Las rebeliones árabes no paran de sorprendernos. Mientras Siria va hacia una guerra civil, la ONU no se pone de acuerdo para condenar su régimen dictatorial y sanguinario: Rusia y China impiden a la ONU actuar contra el régimen sirio de El Asad, con la barata excusa de que no tolerarán que se llegue a una actuación militar, como en Libia, a pesar de que saben que en Siria no hay petróleo, y eso es un argumento de peso. La imagen internacional de la ONU parece importarles poco a todos.
Ante esta posición de Rusia y China, la representante de Estados Unidos, Susan Rice, ha mostrado la “indignación” de su país por el fracaso “a la hora de enfrentarse a un desafío moral urgente y a una amenaza creciente a la paz y la seguridad internacional”.
Lo extraño del caso es que Estados Unidos se preocupe tanto por los más de 2.700 muertos en Siria en lo que va de revolución, y no le preocupen tanto los también varios miles de muertos en el conflicto Palestino. Pero hay más cosas que debieran ser sorprendentes. Por extraño que debiera ser, no es extraño que Estados Unidos hable de moral, pero Estados Unidos se ha atrevido a mostrar su descontento a Rusia y China, y los ha acusado de votar en contra para seguir vendiendo armas a Siria, y consecuentemente ha pedido que se apruebe “un embargo de armas al régimen de Asad”. ¿No debiera sorprender que el mayor productor de armas del mundo se enfade porque otros vendan armas?
Más información:
- Intermón-Oxfam: Comercio de armas.
- Amnistía Internacional: Detengamos el comercio irresponsable de armas.
- Blog Maestroviejo, comentando el tema.
Pues por lo mismo que los inventores de prácticamente todas las armas de destrucción masiva que existen fueron capaces de arrasar un país con la acusación (que todos sabíamos que era falsa) de que tenían armas de destrucción masiva.