concreto, nos encantan las montañas volcánicas de Los Frailes y sus preciosas piedras tiradas por sus laderas, los arrecifes de las Sirenas, la playa El Arco de Los Escullos con sus dunas fósiles, las praderas de Posidonia, las ovoideas piedras de Cala Hernández, los bosquecillos de pitas (Agave americana), y la cantidad de actividades económicas que se pueden hacer sin dañar la Naturaleza (turismo, buceo, parapente, kayak, senderismo…).
Una curiosidad botánica de esta región y de todo el Mediterráneo: las Alcaparras (Capparis spinosa). Una planta rastrera que usa sus ganchos para agarrarse al terreno, con espectacular floración aquí entre mayo y julio. Da comida a diversos insectos, y para el hombre tiene tres frutos que se preparan encurtidos: sus tallos, sus botones florales (conocidos como alcaparras), y sus frutos (llamados alcaparrones).
Terminamos pidiendo que se derribe el hotel de El Algarrobico, y que se restaure la zona a su estado original en la medida de lo posible. Además, que se identifiquen a los culpables, y que sean ellos los que paguen penal y económicamente todos los daños y gastos efectuados. Sólo así, se podría limpiar la penosa imagen de España respecto al medioambiente.
Definitivamente naturaleza. No es que tenga algo en contra de la humanidad pero francamente le hemos hecho bastante daño a todo lo que nos rodea. No hace mucho una empresa minera en Sinaloa, México regó 40,000 metros cúbicos de ácido sulfúrico en un río. Supuestamente fue un accidente pero haya sido o no, el problema es muy grave. Y como ese tipo de ejemplos hay miles. Creo que la madre tierra ya se cansó de nosotros porque no le hacemos nada bien.
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